Rock

Como PEZ en el vivo

PEZ volvió con sus viejas mañas a San Martín. Con una sala a punto de ebullición, los muchachos sacaron clásicos de todas las eras -viejas y nuevas- para dar un sólido concierto. Acá, toda la cobertura.

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La banda trabajó y trabaja como un equipo

Definitivamente el ambiente under da para todo. Una cosa muy curiosa sucedió ayer en Chankanab (Pte. Perón 3347; San Martín), un gigantesco espacio que cuenta con dos pisos donde, en el inferior,  se escuchaba y bailaba cumbia y reggaetón. Mientras que más arriba, quizá metafóricamente, sonaba a toda potencia PEZ.

La banda integrada por Ariel Minimal en guitarra y voz; Gustavo Fósforo García en bajo y Franco Salvador en batería tocó una vez más para seguir presentando su último álbum “Nueva era, viejas mañas” (2013). Por lo que cabe preguntarse, entonces, cuáles son las viejas mañas que mantiene la banda en esta nueva era que le acontece a partir de su reciente placa.

En principio, PEZ sigue llenando espacios y trayendo público de todos lados. Por lo que tanto público fiel o simples oyentes se siguen preguntando cuánto falta para que empiecen a pasar seriamente a la banda en los principales diales del país y del mundo.

Lo que respecta al recital en sí, desde el vamos estuvieron presente los temas del disco nuevo. Fulminante comienzo con “Os garcas” y “La Madre de todas las Artes”, ambas del CD ulterior. Uno trata de no focalizar siempre en Minimal para descompensar lo que muy bien hacen sus compañeros, pero de a ratos se torna imposible: el guitarrista está muy enchufado y suelto con su instrumento al que hace surfear a través de la colección de pedales que descansan sobre una alfombra.

De una forma segura e imbatible, producto de un ensayado trabajo en equipo, siguen canciones como “De cómo el hombre perdió”, “¿Rindiéndole cuentas a quién?” o “La estética del resentimiento” que se mezclan con los temas nuevos como “Bandera negra” o el track homónimo que le da título al álbum.

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Cada uno se desplegó de la mejor manera

Lamentablemente, no todo es color de rosa en este recital; ya que tanta energía producida mueve a que más de uno se zarpe en el medio del pogo, y termine originando la caída de la valla. “Banquen los trapos, muchachos”, clama Ariel desde el escenario y mucha razón tiene: afortunadamente no se tuvo que sufrir por ningún lesionado, pero tranquilamente podría haber pasado. ¿Es esto estar en contra del pogo? No, pero otra cosa es saber ubicarse; porque bien que había personas dispuestas a disfrutar del recital tranquilamente, cantando las canciones o simplemente escuchando. Y eso ya es algo que marca, porque cuando el público queda callado no es porque le aburran los temas –y menos los de PEZ- sino porque se está tomando el lujo de poder escuchar a la banda que vinieron a ver en vivo.

Saltando ese pequeño accidente, disminuido por los agentes de seguridad que volvieron a sostener la valla por su cuenta, el recital siguió funcionando en forma pacífica. Más aún por los agradecimientos del ex-Fabulosos Cadillacs, que se mostraba como un tipo simple al decir: “Gracias por venir, sino es imposible”.

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Franco y el Fósforo, incansables toda la noche

Ya para el final, va sonando “Último acto”, que de último acto no tiene nada ya que la banda regala “Malambo”, que es directamente cantado por la gente, en una síntesis casi perfecta de lo que fue el concierto. Caída de telón para un show sin bises que, salvando lo ocurrido en el público, no tuvo fisuras. Minimal le afirmó a este medio el haberla pasado bien y sentirse cómodo con el show. Un show en el que PEZ, de tan potente, fue invencible.