Se terminó el Quilmes Rock. Se acabó lo que se daba. Fueron cuatro jornadas al palo, con cinco escenarios, miles de kilómetros caminados, algunas quejas por el expendio de comida y bebida, pero con un claro índice positivo y mucho más en el haber que en el debe, para un festival que promete volver en el 2027.
Vamos a hablar, puntualmente, del segundo fin de semana, los días 3 y el día 4 o “extra”. En el día 3, el gran número era, para algunos, “No Te Va Gustar”; para otros “Babasónicos”, lo cierto es que ninguno defraudó, si bien el sonido de la banda de Adrián Dárgelos dio la sensación que pudo hacerse sentir más.

Tempranito, la acción del sábado empezó con mucha nostalgia, hits radiales y estribillos coreables, en tándem “VIrus” y “Los Tipitos” empezaron a ponerle picante a la tarde desde muy temprano. Después llegó el brilló y la fiesta de “Los Auténticos Decadentes”. La banda de Cucho y Jorge “Perro” Serrano, entre otros, porque en realidad los Deca son patrimonio nacional, se despachó con una seguidilla de hits transgeneracionales que hicieron saltar y celebrar a todo el Quilmes Rock.
Desde el noventoso “Loco tu forma de Ser”, hasta los más dosmilosos como “Osito de Peluche de Taiwán”, los Decantes armaron una fiesta a la que no le faltó nada. Incluso, Fer Ruíz Díaz se sumó para prestarle su voz a “Osito…” y se adueñó del escenario. Tampoco faltaron los covers, un homenaje a Sumo con “Viejos Vinagres/ La rubia tarada” y otro a “Los Abuelos de la Nada” con “Costumbres Argentinas”.

Pegado, Julián Kartún y el “Kuelgue” hicieron de las suyas en el escenario Quilmes. La banda tocó y aprovechó su rato para seguir confirmándose como una de las bandas en ascenso sostenido. Seguido, en el escenario Rock, llegó el turno del Metal. “Rata Blanca” copó la noche y las guitarras, los riffs y los agudos de Adrián Barilari dominaron un predio cada vez más lleno. “Mujer Amante”, “Guerreros del Arco Iris”, “Aún estás en mis sueños” y “La Leyenda del Hada y el Mago” fueron los puntos altos de una performance muy buena.

En paralelo en el escenario “Pop Art” pasaban cosas. “La Chancha Muda” la rompió en un show corto pero potente, en el que mostró que su rock con mensaje, poderoso, y, repetimos, con mensaje, recién está desplegando sus alas. Con referencias a Osvaldo Bayer y Abuelas de Plaza de Mayo, la banda la descosió. Atrás de ellos vino Richard Coleman, para ocupar el lugar que no pudo ocupar 2 minutos y, después, Eruca Sativa, para en 10 temones demostrar que todavía tiene muchísimo para dar. El power-trío aprovechó y anunció su show en Obras para el próximo 12 de julio para presentar su nuevo disco. “Magoo”, “Amor Ausente” y “Nada Salvaje” se destacaron en el show de la banda de Lula, Brenda y Gabriel.

Volviendo al escenario principal, No Te Va Gustar se subió puntual y comenzó un show que se extendería a lo largo de 19 temas. “Vamos a hablar poco y tocar mucho”, prometió Emiliano, y cumplió puntual su promesa. La banda charrúa se despachó con una piña tras otras, para dejar contento al público presente. “No te quiero acá”, “Cero a la Izquierda”, “Al Vacío”, “A las 9” y “Comodín” empezaron un show que fue puro acierto de parte de los charrúas de NTVG. La banda se movió con soltura entre sus hits y terminó bien bien arriba, con una seguidilla que incluyó “Pensar”, “Tan lejos”, “te voy a llevar”, “No hay dolor”, “Fuera de Control” y se fue como siempre, con “No Hay dolor”. Escenario caliente y público a punto para “Babasónicos”.
La propuesta de la banda de Dárgelos siempre bordea con la sensualidad y el erotismo. En esta edición no fue la excepción pero, dio la sensación, que le faltó algo más de potencia. La banda tocó 23 temas, el show más largo del día 3 y el segundo más largo del festival, sólo superado por “Los Piojos”. Con un final bien arriba, repleto de hitos de ayer y de hoy, la banda de Dárgelos cumplió lo que se esperaba desde la propuesta escénica, el set list y la prolijidad y lo atildado de su performance. El sonido fue lo que quedó en deuda. ¿El tramo final? “Y qué?”, “Vampi”, “El Loco”, “Carismático”, “Yegua”, “La Pregunta” y el encore con “Soy Rock” e “Irresponsables” que fue el tema que cerró la noche, ya cerca de la 1 de la mañana.

El cuarto día, el “Día Extra” iba a ser, prácticamente, de 300, una de las productoras detrás del festival y la productora detrás de Los Piojos. Así, pasaron artistas como Manu Martínez, Ale Kurz en los horarios diurnos y desfilaron otros artistas de la productora, con el gran broche de Oro con la banda de Andrés Ciro Martínez.
“Kapanga” y su rock alegre fue el primer gran número de la tarde. La banda del Mono, Maikel y gran elenco comenzó a subir la temperatura del playón de Tecnópolis. Pegado, “Los Caballeros de la Quema”, con Iván Noble a la cabeza, sin perder el pelo ni las mañas, regaló un show de 10 temas compacto, prolijo, sin fisuras que hizo levantar los primeros pogos del día. “Avanti Morocha” y “Oxidado” fue el tándem que cerró el show en el escenario “Quilmes”.

