Un monje budista sentado plácidamente en el asfalto con una mueca de relajación, mientras su cuerpo arde en llamas. Imagen icónica de protesta pacífica pero inmoladora. “Quemarse a lo bonzo”. De allí tomó Luceros el ojo daltónico el nombre para su próximo disco. ¿La calma mientras el mundo arde? ¿Un sacrificio? Durante el próximo otoño podremos escuchar algunas respuestas en forma de música. Mientras, el trailer de la nueva temporada es la voz de los protagonistas interpretando el presente y adivinando algún futuro en medio de la pandemia.

Ignacio Boyo, voz cantante del grupo bahiense, plasma de forma clara las reflexiones que suenan meditadas a la luz de muchas lunas, con el tono de quien anticipa las repreguntas mientras ensaya las respuestas: “Me causa angustia pensar que es el disco definitivo. Probablemente sea el más íntimo por cómo lo grabamos. Es un muy buen laburo que puede ser el comienzo de una trilogía”. Pero cierra la idea dejando más dudas que certezas: “también pienso que es una bisagra entre el Luceros antiguo y el Luceros que se viene”.

RNB: Pasaron 5 años desde su último LP (“El disco maldito”, 2015) y durante ese tiempo lanzaron singles o EP. ¿Concibieron “A lo bonzo” como un disco?

Boyo: Tenemos el romanticismo de pensar una obra de larga duración. Me enamora mirar qué pensó el tipo que dibujó una canción. Debería volver eso. Estos 6 años sacando singles o EPs ya nos daban un poco de pudor. Hay que aggiornarse. Lo importante es que se escuche la canción, más allá del formato. Hoy podés armar una canción con video en dos semanas, y los discos llevan otro proceso.

RNB: ¿Eso hicieron con “Mesita del Miravalles”, que ya forma parte de sus clásicos?

Boyo: Fue una de las cosas más raras que nos pasaron. En la previa de nuestro primer show grande en Estudiantes, un lugar para 2500 personas que es muy importante en nuestra ciudad, pensamos en lanzar algo nuevo para mover un poco el avispero. Nunca pensamos que esa canción se volvería una bandera nuestra.

RNB: ¿La diferencia de convocatoria entre los estadios de Bahía Blanca y un circuito más cercano al under en Buenos Aires les produce la sensación de viajar en el tiempo?

Boyo: Es como que somos dos veces under. Más que viajar en el tiempo sentimos que es un deja vu importante, por ahí si podemos crecer en Capital Federal, iremos a Rosario y nos pasará lo mismo. Queremos ir conquistando público. Cuando nos enteramos que agotamos tres funciones acá, nos costaba creerlo. Es una pequeña semilla, después forma parte de nosotros o de nuestra responsabilidad que esto crezca. No nos conformamos, queremos ser artistas populares: que nos venga a ver gente de todas las edades y estratos sociales. No queremos ser músicos de ghetto.

RNB: ¿Sienten que estos pasos importantes en la Ciudad de Buenos Aires los vuelve referentes en el circuito bahiense?

Boyo: Por lo que nos dicen nuestros colegas allá, si. Lo que pasa es que si te comés esa película te va a ir mal, no podés considerarte un profeta. Casi todas las bandas o músicos de nuestra ciudad son amigos o hemos compartido algo, entonces nos conocemos. Les decimos que vengan para acá a tocar, a laburar, a hacer prensa. De alguna manera, lo que hacemos ahora es parte de mostrar ese camino.

Juan Arcuri (bajista): Está bueno, capaz, no por nosotros sino por poder mostrar que hay buena música y buenos artistas en otros lugares. De todos modos, la forma de que te vaya bien es reflejar lo que sos. Somos genuinos con lo que hacemos, no estamos intentando ser un ejemplo para los demás: somos nosotros.

RNB: Su público porteño puede disfrutarlos en una versión más íntima, ¿cómo llevan esa diferencia?

Boyo: Estamos aprendiendo a disfrutarlo. Puede sonar un poco estrella, pero no es la intención: si en Bahía tenés que quedarte charlando o sacándote fotos con todas las personas que te van a ver, vas a estar un rato largo. Acá es diferente, por ahí me siento en una mesa y les pregunto “Che, chicos, ¿de dónde son?”. Todavía estoy armándome el mapa. Este tipo diferente de contacto nos brinda ese aprendizaje.

Pensando en el futuro, el grupo que completan los guitarristas Dandy y Glaria y el baterista Sebastían Lamoth, se frota las manos para anticiparse a un futuro incierto por la coyuntura pandémica pero proyectado alrededor del lanzamiento del disco y un año, ojalá, repleto de presentaciones.

Boyo: Amén de lo que pase, nosotros pensamos tocar muchísimo este año. Si después hay un rebrote, será un mambo aparte. No podemos especular desde el miedo, vamos por todo. Tocar, para nosotros, no deja de ser un laburo: vivimos de esto. Además, los temas de A lo bonzo son muy divertidos para tocar, no hay ningún tema que nos resulte una obligación. Pero divertidos no significa fáciles. Estamos en el proceso de aprender a tocarlos para poder defender el disco.

Los músicos, entre ansiosos y cansados, no ven la hora de empezar a transitar la nueva etapa musical augurando poder llevar a cabo su presentación en directo en un momento donde la realidad del sector musical atraviesa una nueva crisis. Lo nuevo de Luceros el Ojo Daltónico estará disponible a fines de abril. Una expresión artística sincera en un mundo a los gritos. Una sonrisa plácida en medio del incendio. A su manera. A lo bonzo.