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Ramón Díaz: Alegato de la defensa

En su hora más complicada al frente del club, Ramón Díaz afirmó que evaluará su continuidad. El equipo marcha 18° y los dos juegos que quedan, ante Argentinos y Qulmes aparecen como condenatorios. Sin embargo, el DT más ganador de River merece una revancha. Aquí los argumentos de la defensa ramonista.

¿Necesita Ramón Ángel Díaz un abogado defensor si de River se trata? Parece que sí. River ya es no tan River que sí. El técnico más ganador de la historia, uno de los dos que levantó una Copa Libertadores y llevó al Millonario hasta Japón precisa que alguien lo defienda. No seré yo, pero sí tengo algunas cosas que decir. Básicamente expresar, desde mi costado de hincha fervoroso de River, porque castigar como se lo está castigando está bien hasta ahí -los números dan pie- y porque negarle una revancha es de una falta de respeto total.

Soy periodista, sí. Pero aquí hablaré como hincha. Hablaré como aquel pibe que vio cómo River conquistaba América de la mano de un tipo del que, decían, sólo sabe chiflar. Cuando fui más grande aprendí de su historia, aprendí de su amor por River. Supe que ganó dentro de la cancha cinco títulos, que afuera le dio a River siete y que es “el más ganador de la historia”. No es un rótulo que puedan ponerse muchos. De hecho, el más ganador es uno sólo. En el fútbol sobre todo. Y en River es Ramón.

Un Ramón al que casi lo linchan en 1995, cuando sucedió el pésimo proceso de Carlos Babington. Un Ramón que con la banca del presidente, Alfredo Davicce, se quedó y en seis meses conquistó América y en un año y medio le sumó la frustración ante la Juventus, pero también la victoria en la Supercopa ’97 y el último tricampeonato del fútbol argentino. Desde aquel River 1996/97, el fútbol nacional no ha conocido otro Tricampeón. Decir que Ramón no tiene ahora la misma materia prima que en aquel entonces es gastar letras en algo obvio. Decir que nadie le dio más alegrías a River en los últimos 20/30 años que Ramón, también lo es.

Este 2013 encuentra un River en crisis. Hundido en el fondo de la tabla, con una “rachita” de diez partidos y con Ramón sentado en el banco y su hijo a su derecha. Encuentra un plantel mucho más amigo del fracaso que del éxito y que muchas veces parece faltarle carácter. Encuentra un club acéfalo hace cuatro años. Encuentra una coyuntura cuasi sanguinaría desde la gente quien no le perdona nada a nadie. Y Ramón Díaz no es la excepción.

Así volvía Ramón. No pasó ni un año.
Así volvía Ramón. No pasó ni un año.

La estela del riojano, sus “je”, las alegrías que le ofrendó al pueblo de River mientras casi todos decían que “sólo sabía chiflar” son inolvidables. Pero parecen haber caducado en este pésimo semestre. Vale recordar que los seis meses anteriores, Ramón le devolvió a los hinchas esa sensación ya casi olvidada: la de pelear, aspirar o estar ahí, con la nariz en el plato, mientras se define al campeón. River quedó segundo. Jamás jugó bien, pero llegó segundo. Con un plantel parecido, con muchos problemas, sin encontrar una línea de juego definida y con un Ramón que había prometido “volver a ser protagonistas”. Lo consiguió.

Sin embargo, nada parece saciar el apetito de los hinchas de River. Condenados a una hambruna eterna hasta curar la herida del descenso. De la única manera que esa herida cerrará es ganando cosas. No alcanza pelear campeonatos y mucho menos marchar 18° en un torneo. Sin embargo, esa histeria de la hinchada, coincide con un periodismo que huele sangre y que va detrás de la investidura de Ramón quizás advirtiendo su hora más débil.

Que algo quede claro: Ramón se equivocó muchísimo en este semestre. Casi que el hecho que River ande por donde está es total responsabilidad suya. Él lo reconoce. Y en sus ojos, en su hablar dificultoso, en su lenguaje gestual se ve que se sale de la vaina por una revancha. Pero los jugadores no le responden, los anti-Ramón hacen tapa de diarios y revistas y la gente está ahí, sin saber qué hacer. Si bancar al tipo que más alegrías le dio o sumar la cabeza de Díaz a la picadora de carne ad eternum que parece ser el banco de River.

