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Al rey Ecclestone le quitaron la corona

A pesar de su despido como director de la Formula 1, a manos del grupo Liberty Media, cambió la historia de la máxima categoría del automovilismo. Negocios, éxitos y monopolio en una vida plagada de millones de dólares.

Tal vez habría que escribir libros y más libros para explicar la historia de un hombre que nació en la humildad de un pueblito pesquero inglés y que un tiempo después se convirtió en una de las personas más ricas del mundo. Con 86 años y cerca del final de su vida, Bernie Ecclestone cuenta con un patrimonio estimado, según la revista Forbes, de 2.900 millones de dólares. Y no los encontró debajo de la cama.

Durante 40 años lideró la Formula 1 aunque, hace algunos meses, el volante lo tomó la firma empresaria Liberty Media, que se quedó con el paquete mayoritario de acciones de la categoría por 8 mil millones de dólares. Cuatro décadas que comenzaron con el sueño de un adolescente de ser piloto. A pesar de su pasión por las motos, Ecclestone se asoció con Fred Compton en una empresa de venta de autos al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Con el poder de la persuasión innato, Bernie convenció a su compañero de incursionar en el mundo de las carreras.

No pasó mucho tiempo hasta que Bernard Charles, como lo llamaron sus padres, se percatara de que aquello no era lo suyo, sino que con el negocio de los automóviles podía llegar lejos. Y así fue. El dinero empezó a aparecer en cantidades considerables y las relaciones con las grandes personalidades de la época también. En 1957 se convirtió en el manager de Stuart Lewis-Evans y a finales de los 70 de Jochen Rindt. Empero, el antes y después de la vida comercial de Ecclestone tal vez se produjo cuando compró a la escudería Brabham, empujón que le sirvió para tomar el control de la Asociación de Constructores de Fórmula 1(FOCA) en 1978.

Allí, el principal tema a tratar era el derecho de la comercialización de la competencia, la cual estaba siendo mal administrada y cuyos ingresos no se condecían con su verdadero potencial económico. El resultado: la creación del Pacto de la Concordia, que le entregó los derechos deportivos a la FIA (Federación Internacional de Automóvil) y el negocio de la televisación a la FOCA, con Bernie a la cabeza.

A partir de allí la Formula 1 se exprimió al máximo. El dinero empezó a llover y los equipos se beneficiaron notablemente. Mientras, Ecclestone, quien se convirtió en presidente y director ejecutivo del campeonato, se llevaba la porción más grande de la torta, con la que se hizo multimillonario. Fue un proceso de 40 años. Bernie Ecclestone vio potencial donde nadie había visto. Se transformó en un negociador y llevó éxito y desarrollo a un deporte que no estaba en las primeras planas. Las formas son interminablemente discutibles. Es cierto. El longevo de 86 años fue acusado en varias ocasiones por soborno y demandado por monopolio.

Hoy está afuera. No va más. Chase Carey, vicepresidente de la 21st Century Fox, fue designado como el sustituto. “Mi nuevo cargo será el de presidente honorífico, pero no sé exactamente lo que significa”, dijo Bernie. Y si él no lo sabe, ¿entonces quién?

Por Guido Volpe.