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El Mató a un Policía Motorizado, entre la introspección y la alegría

La banda emblema del indie platense se presentó por tercera vez en el año (segunda durante el mes de octubre) en el Teatro Vorterix. Bajo el mando de Santiago Motorizado y con un teatro lleno, el grupo volvió a recorrer su repertorio que incluye varios EPs y sus dos únicos discos hasta el momento (Él Mató a un Policía Motorizado y La Dinastía Scorpio), tomándose también el tiempo para presentar dos canciones nuevas ("Violencia" y "Baile en la Colina"). A las 21.15, en un horario extrañamente puntual para lo que nos tienen acostumbrado, y bajo la bruma característica del inicio, empezaron a sonar los primeros temas de "El Magnetismo". No hacía falta más, la noche del último viernes de octubre estaba programada para hacer las veces de procesión interna. Es que Él Mató es así, te lleva y te trae de paseo por tu cabeza mientras las guitarras bailan en su ruido. No hay canción de ellos que no te deje pensando ni analizando situaciones del presente y el pasado. Por eso cuando suenan juntas en el setlist canciones como “Mujeres Bellas y Fuertes” y “Nuestro Verano”, se ven todas las manos en alto como si intentaran liberar todas las sensaciones negativas que acumulamos durante el tiempo que no asistimos a un recital de ellos. Pero si de analizar frustraciones se habla, el mejor momento de la noche para eso es “El Fuego Que Hemos Construido” porque después de la oscuridad siempre hay luz. Y así se iban por primera vez, dejándote con ganas de más, con ganas de divertirte y cantar a los gritos ahora que estabas libre de toda presión que venías acumulando. Te conocen, saben, y por eso vuelven. Con “Lenguas de Fuego en el Cielo” dan por iniciado el tramo final del show. Termina “Más o menos bien” y llega el momento más alegre de la noche. Todos nos subimos a nuestro techo mental con un rifle para poder cantar “Mi Próximo Movimiento” como corresponde. Y como ocurre en cada recital, es la canción más cantada de la noche. No hay mejor manera de terminar un recital que con un tema para recibir el sábado y los platenses hacen justamente eso. “Sábado” cierra una noche de viaje por el interior de nuestra cabeza. Ahora terminó, los músicos se fueron y el telón del Vorterix volvió a cerrarse. Todos se van con una sensación de liberación, con un dolor de espalda menos, con lo que sea, pero felices. Por Lucas Sciancalepore especial para Rock And Ball

El Mató en Vorterix
El Mató en Vorterix

La banda emblema del indie platense se presentó por tercera vez en el año (segunda durante el mes de octubre) en el Teatro Vorterix. Bajo el mando de Santiago Motorizado y con un teatro lleno, el grupo volvió a recorrer su repertorio que incluye varios EPs y sus dos únicos discos hasta el momento (Él Mató a un Policía Motorizado y La Dinastía Scorpio), tomándose también el tiempo para presentar dos canciones nuevas (“Violencia” y “Baile en la Colina”).

A las 21.15, en un horario extrañamente puntual para lo que nos tienen acostumbrado, y bajo la bruma característica del inicio, empezaron a sonar los primeros temas de “El Magnetismo”. No hacía falta más, la noche del último viernes de octubre estaba programada para hacer las veces de procesión interna. Es que Él Mató es así, te lleva y te trae de paseo por tu cabeza mientras las guitarras bailan en su ruido.

No hay canción de ellos que no te deje pensando ni analizando situaciones del presente y el pasado. Por eso cuando suenan juntas en el setlist canciones como “Mujeres Bellas y Fuertes” y “Nuestro Verano”, se ven todas las manos en alto como si intentaran liberar todas las sensaciones negativas que acumulamos durante el tiempo que no asistimos a un recital de ellos. Pero si de analizar frustraciones se habla, el mejor momento de la noche para eso es “El Fuego Que Hemos Construido” porque después de la oscuridad siempre hay luz.

Y así se iban por primera vez, dejándote con ganas de más, con ganas de divertirte y cantar a los gritos ahora que estabas libre de toda presión que venías acumulando.

Te conocen, saben, y por eso vuelven. Con “Lenguas de Fuego en el Cielo” dan por iniciado el tramo final del show. Termina “Más o menos bien” y llega el momento más alegre de la noche. Todos nos subimos a nuestro techo mental con un rifle para poder cantar “Mi Próximo Movimiento” como corresponde. Y como ocurre en cada recital, es la canción más cantada de la noche.

No hay mejor manera de terminar un recital que con un tema para recibir el sábado y los platenses hacen justamente eso. “Sábado” cierra una noche de viaje por el interior de nuestra cabeza.

Ahora terminó, los músicos se fueron y el telón del Vorterix volvió a cerrarse. Todos se van con una sensación de liberación, con un dolor de espalda menos, con lo que sea, pero felices.

Por Lucas Sciancalepore especial para Rock And Ball