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Pez en Niceto, rock garantizado

La banda liderada por Ariel Sanzo "Minimal" llenó la primera fecha en Niceto. A pesar de alguna falla en los equipos, devoraron el recinto y demostraron por qué son desde hace años una de las bandas de rock más plantadas de la escena. El sábado 13 vuelven a tocar.

Pez en Niceto
Pez en Niceto

Por Juan Oliverio Piterman

En la calle 25 grados, una noche de esas que el otoño aún no confirma su estabilidad. Tricomas se escuchaba desde afuera, el trío pesado de Flores abrió temprano la noche en Niceto, pasadas las nueve. Rock duro con dejos bluseros manijearon a los primeros en llegar al field.

Una hora más tarde apareció PEZ. Ariel Sanzo “Minimal” en la guitarra con remera negra lisa, Gustavo “Fósforo” García en el bajo con una remera del Santk Pauli -club de fútbol alemán anti-fascista, anti-xenofobia y con alma de izquierda-, Franco Salvador en batería con una camisa a cuadros y Juan Ravioli en teclados y guitarra vistiendo un saco y una remera simil “Buscando a Wally”.
“Rompo tu piel de asno”, de Cabeza, abrió una noche poderosa y con algunos altercados técnicos. Casi en el final del primer tema gran parte de arsenal de pedales de “Minimal” comenzó a fallar. Parate de unos minutos, acople largo de por medio, y la gente agitaba. “Acústico, gordo”, se escuchó del fondo. “¡Pero si estoy más flaco que Gardel!, como dijo Maradona”, respondió el cantante.

                                       

La lista original mutó en el transcurso de la noche, comenzaron a tocar los que mejor salían sin los efectos de la guitarra. “Soñar soñar”, “Ahogarme”, y “Vamos”; “Roma”, “Quiebran”, de El Porvenir; “Bandera Negra”, “Fuerza”, y “La madre de todas las artes”, del disco Nueva Era Viejas Mañas. Recorrieron casi todas las épocas. La presentación se tornó improvisada y el ambiente se volvió más romántico. “¡Esto es rock and roll, tocar sin pedales!”, avivó uno de adelante agitando los brazos con mueca de aguante y descontrol.

Ariel “Minimal” siguió pidiendo disculpas por los inconvenientes de sonido. Incluso publicó más tarde en la cuenta de la banda: “Con múltiples fallas técnicas en el primer tema, ya arrancamos perdiendo desde el vestuario.
Pero con tesón, entrega y huevos, logramos empatar en el descuento y llevarnos un puntito a casa”. Y así fue, porque más allá de su desazón, la performance nunca dejó de ser perfecta y poderosa.

                                         

El cuarteto está en el último tramo de la grabación de un nuevo disco, su décimo quinto. El pasado 4 de mayo terminaron las mezclas, falta la masterización y en “uno o dos meses” saldrá a la calle. El cuarteto redondeó la noche con “Nubes toman formas tontas”, “Desde el viento en la montaña hasta la espuma del mar”, “Fuerza”, “Maldición”, “No mi corazón coraza” y “¿Adónde está la libertad?” de Pappo, junto a “El Demonio”. “Los verdaderos sonidos de la libertad” fue el último antes que cierre el telón hasta el sábado 13. Dos horas de rock que pasaron volando, los tímpanos se marcharon conformes de Niceto.

Sin duda que algunos se habrán quedado con ganas de más. Para aquellos, “Minimal” les dedicó unas palabras: “Lo bueno de esto es que el sábado tenemos la revancha”. Y advirtió que el 13 “Niceto será una carnicería”.

Fotos de Sofía Garay

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