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Denuncia al baterista de Pez: la banda lo defiende, su público se aleja y un ex compañero rompe el pacto machista

La denuncia publicada en la red Ya No Nos Callamos Más desató una serie de reacciones inesperadas: cancelación de shows, negación terminante de la banda, y el testimonio de un asistente de escenario que respalda las denuncias. Del silencio a la ruptura del pacto machista en un fin de semana

Una denuncia con identidad reservada volvió a sacudir el mundo del rock, o al menos a su costado patriarcal. El blog Ya No Nos Callamos Más publicó un testimonio donde se denuncia a Franco Salvador, baterista de Pez, de abusar a la denunciante después de un show de la gira patagónica 2017. La publicación no sólo tomó por sorpresa a la banda, sino a sus fanáticos, quienes se identificaban con ella no sólo por su música, sino por la ideología política que expresaban. Otra vez,  el discurso de una banda “progre” (como Salta la Banca, o El Mató) queda contrastado con las denuncias de su accionar abajo del escenario.

La banda rompió el silencio inicial con un comunicado breve para comunicar la cancelación de su show en Burzaco el sábado:

“A partir de la acusación publicada en un blog acerca de un hecho que supuestamente ocurrió en nuestra Gira Patagónica 2017, les queremos decir: Que desconocemos por completo el hecho citado. Que nos ponemos a disposición de quien realizo la acusacion para aclarar lo que sea necesario. Entendemos la sensibilidad y complejidad que el asunto conlleva, no somos ajenos a lo que sucede en la sociedad. Esta noche decidimos suspender nuestro show en Burzaco.  Pez”.

El comunicado no tuvo un buen recibimiento de parte de sus fans, quienes se sintieron decepcionados con la actitud de Pez: le quitaron importancia al espacio de Ya No Nos Callamos Más, y desconocieron el abuso calificándolo de “supuesto”. Pero aún no era la última palabra de la banda de Ariel Minimal.

El día lunes, Pez publicó un comunicado un poco más extenso, tomando una clara posición en relación a la denuncia: desmentirla. Para muchos de sus fans éstas palabras fueron determinantes para mostrar su tristeza y enojo en cuanto a su actitud.

Hoy, después de mucha práctica feminista en la sociedad, y en el público del rock más precisamente, está instalado que las denuncias por violencia sexual no forman parte de una fábula vengativa de una persona anónima. Al contrario, en primera instancia se las recibe como ciertas para poder apoyar a la denunciante en todo lo que sea posible. Las denuncias falsas son un porcentaje ínfimo en la justicia y en redes, y tienen patas muy cortas: el año pasado se denunció a De La Gran Piñata de forma anónima y a las pocas horas esa denuncia fue desmentida por el mismo medio. Son pocos los argumentos con los que se puede negar una denuncia de abuso. Gran parte del público de Pez compartió en los comentarios su desazón, bronca y solidaridad con la víctima.

El comunicado en sí y lo que pasó después formaron una serie de contradicciones difíciles de interpretar. “No vamos a escondernos ni a mirar para otro lado” decía Pez pero durante un par de horas su fanpage estuvo dada de baja. Luego de establecer que querían aportar al “debate”, publicaron una foto de un boceto para tatuaje con el logo de la banda. El conmentario con más reacciones dice, entre otras cosas, “gente grande dando una indirecta ridícula propia de un adolescente fanático (…). Hace 21 años que los escucho y hoy me dan vergüenza ajena”.

Foto subida al Facebook de Pez después del comunicado, y los comentarios de los fans

Otra respuesta que no se hizo esperar, que nunca se hace esperar, es la que defiende al denunciado porque lo conoce, porque es un hombre de familia, y porque las mujeres mentimos y no nos cuidamos. En el blog, éste comentario del cual citamos un fragmento pertenece a Bibiana Naso, hermana de Franco, ginecóloga: “le pido que tenga los ovarios de dar su nombre así como los tuvo para poner el nombre mi hermano Franco y el resto de la banda a quienes conozco desde su adolescencia y jamás en toda su carrera de músicos han tenido conductas como las que escribe ésta persona (…) te recomiendo que no tomes una “birra” tras otra … así podes cuidarte y tener control de tus actos, podrías dar algún día con abusador real…”.

Del otro lado del mostrador, el grupo de Facebook Pez Apesta, con más de 4mil miembros y 10 años de existencia fue cerrado por su administración porque “ya no hay banda que seguir”. Pero lejos de desentenderse de la situación, crearon Pez Apesta 2:

“Espacio creado a partir del cierre de Pez Apesta. Acá no necesitamos denuncia para creer. Acá le creemos a las pibas. Acá no justificamos a la banda. Acá no los juzgamos. Acá venimos a llorar al pez que seguimos todo este tiempo y que se murió a partir del 20 de abril de 2018“.

Algo cambió en el seno de un público que ya no justifica los abusos.

La sucesión de hechos parecía calcada de otros casos públicos de abusos en el rock. Antes de terminar el martes, un testimonio quebró la continuidad entre casos, pero no vino de parte de una víctima, sino de un ex compañero de trabajo que decidió romper el silencio y la complicidad que conforman el pacto machista. Rodrigo Moloney  fue asistente de escenario de Pez durante tres años y presenció la forma en la que se manejaba la banda fuera de los focos. Cuando un recital de una gira terminaba, los integrantes se acercaban al público, más específicamente a las pibas, para tomar y fumar algo e invitarlas al hotel o al camarín en un estado en el que ningún consentimiento es tal. El silencio de Rodrigo, según cuenta en su perfil de Facebook, no nació de la complicidad, sino del respeto a la decisión de no denunciar de las víctimas.  Hoy es el primero en ponerse a disposición de las víctimas para acompañar una posible denuncia. De ésta manera toma una posición que no es común entre varones y que habla de una solidaridad real hacia las mujeres y su lucha.

Al momento de la publicación de ésta nota, ya fueron cancelados los shows  en Niceto Club el 11 de mayo, en Refugio Guernica (Córdoba) el 18 de mayo y en Santa Fe el 19 de mayo. Resta esperar si, ante la reacción de su público, Pez tomará otro rumbo de acción o continuará con su postura, resistiendo críticas propias y ajenas. Sin dudas, una etapa terminó.