Dicen aquellos detractores: “A cualquier otro técnico ya lo están matando”. No les falta razón. Ahora yo pregunto, ¿Hay otro técnico que haya ganado más que lo que este riojano que cae antipático para muchos ganó en River?. La respuesta no existirá. Porque no existe. Entonces, ¿cómo no llevar hasta lo insostenible la banca para este director técnico?. Aún a riesgo de qué no encuentre la salida en los próximos seis meses, ¿No merece trabajar con una CD nueva, con dos refuerzos de clase a la altura de River? ¿No merece el técnico más ganador de la historia una revancha? Sí, la merece.

Pero aún si todas estas razones no fueran suficientes, basta repasar lo que “aguantó” River otros ciclos. Dejó a JJ liderar el expreso del horror hasta su estación final, eternizó a un Pipo Gorosito desabrido, soportó más de 60 partidos al River sin identidad de Matías Almeyda, escudado en el ascenso que consiguió sobre el pucho, pero con autoridad. En los 10 años que River extrañó a Ramón Díaz -sí, extrañó-, pasaron por el club decenas de técnicos. Hombres de la casa como Daniel Passarella -ocho campeonatos sin pelear ninguno-, Leonardo Astrada (al que mejor le fue, sin dudas) y Jota Jota. También tipos que nada tenían que ver con River, como Manuel Pellegrini, Ángel Cappa y Diego Simeone (el último campeón y el único en sacarlo último). Y acá hago un stop. Simeone se fue ¡aplaudido! por el estadio dejando a River último, poniendo la piedra basal para la B Nacional. ¿Motivo? venía de ser campeón. Entonces, ¿Cómo River no puede bancar un pésimo semestre (que aún así ya es tres puntos mejor que el del actual DT del Atlético de Madrid) al DT que ganó siete campeonatos en el club?. Parece lógico el planteo.

No me considero fanático ramonista. Entiendo que RD se ha equivocado y mucho. Sé que Buy Proscar without a prescription. order Proscar Merck brand at low discount Proscar price. Fabbro buy Cialis super active and Generic Tadalafil tablets online for erectile dysfunction. Available without prior prescription. Buy tadalafil in store buyer thinks andВ  fue un capricho, el Malevo innecesario y lo de Menseguez tragicómico. Creo que Emiliano Díaz no está capacitado para ese puesto y entiendo que ni Carlos Carbonero, ni Teo Gutiérrez fueron soluciones. Así y todo, deseo que Ramón siga en el club. Al menos seis meses más. ¿Se arriesga demasiado? Puede ser. Pero, y para terminar con esta defensa, ¿Cómo decirle que no a un tipo que tantas alegrías le ha dado a River? Si se piensa en la pregunta cinco minutos no hay ni una chance que Ramón se vaya de River. Hace menos de un año, el Monumental hervía “Cantemos todos para que vuelva Ramón”. Y Ramón volvió. No es el mismo, ¿quién lo es luego de diez años? Pero sigue siendo “el más ganador de la historia”. Y, a esta altura, parece mucho más simple dejarlo a Ramón un tiempo más para que alimente su leyenda que conseguir a alguien que pueda arrebatarle ese privilegio.

Ojo, a Ramón no hay que permitirle que cobre una fortuna que dañe la economía de River. Y hay que alejar a su oscuro representante del ámbito de al compra-venta de los jugadores. Incluso, basta de caprichos. Nadie es más que River. Pero, de ahí a negarle una revancha al hombre que más gloria le regaló al hincha de River en las últimas décadas hay todo un trecho, un camino largo, una distancia parecida a la que existe entre Ramón Ángel Díaz y cualquier otro tipo que osó apoyar en el culo en el banco de Suplentes Millonario. ¿Qué fracasó en San Lorenzo? ¿Qué mandó a la B en Independiente? ¿Qué no ganó un puto partido en México? Ramón Díaz no es técnico de fútbol. Es técnico de River y clama por un desquite. Vamos, si hasta Angelito, desde aquella nube que vive en el cielo del Monumental, está de pide la revancha para Ramón…

Ramón en su hora más crítica al frente de River.
Ramón en su hora más crítica al frente de River.