El comienzo de una nueva edición del Cosquín Rock tuvo una programación abrumadora, donde el público hizo malabares para poder seguir a sus bandas favoritas (si es que querían hacer un popurrí de todo), pero de manera más tranquila que el año anterior. Ya que la mayor cantidad de personas se mostró cerca de las 21 hs.
El mejor menú de la noche
Federico Anzardi, colega de Rock Salta, después del show de Divididos dijo: “Son una milanesa con puré, nunca defraudan”. Gran síntesis para explicar lo que generan en el Cosquín y en todos los lugares donde tocan Ricardo Mollo, Diego Arnedo y Catriel Ciavarella.
“Divididos y otra vez Divididos. Siempre Divididos, y hasta cuándo Divididos” es lo que diría algún relator de fútbol después de verlos. Porque lo hicieron una vez más. Banda festivalera si las hay, con un Catriel que no genera cansancio al verlo (como sus brazos); un Diego que no cansa de verlo tocar el bajo cómo lo hace y de un Ricardo que no cansa de disfrutarlo como lo hace la gente cada vez que sube a un escenario. Porque la aplanadora del Rock en realidad eleva los sentimientos.
Ricardo no le fue ajeno a la actualidad, pero lo que dijo lo dijo con altura, antes de “Amapola del 66”: “Ese fue un año creativo e importante. Se cambiaron muchas cosas. Este es un momento para volverlas a cambiar. Hay que ponerse creativos. Nos merecemos un mundo mejor”.
Y el mundo lo fue, al menos por un rato, cuando el coro de la gente hizo lo emocionar hasta las lágrimas en “Spaghetti del rock”.
La (In)disciplina de Lali
Unos días antes de esta edición del Cosquín Rock, Lali Espósito compartió con sus fanáticos que no podía creer que iba a estar en su grilla. Tampoco mucha gente que no entiende que el Festival mantiene el nombre original, pero que ha cambiado desde hace tiempo.
La confirmación de Lali no había pasado desapercibida en la previa como tampoco fue en el predio, por lo nadie se la quiso perder. Y cuando decimos nadie significa nadie: seguidoras fieles, padres con sus hijas pequeñas en los hombros, pibes que en otros momentos estarían en otras partes del predio.
Mucha gente mirándola a ella; mucha otra cantando de principio a fin sus canciones; mucha esperando que se pronunciara en medio de estos tiempos donde la cultura está amenazada. No importó cómo, pero para todo el mundo Lali no pasó desapercibida.
Una puesta impactante, bailarines por doquier, Lali siendo Lali sin preocuparse en ser políticamente correcta, como cuando antes de cantar KO dijo: “’Esto que somos los argentinos, esta unión que genera el arte, la música, la cultura, nadie nos lo va a sacar jamás. Este tema es para los giles, los antipatria y los mentirosos”, tiró antes de “KO”. O cambiando la lentra en “¿Quiénes son?”: “Que si fumo, que si vivo, que si digo, que si bebo, que si vivo del Estado”. Lali siendo Lali, brillando como ella, pese a todo y a todos.
Di lo tuyo, Dillom
En épocas de redes sociales, de haters y de grietas (que siempre existieron) Dillom movió el predio y el avispero. Es que el joven músico dejó su marca cuando cantó “Sr. Cobranza” (canción de Las Manos de Filippi popularizada por La Bersuit) al cambiarle el verso de “Norma Plá a Cavallo lo tiene que matar” por ”A Caputo en la plaza lo tienen que matar”.
Las redes se hicieron un festín en las horas posteriores, pero antes lo había hecho la gente con alguien que es de las mejores apariciones de la nueva escena, con su espíritu rockero, su manera de ver y sentir la música y de decirlo, cueste lo que cueste.
Miranda es un buen lugar
Antes de Lali, en el Escenario Montaña se vivió el primer “sold out” de la tarde. Es que es raro decir que hay localidades agotadas en semejante predio, pero a las 19:30 una multitud se agolpó para ver, escuchar y aceptar a Miranda! como un clásico de nuestra música.
Así nos llevaron a conocer su “Hotel Miranda!”, el disco con colaboraciones que en esta oportunidad sonaban desde la pantalla con Calamaro, Christian Castro, Emilia y Chano. Así, el dúo de Ale Sergi y Juliana Gattas sigue celebrando sus dos décadas ganadas haciendo lo que mejor saben: que la gente la pase bien cuando ellos se suben al escenario. Cuando logran que (Hotel) Miranda sea siempre un buen lugar para estar.
Con amigos es todo mejor
En el Escenario Norte, cuando empezaba a caer la tarde, empezaron también las primeras corridas de la tarde. Era para ver a Los Pericos & amigos, que llevaron un grato momento para bailar pese al calor. Los amigos de Juanchi Baleirón (y de toda la banda) fueron Emanuel Noir para cantar “Complicado y aturdido”, Natalie Pérez para hacer “Mucha experiencia“, Los Auténticos Decadentes para “Home Sweet Home“, Sebastián Teysera para “Casi nunca lo ves” y dado que estaban en Córdoba, el Negro Videla (icono del cuarteto) para “25 rosas“. También sonó Trátame Suavemente, en una verisón muy, pero muy linda dedicada “a la memoria de Gustavo”.
Fotos y Texto: Juanjo Coronell
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