Rock

¡Por Dios, no!: La iglesia podría vender el Luna Park

Según publicó un matutino porteño en su edición del último domingo, donde hoy se emplaza el "Palacio de los Deportes" podría haber oficinas, si es que prospera la oferta acercada al clero de parte de un grupo inversor europeo. ¡Vade retro, satanás!

Luna Park
Luna Park

A esta altura, quizás, hay pocos que no lo saben. Pero acá va de nuevo: el Luna Park Stadium, al que el imaginario popular asocia con Tito Lectoure, hombre ligado al boxeo y al mundo del espectáculo es, en efecto, propiedad del Arzobispado de Buenos Aires, que tomó pleno control del lugar hacia mediados de 2014. Bueno, si no lo sabías, ahora sí lo sabés. Y también anda sabiendo una cosa: muy pronto puede ser parte del pasado.

La noticia que conmocionó al mundo del Rock y de la industria del entretenimiento en general, explotó en las páginas del Diario Perfil que, en su edición del domingo 20 de agosto, da cuenta de un proyecto que empieza a tomar fuerza y que amenaza con, literalmente, llevarse puesto al “Palacio de los Deportes”, apodo que el Luna adquirió por haber “hosteado” veladas memorables de varios aún más memorables boxeadores argentinos: Ringo Bonavena, Carlos Monzón y Nicolino Locche. Además, en ese lugar, se casó Diego Armando Maradona y se veló a Carlos Gardel. Bueno, todo eso puede quedar reducido a cenizas muy pronto.

¿Qué tan real es la amenaza? Perfil da cuenta de la idea de desarrollar en la manzana emblemática de Corrientes, Bouchard, Eduardo Madero y Lavalle, un edificio de entre 15 y 20 pisos de altura, lleno de oficinas.  Pero primero, hay que comprárselo al Arzobispado.

Historia de una herencia

¿Por qué el Luna le pertenece a la Iglesia? Por herencia, ni más ni menos. En 2013 murió Ernestina de Lectoure, su dueña y lo legó a esa institución. La señora, cuando partió, tenía 95 años. Justamente 95% fue el porcentaje que le otorgó a la Sociedad Salesiana de San Juan Bosco y a Cáritas Buenos Aires, que es lo mismo que decir que el Arzobispado lo gestiona desde entonces.

Ahora, ¿por qué elegiría vender el lugar? Más allá del prestigio que tiene el lugar y que se estaba gestando la habilitación definitiva del lugar para realizar todo tipos de shows, los administradores sufren el mismo síndrome que sufrió la Ciudad hasta que le dio el ok a La Renga: PorsiPasaAlgoGraveítis. Sí, la Iglesia tiene temor a que se produzca “incidentes en algún recital” y, ante la duda, mejor pasar la posta.  Ojo: el Luna es monumento histórico nacional desde 2007. Durante la presidencia de Néstor Kirchner fue nombrado y eso dificultaría enormemente su venta. En aquel momento fue un “rebusque” de los administradores para impedir el combo letal: venta+ demolición. Pero también hay “rebusques” para que eso no pese: Se puede construir encima de la estructura actual o incluso mantener la fachada.

¿Qué pasará entonces con el mítico recinto? Habrá que esperar, pero parece haber una oferta sobre la mesa tentadora para una institución que busca deshacerse de un potencial dolor de cabeza a futuro. Si se da, será el fin de uno de los lugares preferidos para los recitales en la Capital, que, cubiertos, sólo mantiene el estadio Obras y el Malvinas Argentinas, que son de capacidad inferior. ¿Cómo se reemplaza un lugar así? Por ahora, a rezar. Y si lamentablemente se da, más que nunca, a llorar a la Iglesia.