Circus Dei es una banda integrada por Emilio Citro (teclados y voz), Dante Suárez (guitarras, teclados y secuencias), Ezequiel ‘Puchi’ Carrera (batería y percusión) y Leandro Juárez (bajo y voces). Tocan juntos desde hace más de una década y tienen cuatro discos “EP” (2011), “Transformación” (2014), “Tótem” (2017) y “La línea” (2018). El próximo viernes 28 de junio se presentan en La Tangente con un show en el que prometen estrenar un tema nuevo, una puesta de luces “no apta para epilépticos” y mucha música. Como banda invitada estará Papeles. En esta entrevista con Rock ‘N Ball, Citro nos acerca a la cocina del show y la intimidad de la banda.

Rock And Ball: ¿Qué trayectorias, qué rutas los llevó de lo propio e individual hasta ser una banda?, ¿cómo arrancaron a tocar, qué los encontró, además de la música, claro…?

Emilio Citro: Los Circus Dei arrancamos a tocar de chicos, nos conocemos desde que éramos muy chiquitos, así que nuestras trayectorias siempre estuvieron relacionadas. Fuimos creciendo y descubriendo música juntos. La banda arrancó hace diez años más o menos. Como la mayoría de las bandas empezamos tocando covers y después le encontramos el gustito a las canciones propias. Hay un vínculo muy profundo entre nosotros. El guitarrista, Dante Suárez, es mi primo y él se conoce con Leandro también desde que eran chicos. Puchi entró cuando la banda arrancó, así que, es un vínculo muy cercano y de varios años ya.

Circus Dei / Ph. @rosafloyd

RNB: ¿Cómo es el laburo de composición?, ¿alguien trae el tema y la banda suma arreglos?, ¿mucho trabajo de ensayo hasta ensamblar?

EC: El laburo es colectivo, el de composición. Por ahí yo llevo alguna letra o armonía o maqueta pero después lo trabajamos entre todos. También nos gusta laburar mucho con las zapadas, somos de grabar zapadas y sacar ideas de ahí para canciones. Y bueno, el juego está abierto y todos participamos de la composición y la producción de los temas. El trabajo de ensayo es a pleno, cuando no estamos preparando una fecha, estamos preparando alguna grabación. Entonces siempre estamos ensayando, para una cosa o para la otra. El segundo disco, por ejemplo,  llevó un tiempo de elaboración aproximadamente de tres o cuatro meses, las canciones estaban desde mucho tiempo antes pero toda la etapa de ensayo y producción claramente llevó su tiempo.

RNB: Circus Dei hace rock, clarísimo, pero ¿cómo fugarse de las categorías -útiles para el mercado- que fijan la experiencia de la escucha en un estilo, un género?, ¿cómo diluir esas fronteras entre los diferentes géneros musicales?

EC: Bueno, como vos decís, las fronteras de los géneros musicales están pero nos encanta romperlas, jugar con distintos géneros. Si bien nuestra música tiene una identidad, yo creo que la identidad es algo que se logra con el tiempo y con la búsqueda, no nos gusta encasillarnos en un género musical. Obviamente, es algo que surge igual. El género de la banda, ¿en qué espacio habita? Bueno, Circus Dei es una banda de rock, de pop, nos sentimos bastante cercanos al indie, que lo pensamos como una especie de pop moderno. Pero sí, todos tenemos, los cuatro integrantes, escuchamos música diferente e integramos ideas de distintos géneros a la banda y eso termina formando parte de nuestra identidad.

RNB: ¿Qué dice la música que no puede ser reemplazado con otro lenguaje?, ¿qué poética propone para ‘otros’ vínculos?, ¿por qué hacer música, por qué seguir haciendo música?

