Rock

Recitales en cuarentena: del pogo al living de tu casa

Bandas y cantantes solistas se las ingeniaron para tocar desde la intimidad de sus casas. ¿Cómo funcionan los nuevos shows?

Las luces apagadas y una bandera que ondea adelante tuyo, o la comodidad de una butaca con vista preferencial hacia el escenario, son dos escenas claras de recitales a los que no volveremos a asistir hasta nuevo aviso. La pandemia hizo que los eventos culturales sean aplazados, por lo que bandas y cantantes solistas se las ingeniaron para tocar desde la intimidad de sus casas.

Los recitales televisados, así como los dvds especiales de grandes eventos como “Festejar para sobrevivir”, de los 20 años de La Vela Puerca, ya estaban ganando lugar entre los fanáticos. Sea por no poder asistir o tenerlo como recuerdo, ver en detalle los momentos de un recital luego de la euforia siempre aportaban algo: desde una lágrima hasta una risa, quizás un pequeño pogo en solitario. Pero estas grabaciones tienen algo en particular, son fechas masivas con un presupuesto en escenografía que vale la pena verlo en repetición casi que toda la vida..

Lo más importante de los recitales siempre fueron las emociones, sin importar el contexto. Una emoción puede ser la alegría o la melancolía, y se potencian al saber que gran cantidad de gente está sintiendo lo mismo que vos. Ser parte de un todo coreando una canción es algo que hasta ha impresionado a artistas internacionales, desde Queen a Ed Sheeran, porque es una característica del público argentino. Es probable que esa necesidad de sentirnos parte de algo más grande es lo que logra que en lugar de ver viejos recitales, busquemos uno que esté pasando en este mismo momento.

Una canción interpretada en vivo jamás será igual a una grabada en un disco. Y si lo llegara a ser, cuidado, puede que sea playback. Este registro diferente, sea por los instrumentos, por el cansancio de la voz o por tener de corista o dúo a un invitado, hace sentir que se vive un momento único además de efímero. Aún cuando el cantante está a cientos de kilómetros, en el living de su casa mientras que vos estás en el tuyo.

Una copa de vino tinto en la mano derecha, que repoza en el apoyabrazos del sillón, acompaña un chocolate a medio comer que está en la mesa ratona. Desde el Smart que está colgado en la pared, aparece Fito Páez con su transmisión “Páez en América”. Te reís de que use lentes estando en su casa y te das cuenta de que tampoco tiene sentido que los use en el escenario. Se lo decís a tu pareja o lo ponés en el grupo de WhatsApp con tus amigas. Ese detalle ya hizo la diferencia, en un contexto donde todos los días parecen iguales al anterior y al siguiente.

Esa es la intención de los recitales en cuarentena, salir de lo cotidiano. Ir a un recital, aunque te encante, no es cotidiano: los tiempos, lugares y precios no lo habilitan como posibilidad semanal siquiera. Esta vez, casi que todas las semanas hay una fecha pautada para escuchar lo mismo que quizás miles de personas, e incluso con detalles que hacen la velada algo único.

Entre canción y canción, va un recuerdo. Fito habló de sus grabaciones con Charly y Andres Calamaro. Pedro Aznar a través de Facebook Live se mostró en un estudio de grabación que tiene en su casa, y el primero de Mayo antes de arrancar a tocar, hizo una reflexión sobre el día del trabajador. También lee poemas. El primero en tomar la posta fue Jorge Drexler, que cuando le cancelaron el show que tenía previsto, tocó en un vivo de Instagram. Y lo bien que hizo.

Si hay gente que se arregla para ver un vivo de una fiesta, vos también podés ponerte tu remera favorita, abrir una birra y entrar al streaming que hizo Attaque 77. En YouTube también están activados los comentarios en tiempo real, quién dice si no conocés a alguien con tus mismos gustos. Tené cuidado con cantar muy alto, que a diferencia de los teatros, es muy probable que tu departamente no esté acustizado.

La modalidad llegó para quedarse. En dos meses, se planearon actividades culturales de todo tipo e incluso Gonna Go – Producciones armó el primer festival online: Antídoto. Ya han salido nueve ediciones, donde aparecen nuevos artistas y entrevistados en escena, desde sus casas, para brindar un pequeño espectáculo después de responder algunas preguntas. Los participantes hasta ahora han sido tan variados como Benito Cerati o Fabiana Cantilo.

Los conceptos claves parecen ser “familiaridad” e “intimidad”: podés modificar el recital a tu antojo. ¿Estás solo en tu casa? Aristimuño puede estar hablandote sólo a vos. ¿Querés estar en contacto con gente? Todas las plataformas te permiten interactuar con otras personas que están en tu misma sintonía. Echarte a reír o romper en llanto nunca fue tan sencillo, y eso hace que esta nueva forma de asistir a recitales sea muy bien recibida.

En este contexto de festivales virtuales y sesiones desde casa, surgen proyectos ambiciosos como el recital “A la carta” que Pedro Aznar quiso realizar por primera vez el fin de semana pasado, pero que por problemas técnicos reprogramó para este viernes. El recital funciona con entrada, a un precio más económico que en un espacio físico, y con un detalle prometedor: al momento de comprar la entrada, podés ingresar cinco canciones que te gustaría escuchar. Las más votadas serán las que toque.

Los fondos recaudados irán destinados al pago de los sueldos del equipo que trabaja con Pedro y a la FundaciónSI, con la que ya han colaborado varios artistas en esta cuarentena. La posibilidad de elegir la lista de temas siempre ha sido un factor clave en los distintos recitales, incluso hasta el detalle de querer guardarlas, por lo que es una propuesta ambiciosa para artistas con larga trayectoria y una gran motivación para ir corriendo, virtualmente, a comprar las entradas.

Como dijimos, la familiaridad con el artista es algo que se ha intentado lograr en la mayoría de los recitales. Las versiones acústicas, que tanto suenan en esta cuarentena, han sido pedidas infinidades de veces al punto de que algunos cantantes han hecho “giras acústicas”, donde suelen tocar en espacios reducidos y con menos público. Es probable que en medio del aislamiento social obligatorio, se esté gestando la nueva forma de producir contenidos musicales, pero como siempre con el eje en el público.