Tallando el Elefante volvió a pisar fuerte en Capital Federal. Tras haber llenado Casa Rock en Palermo hace menos de dos meses, la banda oriunda de La Plata reconfirmó sus intenciones de instalarse en el circuito porteño en El Emergente Bar del barrio de Almagro, que se llenó con seguidores de variadas procedencias.

La noche se fue alzando con la aparición de Dulce Marian en las primeras horas de la madrugada sobre las tablas. El grupo que nació en el corazón de la ciudad capital de Buenos Aires desplegó un gran show para musicalizar con gran soltura y espectáculo la primera hora de música en vivo.

El rocanrol clásico, las letras de patear calles cercanas, la fuerte presencia del frontman y los músicos fueron la marca registrada de la banda inicial que agrupó a una muy buena cantidad de público propio con banderas y cánticos. Los vientos en algunos temas le dieron un toque especial a la presentación de Dulce Marian que anunció un festejo a todo trapo el 14 de diciembre en Niceto.

Archivo Rock And Ball (Juliana Valdez)
Archivo Rock And Ball (Juliana Valdez)

Los ánimos vivían una mezcla de pausa y ansiedad antes de la aparición de la banda encabezada por Augusto “Cara” Graciosi. La espera estuvo ambientada por otra banda platense, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, cuyos temas fueron coreados con la efusividad que merece cada uno de ellos.

A pocos minutos de haber superado las primeras tres horas del domingo, el telón volvía abrirse y los músicos iniciaban los primeros acordes a solas para abrir paso a su noche porteña. Desde el detrás de escena apareció el Cara con las primeras estrofas de “Bailándole a la libertad” para iniciar a puro baile y cachengue la presentación, idea que se mantendría con “Robando el día” como sucesor.

El primer tramo tuvo como protagonista a Neurósis (2017), segundo disco de Tallando el Elefante, con la seguidilla “Mis impulsos”, el coreadísimo “Pájaro de mal agüero” con toda su pasta de hit, “Esfinge” y “Marinero”; sólo interrumpidos para que el cantante agradezca a los asistentes con un mensaje conciso: “Está complicado el tema económico y el país así que gracias por venir”. Los clásicos de Del otro lado (2015) empezaron a hacerse lugar con “Alma está loca”, “Luz del sol” y “No te olvido” que demostraron que Tallando el Elefante es una banda completa de música, mucho más allá que sólo de rock.

Archivo Rock And Ball (Juliana Valdez)
Archivo Rock And Ball (Juliana Valdez)

El viaje por diversas melodías y estilos es característico del grupo que cuenta con la marca registrada de las poesías recitadas de Graciosi. El escenario también lucía acorde a la apuesta artística que encarna Tallando el Elefante, con una representación de la medusa que es tapa del último CD y un telón con siluetas retratadas que hacían de fondo y de acompañamiento a la libre interpretación.

“Corazón de barrio” cantó el inicio de la parte más incisiva del recital, ya que desde el escenario se volvió a hablar de las complicaciones económicas por la crisis que atraviesa nuestro país y la necesidad de poner el pecho para afrontarla. Otro mensaje breve pero aún más claro fue pronunciado: “No vamos a hablar de política… pero sí, la gente se está cagando de hambre, hermano” y la respuesta del público llegó automáticamente con el cántico MMLPQTP.

El bloque final fue el más heterógeneo de todos, con temas de ambos discos y los clásicos platenses compuestos por el cantante antes de formar su actual banda. “Hoja al viento”, “Brujas”, “Agujas”, “El surco” y “Tango esquinero” zanjaron el camino para un final decidido a lanzar todo el rock a la cancha, previo aviso de una despedida “con los viejitos”. De esta manera la frutilla del postre estuvo acompañada de un baño de chocolate por el cierre desatado que provocaron “Mi solución” en una versión mucho más cruda que la original, “Otoño amanecer” y “Una dosis”.

Tallando el Elefante reconfirmó que empieza a pisar fuerte en la Capital Federal de la mano de canciones profundas, acordes compañeros y apuesta artística en el escenario. Su público, con mayoría proveniente de La Plata pero cada vez más de los barrios metropolitanos, volvió a estar a la altura de las expectativas y parece sellar el pacto de unión tan necesario para empujar una banda hacia adelante en el circuito under.

Fotos archivo: JV Fotografía