EC: Yo creo que hacer música es una necesidad, una conexión que sentimos con la música desde toda la vida y hay un goce muy importante. Pasan muchas cosas, moviliza un montón, escuchar, tocar música y ¡ni hablar tocar la propia música! No podríamos no hacerlo, creo. Y sobre qué dice la música, bueno, yo creo que juega mucho con lo sensorial, con los sentimientos, qué te pasa cuando escuchaste una canción, en qué momento estabas y si la volvés a escuchar por ahí te recuerda ese momento. Creo que en ese sentido la música moviliza cosas que con las palabras no alcanza, ¿no?

RNB: Escucho el disco, ¡me encanta!, me invento una ruta, de Floyd a Seru, pasando por Virus, Zappa y cierta propuesta lúdica entre la desesperanza y, sigamos, que algo de fiesta queda para compartir…

EC: Yo creo que sí, como vos decís, que va entre lo lúdico, lo bizarro, el humor, la nostalgia, la desesperanza, la esperanza… son todas sensaciones que nos atraviesan todo el tiempo e inevitablemente las plasmamos en la música. Es música en movimiento, o sea, si bien, entre canción y canción puede cambiar la intención, la idea siempre es movilizar, generar algo. Ser honesto con la música y con lo que uno siente.

RNB: Hay una película de 2007, francesa, Conversaciones con mi jardinero (Dialogue avec mon jardinier) donde un pintor mantiene una relación de amistad con su jardinero. Se conocen de la infancia, se olvidaron, vuelen a recordarse en el encuentro… El jardinero enferma, va a morir y elige una música, transparente, perfecta: el concierto de clarinete La mayor, K622, segundo movimiento. La escucha en el suelo, pegado a la tierra y está convencido que como buen jardinero, ese es su lugar y su música. Y así, la música toca tierra. Cuenta una historia y un territorio, corporal, subjetivo y que alcanza la memoria. ¿Cómo se encienden los tuyos?, ¿cómo se hace memoria desde / con la música?,

EC: Buena onda la de la peli, la voy a buscar. Y sí, coincido que la música toca tierra, que cuenta una historia, que tiene un territorio, que te transporta a distintos momentos y sensaciones y yo creo que eso está un poco en el subconsciente de uno. Con toda la música que lo fue alimentando a uno. Está ahí y aparece. Ni hablar a la hora de hacer canciones propias, es como que es una creación nueva y, a la vez, son un montón de cosas que vos ya traes, de texturas, sonidos que te fueron conformando para llegar a eso. Pero sí, creo que tiene algo de teletransportadora la música, a diferentes momentos.

Circus Dei / Ph. @rosafloyd

RNB: ¿Es importante el encuentro, la música en directo?, ¿qué otra forma de experiencia se activa respecto de la escucha de la música desde lo individual, en tu casa con el spotyfi?

EC: Sí, creemos que es muy importante el encuentro en vivo con el oyente, generar también una puesta en el escenario que te genere algo. Que no sean solamente cuatro personas tocando. Queremos que haya una propuesta desde lo audiovisual, así que, sí. Obviamente al escuchar música en casa o uno, con spotyfi o lo que sea, tiene otra conexión, más íntima. Muchas veces de descubrimiento, de conocer la música. Después uno la empieza a llevar y por ahí vas en el bondi escuchando una canción que te moviliza y una vez que uno se apropia de la música la va llevando y el contacto con el artista en vivo es un nivel más. El público, frente a frente con el intérprete.

RNB: Y esto ustedes lo hacen desde la autogestión, digo, armar un show como el que viene en La Tangente. ¿Tene que ver esto también con defender o pensar lo autogestivo como autonomía?

EC: La autogestión puede ser autonomía. O sea, es tomar parte de tus decisiones aunque, obviamente, hay un techo siempre. Económico sobre todo en la macrisis. Pero está buenísimo poder tomar tus propias decisiones y manejar el proyecto a tu forma. Creo que enriquece mucho a la diversidad. Si bien hay grandes bandas que trabajan con productoras, pero hoy por hoy el rol de la productora ya no es el que era antes de tanta imposición sino que es más un acompañamiento. O al menos es lo que estaría bueno que sea. Para que las bandas no pierdan su identidad.