Eso dio paso a la “Orquesta Delio Valdez”, una de las propuestas más disruptivas del festival hizo mover el culo a todo Tecnópolis, con hits como “Inocente”, “El campanero” y “De un tiempo a esta parte”. Por una hora, la cumbia y el son se apoderaron del escenario “Rock” y fueron la tónica de la noche, ante un campo ya cada vez más atiborrado de gente.
Desde temprano, los uniformes eran claros. Piojos por todos lados, de distintos tamaños y colores, remeras alusivas a los discos, fechas, giras. Tatuajes al sol, indumentaria piojosa y alegría genuina porque la banda de El Palomar iba a cerrar el show con un setlist extenso, ya que desde las 21:00 se limpió la grilla quedando todo para los dueños de, quizás, el ícono más reconocible y reproducido del Rock Nacional.

Pero, antes, “Cruzando el Charco” hizo lo suyo en el escenario dónde instantes después subirían Los Piojos. La banda liderada por Francisco Lago también tuvo su momento de gloria. Se dio el lujo de invitar a Emiliano Brancciari (para “Volver a nacer”) y de anunciar su show, en el estadio Obras, el próximo 26 de julio. “Cada error”, “Soy” y “cambiando de Color” fueron el principio de un show que también tuvo un cover de Jóvenes Pordioseros, con “Descontrolado”. Es más, la banda invitó al propio Toti a escena, en un momento con mucho rock en la sangre.

“El Plan de la Mariposa” tenía la difícil tarea de venir antes de “Los Piojos” y de bancar la ebullición de un público cada vez más ansioso -y apretado-. La banda de los hermanos Andersen Carmody hizo lo suyo, salió airosa de una parada difícil. Con un tono absolutamente opuesto al de “los Piojos” fueron los encargados de tocar en la previa.
Hacia las 21, todo se apagó, las visuales se duplicaron en ambos escenarios y comenzó la animación típica de esta serie de shows de “Los Piojos”. “Desde Lejos no se ve” fue el tema elegido para abrir y, rápidamente, fue enganchado con “Chac Tu Chac”, “Babilonia” y “Yira-Yira” con cuatro piñas al mentón, “Los Piojos” comenzaron un show que se extendería durante 28 temas, y la amplia discografía de “Los Piojos”.

Con varios de los yeites ya mostrados en estos shows de reencuentro, la banda de Andrés Ciro Martínez hizo lo que tenía que hacer, con una lista de temas que dejó conformes a varios, pero que tuvo ilustres ausentes como “Los Mocosos”, “El Balneario”, “Genius”, “Muy Despacito” y “Morella”, entre otros.
La parte que tuvo a Roger Cardero en los parches, la que se apoya en los discos de “Verde Paisaje” para adelante, incluyó: “Motumbo”, “Civilización”, “Vine hasta aquí”, “Luz de Marfil” (¿El tema más pogueado de todos?), “Entrando a tu Ciudad” (con Piti en la voz), el homenaje a Tavo con el instrumental de “Ruleta” y, pegado, el tema “Sudestada”.

Ya con Dani Buira en los parches, la banda revisitó sus primeros discos, con un claro predominio de “Ay, Ay, Ay”. “Te diría”, “Ay, Ay, Ay”, “Ando Ganas”, “Tan Sólo” y el momento más sorprendente de la noche con “Es sólo Rock and roll”, el tema que se grabó en Ritual y que motivó una anécdota que contó Ciro sobre su grabación. “Pistolas” fue el que finalizó el set de Buira en la batería.
Lo que siguió – medio show- tuvo a los dos en los parches y siguieron sonando clásicos, en los que un Ciro muy locuaz, se encargó de contar anécdotas, celebrar momentos pasados e incluso invitar a la multitud a comer panchos en “Pancho 46”, el histórico recinto ubicado a pocos metros de Tecnópolis, en el momento quizás, más hilarante del show piojoso.

“Como Ali” y “Ruleta” hicieron saltar a todos tras un primer abandono de la banda del escenario, luego, llegó “Sábado a la noche”; un cover de Moris que nadie vio venir y “Pacífico” para el segundo “El ultimo tema de la no”, con el que Ciro bromea desde siempre, haciendo un juego vocal con la gente.
“Bicho de Ciudad”, “Maradó” (con su intro y cientos de banderas argentinas que se sumaron a las tradicionales de Palo) siguieron con la lista. “Muevelo”, con la presentación de la banda y muchos fans bailando en el escenario ya hacía presagiar que el final estaba cerca y así fue, para el final, “Los Piojos” guardaron artillería pesada: “El farolito”, “Cruel” (otro top 3 de pogos en la noche) y “Y Quemás” – con la lectura de banderas- dieron por cerrado el Ritual que se cerró oficialmente con el Himno argentino, en la armónica de Andrés Ciro Martínez.
Y así se fue el Quilmes Rock, que dejó también el anuncio de una nueva fecha de “Los Piojos”, la última de este reencuentro, el próximo 24 de mayo en el Parque de la Ciudad, en la Zona Sur de la Capital Federal. Ahora, la banda de Ciro rumbeará para el Interior: Rosario, Mendoza y Córdoba, en ese orden, serán las paradas. Luego, “Parque de la Ciudad” y, ¿después? Prometieron que el impasse no sería tan largo esta vez.
240.000 personas, cinco escenarios, un sinfín de gente trabajando, para cuatro jornadas que transcurrieron en paz y armonía, más allá de las cosas clásicas de cualquier festival multitudinario. El “Quilmes Rock” volvió y ojalá sea para quedarse. Un festival dónde aparecieron con luz fuerte nuevos artistas, dónde muchos confirmaron su vigencia y dónde la nostalgia ganó mucho terreno, pero sin caer en lugares comunes o golpes bajos. El Quilmes Rock está vivo. El Rock está vivo. Y en los tiempos que corren, eso es una buena noticia.

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