Lluvia. Viento. Frío. Paro de colectivos. Hay veces en las que todo parece programado para salir mal. Como si hubiera una mufa inédita en el aire, que determina que nada de lo que uno se propuso hacer va a salir. Porque el maravilloso combo de circunstancias de ayer podría haber tirado abajo un evento aún de grandes magnitudes.
with mastercard Canada. Buy metoclopramide 10mg Online with mastercard Canada where to order metoclopramide online cheap buy metoclopramideВ Sin embargo, el under no se detiene. Por partida triple, ayer se presentaron Elena sin H, Conexionistas the belt moves should also be adjustable also Lithium Carbonate. Cheap generic Lithium Carbonate In The Uk generic Lithium Carbonate By Mail Order. y Trepadores a Pedal en una fecha conjunta dentro del Liverpool Bar (Arévalo 1376). Una buena puesta en escena, dentro de uno de los lugares más zafables del under, para 3 tipos de música que no están directamente enlazadas, pero que verlas en escenas consecutivas fue interesante.
Primero las damas. O mejor dicho, la dama. Elena Zago, bajo el nombre artístico de Elena sin H se presentó solista con una camada de canciones acústicas propias. Mucha garra y actitud para una presentación donde, a causa de ser tan temprana, faltó un poco de gente. A pesar de todo, las canciones muestran unas saludables pinceladas de humor que mucha falta le está haciendo falta a la música argentina general. Hubo mucho aguante también de parte sus invitados: Juan Muñoz (violín) y Lucas Miglioro (guitarra eléctrica) aparecieron para darle una onda tanto country como rockera a las canciones –a pesar de que el violín saturara un par de veces.
Del folk viramos al pop. Conexionistas (Facundo Bugallo en teclado, guitarra y voces; Álvaro Bengen en guitarra y coros; Demian Bugallo en batería y coros; y Luis María Bruvera en bajo y coros) salieron con una minúscula pero insistente hinchada a su favor dispuestos a darles otros trazos a la noche. Con varias capas fluyendo entre los teclados y los coros –que coexisten armónicamente– y ritmos marcados, los muchachos fueron tocando temas próximos a salir en su primer disco, a terminarse por mediados de año. Más allá de que en algún momento su música puede parecer un poco monótona, también demuestran que haciendo rock o una balada tienen los pantalones puestos. No hay un instrumento que destaque por sobre el resto, lo que estimula el trabajo en equipo, ayudado por un muy útil juego de luces.
Pero todos sabíamos cuál era el número principal. Aquí se acabó todo: ya con Liverpool bastante llenito –cuando se quiere, se puede – emergieron los chicos de Trepadores a Pedal a hacer lo que saben. A pesar de una salida dudosa o algún que otro problema con los micrófonos, su performance fue de menor a mayor. La mejor metáfora del grupo puede ser una imagen en movimiento, por todo lo que sintetiza: pueden pasar de un rock movido a un blues bien pesado; además de la soltura propia de los integrantes: al Colorado Julián Colla se lo nota más libre en su fraseo rítmico o solista teniendo en cuenta otras actuaciones. Así también a Fede Mariluz que hace un uso completo de la batería –no importa si sentado o a los saltos – aunque el exceso de energía lo puede engañar tirándole dos veces los palillos. Sentado sobre la precisión del bajista Brian Correa, se mueve consigo Martín Porley, al que le sobra actitud y recursos (una máscara del Guasón, un megáfono con sirena) cuando acompaña con voz suave temas bien pesados, en pos de darle otra capa sonora a su música. Writing essays and papers
Así se suceden temas de su único EP Trepadores a Pedal Vol. I, temas nuevos y covers (Cementerio Club, Megalomaniac –junto con Sam Morel en Moog), y antes de que los saquen a patadas del escenario –les apagaron injustamente la luz – la banda termina con 2 bises tremendos: Que saltes!, suerte de único hit que pretende la banda (y no le quita mérito al resto de los tracks) y Sobrio a las Piñas, de Divididos, donde Mariluz se encarga de no dejar platillo en pie. Fin de este episodio para la banda que vino, vio y venció: a los nervios, a la espera, a la lluvia, al indiferente silencio criminal.
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