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Selección argentina: la típica lista del siempre falta y nunca alcanza

Salió la lista de 23 jugadores que representarán a la Selección argentina en 2018 y los cuestionamientos no tardaron en aparecer. Análisis del plantel elegido por Jorge Sampaoli.

Un país en el que su oxígeno es el fútbol y el dióxido de carbono es su disconformidad con los protagonistas, ávidos sabiondos del todo del deporte, de quiénes deben integrarlo y cómo deben practicarlo, de los 23 que cada cuatro años deben ser en la Selección esos 300 espartanos de la Batalla de las Termópilas; y en ese combo letal se comete el yerro de creerse más que los propios.

La crítica hacia quién debe conformar ese poco más de una veintena de hombres es abismal, pero aún es peor para quiénes son seleccionados por ese hombre en pos de guiarlos hacia la conquista mundial. Que sobra éste, que falta aquél. Y, tal vez, da la sensación que sobra aquél y falta este otro. Sin embargo, a lo que apuntó Jorge Sampaoli es su idea de conformar un equipo, con nombres capaces de adaptarse a su preferencia de esquema 2-3-3-2 como anunció en la conferencia de prensa del día de ayer, y a partir de ello, entender el porqué de estos veintitrés.

Sergio Romero (Manchester United), Wilfredo Caballero (Chelsea) y Franco Armani (River Plate), son los tres arqueros que considera por encima de otros. Los dos primeros emulan a su ex colega Bernardo Leyenda calentando banco en sus respectivos equipos. El tercero le tomó cinco meses en su actual club para posicionarse como realidad ante los ojos del público argentino, por más que tuvo un gran paso en el fútbol colombiano en dónde fue campeón de América con Atlético Nacional. Teniendo en cuenta las características de este tridente, Caballero es el que más se amolda a lo que pretende el DT de la Selección: juego con los pies y capacidad de anticiparse al espacio que dejarán los dos centrales posicionados en el círculo central.

Nicolas Otamendi (Manchester City) y  Federico Fazio (Roma) serían los centrales titulares. El primero por su aporte de primer pase y conducción; el segundo por la altura y corte de juego contrario. Gabriel Mercado (Sevilla) y Nicolas Tagliafico (Ajax) se posicionarían a los costados del volante central posicional, en el que se podría utilizar al ex Independiente como arma ofensiva por su capacidad de sorpresa en ataque. Marcos Rojo (Manchester United) – a pesar de su inactividad- intentará ser el recambio del segundo marcador central o del lateral izquierdo. Marcos Acuña (Sporting de Lisboa) puede jugar de carrilero en un hipotético cambio de esquema o como un volante ofensivo. La sorpresa de la lista, Cristian Ansaldi (Torino), puede desempeñarse por las dos bandas – según afirmó Sampaoli-  aunque le sienta mejor el lado izquierdo.

En el mediocampo Lucas Biglia (Milan) será ese ‘5’ posicional ladeado por los laterales. Delante de él estarían Manuel Lanzini (West Ham), Giovanni Lo Celso (PSG) y Ángel Di María (PSG). Aguardarían su lugar Javier Mascherano (Hebei Fortune) – que puede ser utilizado como reemplazo de Biglia o marcador central -; Eduardo Salvio (Benfica) como recambio de Mercado en defensa o volante ofensivo;  Éver Banega (Sevilla) como suplente de Lo Celso; Cristian Pavón (Boca Juniors), reemplazante natural de Di María por izquierda y alternativa por derecha en una línea de tres delanteros. Además, Maximiliano Meza (Independiente) es una buena carta bajo la manga para el desequilibrio individual y el juego asociado. Algo me dice que tendrá más minutos de los que uno podría llegar a pensar.

Lionel Messi (Barcelona) y Sergio Agüero (Manchester City) se consolidarían como la dupla ofensiva ante este dibujo táctico que desea emplear el entrenador. Paulo Dybala y Gonzalo Higuaín, ambos de la Juventus, esperarían en el banco de suplentes de la Selección. “El mejor rendimiento de Paulo fue de centrodelantero en el Palermo. Es un gran definidor”, declaró Sampaoli en conferencia. Si se tiene en cuenta esta declaración Dybala no sólo sería el recambio de Messi, sino el de Agüero también. De esta forma, se entiende a Higuaín como el suplente del suplente del ‘9’ titular.

Lo que caracteriza a cada uno de estos jugadores es su capacidad de adaptarse a varios puestos, justo lo que necesita el entrenador para llevar a cabo su idea de juego; aunque algunos, quizás, no lo hagan de la manera que desea. O, tal vez, sí. Él entiende que en estos veintitrés está su equipo. Ese en el que podemos creer que falta un defensor central, un lateral derecho  o un ‘5’ del estilo de Matías Kranevitter o Santiago Ascacibar. Para otros el goleador del Calcio (Mauro Icardi). Para tantos otros hace falta una renovación de nombres por más que catorce de estos jugadores jueguen su primer mundial.

Siempre falta. Nunca sobra. Porque ante todo el argentino promedio es más de anticipar la tempestad que de vislumbrar una luz de esperanza. De no disfrutar el oxígeno del juego y preferir expulsar toda su (in)diferencia.

Por Gastón Amestoy.