RNB: ¿Cómo ves la escena independiente, under?

EC: La escena under la vemos muy floreciente, todo el tiempo surgen propuestas hermosas y no nos da el tiempo para escuchar la cantidad de bandas que salen y tienen cosas para decir. Muy lindas. Así que, escuchamos mucho under, estamos muy metidos.

RNB: ¿Cómo vivís la demanda de los colectivos de mujeres organizadas por la Ley de Cupo?, ¿te moviliza, te sensibiliza?

EC: Y el tema de los cupos, por supuesto que lo apoyamos. Nos parece algo que está buenísimo que se empiece a cambiar como situaciones que uno naturalizaba pero que hoy por hoy te hacen ruido, no sé, como estar en un camarín y que sean todos chabones y de repente decís: bueno, ¿qué onda?, ¿por qué pasa esto? Antes eran cosas que ni te planteabas y ahora sí. Así que, apoyamos a pleno y sí, nos moviliza, nos sensibiliza todo este cambio, que está buenísimo para todos.

RNB: Pensando en el tema La línea o Máscaras, en Tótem, se hacen preguntas: ¿cómo aprender sin que nadie nos enseñe, cómo cambiar la careta por algo más cercano, más propio?, ¿se puede aliviar la carga haciendo música?, ¿puede sanar la música?

EC: No sé si la música puede sanar pero al menos es una gran compañía. Yo creo que la música también te enriquece muchísimo y te expone sentimientos. No creo que sea tan simple como decir: bueno, si estoy bajón me pongo un tema arriba y se me pasa. O sea, puede pasar y está buenísimo. También puede pasar al revés. Que aparezca un tema y te haga ruido algo. Más allá de la letra. Puede ser instrumental también. La música en general. Entonces, sí, yo creo que en algún sentido es una gran compañía en los momentos que vamos atravesando.

RNB: ¿Qué se viene en La Tangente?, ¿qué expectativas tienen?

EC: La Tangente se viene con todo. Es un show que estamos preparando hace un tiempo. Siempre nos gusta renovar la puesta desde lo visual, lo performático, desde lo musical, obviamente. Y bueno, va a haber muchas sorpresitas y datas nuevas. Para ir adelantando lo que va a venir de Circus. Traigan ganas de conectar, de flashear, de saltar. Creo que va a ser un show que se va a disfrutar mucho.

Imagen promocional del show en La Tangente

RNB: De una lista (im)posible, ¿qué tres temas pongo un domingo a las cinco de la tarde?, ¿por qué? desarrolle, se admite flashear y buscar en lo profundo del gusto.

EC: Domingo a las cinco de la tarde, suena un momento como que uno está teniendo su permitido, aprovechando ahí, como para darse un gustito. Yo escucharía En el infinito, de Sig Ragga, que es una banda que me genera mucho goce. De  Bándalos Chinos podría ser, por ejemplo, el Tema de Susana para bailar un poco ahí, ¡hermoso! Y vamos a meter uno de Circus Dei, por supuesto, para un domingo a la tarde yo creo que Ballet Cósmico sería una buena canción. Para bailar un poquito también.

RNB: Esta entrevista es para Rock And Ball, ¿algún secreto que no le cuentes a Rial ni a otros medios?, queremos una primicia sobre lo que se viene con Circus Dei para la temporada 2019/2020…

EC: ¡Sí! Esto no se lo contamos a Rial todavía, nos insistió pero no lo íbamos a soltar. Se viene mucha música nueva el segundo ‘famoso’ semestre. Creemos que este show en La Tangente es un poco una despedida de La línea. También con lo que fue el video de Ballet Cósmico. Así que, estamos muy manija de música nueva, sacar canciones nuevas. Seguir sacando material audiovisual y bueno, eso es lo que nos espera.

Circus Dei / Ph. @rosafloyd