David Lebón está de vuelta, con todas las letras. Con una carrera de más de 50 años en la música, el Ruso celebró en la noche de ayer su Herencia Lebón ante un Movistar Arena Music (Humboldt 450, CABA) que aplaudió y coreó cada canción al punto de dejar emocionado al músico. 

En breves palabras, la lista de temas consistió en un mix entre sus canciones solistas y las que compuso en Serú Girán, posiblemente su banda más destacada. David se encuentra presentando los EPs consistentes de Herencia Lebón, en el que va repasando diferentes hitos de su discografía junto con covers de sus bandas o solistas admirados. 

Hubo una extraña y ligera sensación de despedida cada tanto. Lebón, engalanado en plan Duque Blanco, no se cansó de agradecer a su público por su presencia, por su canto, por su amor. Pero también cada cierto tiempo se encargaba de recordar que estaba en el último tramo de su carrera y su vida. Que lo único que esperaba es que su nieto nacido hace escasos dos meses le dijera “te quiero, abuelo” y con eso él “ya estaba”. Las respuestas en el público variaban.

Pero si algo se encargó de cosechar el ex Pescado Rabioso a lo largo de su vida fueron amigos y músicos que lo quieren e idolatran. Una decena de ellos fueron invitados ayer a celebrar la velada: Alambre González (Copado por el Diablo/Mundo Agradable), Luz Gaggi (Frecuencia Modulada/Encuentro con el Diablo), Baltazar Comotto (Despiértate Nena/Noche de Perros), Luis Salinas y Cristian Judurcha (Layla versión acústica) y el trío Nico Sorín – Hernán Jacinto – Gabriel Pedernera (No Soy un Extraño). Muchos de ellos ya habían participado en las versiones que las diferentes Herencias ofrecen en sus tres volúmenes.

Si bien la banda en su conjunto sonó muy bien, sólida, el momento más logrado llegó con el set acústico. Se restaron intérpretes pero se ganó en intimidad con el protagonista. Las versiones de San Francisco y el Lobo junto con Blackbird (The Beatles) fueron exquisitas, seguidas con un maravilloso El Tiempo es Veloz como cierre. A esto le siguió la entrada del guitarrista Palmo Addario y de su hijo, Carmelo Addario. Este último interpretó una exquisita versión de Peperina y de Pubis Angelical (Charly García) al piano -y Lebón a la batería- contando con tan solo ¡9 años!

De menor a mayor, con algunos pifies o llegadas tardes (David tiene 71), pero con excelentes interpretaciones y sientiéndose evidentemente a gusto con lo que ocurría alrededor, Lebón otorgó un excelente recital donde recibió sus merecidos aplausos tras más de 50 años de carrera. Y con el mensaje del Amor siempre presente, siempre dispuesto para su público. ¿Y no son ellos, acaso, los herederos? ¿No son ellos quienes toman la posta de la Herencia Lebón?

Fotos de Gisele Alejandra PH