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Viejo Farol encendió el Roxy de música y carnaval

Una hermosa noche de verano que amontonó a un grupo de gente con ganas de bailar y sentir el rock de Viejo Farol en el Roxy con No Somos Nada como banda invitada. Un doblete de música con mixturas de ritmos y sonidos rioplatenses que alegraron los corazones en Palermo.

Viejo Farol
Viejo Farol

El arranque fue madrugador y desde temprano ya empezaron a sonar los primeros acordes sobre el escenario. Afuera todavía caían las últimas gotas de luz solar y adentro No Somos Nada salía para dejar huella de su rock con mucha frescura y baile. Desde el candombe hasta la cumbia y con letras de retórica de la vida cotidiana abrieron espacio para dejar mensajes de inspiración. Entre medio de una de sus canciones pregonaron: “No hay nada más lindo que el encuentro, por eso hacemos música”. Dentro de ese marco la banda de Quilmes se encargó de calentar el escenario para mojar las orejas de los que iban llegando al lugar. Eran casi las 9 de la noche y todavía quedaban algunos espacios libres en el fondo, muchos rezagados parecía que iban a llegar sobre la hora.

El telón permanecía cerrado y una base instrumental atrajo a la gente cerca del escenario. Se amontonaron agazapados como para captar todo lo más cerca posible. La gente buscaba conexión directa con la banda, y ese lazo se iba a hacer tangible durante todo el show. Late un bombo cual corazón, se abre el telón y un rock-reggae bien suave abre pista para Viejo Farol en el Roxy. “Esperando caer” fue el puntapié inicial de unos primeros temas que enseguida mostraron el abanico de sonidos y mixturas que la banda refleja en sus temas. Con un Federico Hernán Larocca en la voz que nunca dudó en agitar desde el comienzo, encontraron un hermoso feedback con el público. Una fiesta en forma de dialogo entre la banda y el público, arriba y abajo del escenario. Más allá del calor climático, el termómetro ya marcaba un alto grado de temperatura en esta fiesta.
cc_viejofarol_15El show está en marcha y no pretenden parar por ahora, hay mucha energía arriba de las tablas para volcar sobre los instrumentos. Se acomoda un set de vientos en el fondo y salen bien al palo con “Cambios”, siguiendo después con un reggae áspero con las guitarras de Yamil Allevato, lejos de los sonidos roots y bien pegado a una ecualización roquera, dándole una linda textura al tema. El aguante de un público rodeado de amigos y familia, muestra un grupo humano de gente que se abraza entre sí y que se hace sentir en los huecos entre temas. Siguen con “Desafiné”, un tema que desde su letra utiliza una metáfora sobre la música para pedir perdón por algún error cometido en la vida

 Fede anticipa que harán un tema que tocan poco y que se darán el lujo de hacerlo en una fecha como ésta, cuando arranca una melodía de armónica amigable y flotante sobre una base a medio tiempo hacen sonar “No se preocupen”. Dispuesto al diálogo verbal al frente de su micrófono sigue inquieto y dice: “Estábamos entre hacer un tema muy viejo y uno nuevo, y bueno… quedó el nuevo, a ver si les gusta”. Así presentan “Cerca” que  invita al agite con el bombo golpeando desde el principio, llevando todo al frente en el el estribillo y generando pozos que bajaban la tensión en las estrofas. Un sube y baja que incitaba a mover el piecito, a mover el cuerpo motivado por el baile rockero. Pegado vuelven al pasado con “Lejos de acá”, coqueteando la melancolía de viejos seguidores del banda.
cc_viejofarol_20Partiendo el show a la mitad y creando una escena aparte de lo que venía aconteciendo, queda Federico en solitario con una guitarra acústica cantando una historia que parece cargada de recuerdos y cuestiones personales. Tematizado por el amor a Boca, el sueño de pisar la Bombonera y agradeciendo a la vida por algunos regalos, bajo ese clima meloso sonó “En la piel”, dejando sobre el final al público cantando a capella entre algunas palmas. Pero no iba a cerrar ahí la cuestión acústica y siguió con “Cuerdas de nylon”, dando así un doblete de temas desenchufados y sin distorsiones que ayudaron a calmar la adrenalina en el Roxy.

Volviendo con ganas de darle mecha al motor de la locomotora, sale Rodrigo Canales con su batería haciendo un solo acompañado por la percusión. Pinta la fiesta, pinta el baile murguero y se avecina un tema movidito desde la rítmica. Mientras van apareciendo con camisas floreadas y sombreros sorprenden con una salsita bien centroamericana para bailar, hacen “Mentirosa” y debajo del escenario fue casi una pista de baile tropical cuando en un momento cortan el tema, dejan un silencio y lo pegan con el estribillo de “Que ironía” el tema del símbolo del cuarteto cordobés Rodrigo. Un sorprendente sopapo cuartetero que siguió dando pista al baile.
cc_viejofarol_23La banda agradece a la música por los amigos que pudieron hacer en el camino y siguiendo con más sorpresas invitan al escenario a Mateo Moreno, ex bajista No Te Va Gustar y salen con un funky bien eléctrico llamado “Te aviso”. Con un espacio para un lindo solo de bajo, con el slapeo como principal premisa y unos virtuosos fraseos del uruguayo sobre su instrumento de cuatro cuerdas. Ya no hay freno en la lista de temas, el tren está en marcha a toda máquina hacia un final inminente y siguen con “Desilusión”. El cantante, en el estribillo, se mete entre el público y es llevado contra su fuerza hacia el centro del lugar sobre los hombros de alguien entre la gente, deja de cantar y queda el público entonando los versos en solitario sin el acompañamiento de la banda. Regresa al escenario y estalla todo cuando vuelven a rearmarse para cerrar el tema.

 Se viene el turno de “Por suerte”, una canción que no entró en el disco y que según contaron les dio muchas alegrías, e invitan a Mateo de No Somos Nada. Se sienta el guitarrista con una criolla, junto al cantante de NSN con un charango, mientras Federico sale acompañado por el público con unos versos bien cálidos que van creando un clima de murga, hasta desembocar en ritmos del altiplano. En el estribillo vuelan globos de colores por el aire y todo es carnaval en el Roxy. Se van despidiendo y disparan un ska, con la pantalla de fondo mostrando un videjuego de una vieja consola. Sobre una zapada final, presenta a los integrantes, mientras el público los abraza con cánticos y gritos de cariño hacia ellos. Se van entonces cerrando el show con “8760” y “Equilibrio”.
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Después de la fiesta, a modo de bis, un rock bien al frente, “Cuatro paredes”, dejando todo al borde del colapso de adrenalina. En ese momento reaparece Mateo Moreno con una pandereta en la percusión, toca apenas unos compases y vuelve a desaparecen en el fondo del escenario. Un final con sabor a que se podía seguir tocando por un rato más, el cierre fue una mera formalidad por horario. Ofrecieron una hermosa celebración de rock cargada de variadas mixturas musicales que mostraron todo lo rico que la banda tiene para ofrecer en sus temas. Viejo Farol está encendido y va al frente con mucha sinceridad en su música.

Fotos por Cinthia Anabella Fotografía

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