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El desafío de Milito

Era cuestión de tiempo. Los destinos de Gabriel Milito e Independiente volverían a cruzarse tarde o temprano. Tras varios desencuentros, la salida de Mauricio Pellegrino le dejó el camino allanado al Mariscal, que ahora deberá lidiar con una hinchada desesperada por títulos.

River, Boca, San Lorenzo y Racing han logrado títulos en los últimos años. Independiente, en cambio, sufrió el descenso a la B Nacional y debió jugar un desempate para regresar a Primera. En ese retorno, Jorge Almirón fue víctima y victimario al mismo tiempo: su equipo nunca convenció ni desde el juego ni desde los resultados, pero tampoco la paciencia del hincha ayudó demasiado.

Mauricio Pellegrino pareció enderezar el rumbo, en especial desde los resultados. No obstante, tropiezos determinantes le impidieron a Independiente volver a disputar la Copa Libertadores, avanzar en la Copa Sudamericana o Copa Argentina, y también le significaron una despedida temprana en lo que a la lucha por el título respecta.

LA HORA DE MILITO

La tarea del ídolo es complicada, pero ninguna otra persona contaba con más espalda que él para asumir el mando. Si bien no estará libre de críticas, Gabriel Milito es el último representante de un Gen Independiente que se desmorona año a año. Primero lo intentó desde el lado formativo: dirigió al Selectivo. Diferencias con los mismos dirigentes que ahora lo fueron a buscar, lo llevaron a dar un pase al costado. No obstante, su contribución al club que lo vio nacer no mermó: junto a Sergio Agüero, lideró la creación de un Centro de Alto Rendimiento. El compromiso de Milito para con el club, y sus ganas de triunfar con el Rojo, no pueden ponerse en duda.

UN EQUIPO CON IDENTIDAD

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Por su larga estadía en Barcelona, Milito es muchas veces denominado como un aprendiz de Pep Guardiola. Esto mismo le valió que el público de Estudiantes, arraigado al Bilardismo, lo mirara con cierta desconfianza. No obstante, el ex defensor ahora entrenador prefiere buscar un estilo propio. Se preparó observando la forma de trabajo de diversos colegas. “Guardiola, Simeone y Mourinho tienen muchas cosas en común”, reconoció alguna vez.

Apenas un partido sirve de referencia para distinguir ciertas características del Independiente de Milito: salida desde el fondo, presión alta, laterales al ataque con frecuencia, dinamismo a la hora de tener la pelota, y mucha amplitud. En el amistoso ante Gimnasia, no se vio a sus dirigidos con la premisa de monopolizar siempre el balón, sino con la intención de llegar rápido al arco rival.

En declaraciones de sus dirigidos se desprende la idea de ser protagonistas siempre, en cualquier cancha. O al menos intentarlo. Esto marca una gran diferencia con su antecesor, Mauricio Pellegrino, quien buscaba ser superior a su rival desde el orden y la anulación del juego rival. El Independiente de Milito tomará riesgos. Lo demostró ante Gimnasia, tras quedar muchas veces mal parado en defensa. En el desesperado fútbol argentino, y sobre todo, el apuro del hincha del Rojo, serán claves los primeros resultados. Jorge Almirón llegó al club con una idea similar, pero goleadas en contra terminaron por condenarlo al rechazo del público.

ESQUEMA Y NOMBRES

Por lo que se vio en los amistosos, y también en su breve paso por Estudiantes de La Plata, Milito prefiere un 4-3-3, pero el esquema es sólo la forma de llevar a cabo una idea. En el “Pincha” muchas veces utilizó un “falso 9” para ocupar la posición de centrodelantero. Ahora, en su nuevo desafío, Germán Denis es quien ocupa esa posición. El “Tanque” es más un rematador/finalizador de jugadas que un creador de espacios para sus compañeros.

El primer pedido de Milito a la dirigencia fue el regreso de Nicolás Figal. El defensor central de 22 años se caracteriza por intentar siempre sacar la pelota limpia, aunque eso muchas veces implique tomas grandes riesgos. Su perfil es similar al de Hernán Pellerano, pero el juvenil cuenta con una mayor capacidad física que le permite cubrir grandes distancias, lo que es ideal para una defensa que jugará muy adelantada. Además, otro pedido fue el de Jonathan Schunke, a quien conoce y potenció en su paso por Estudiantes. Si bien se estima que Pellerano arrancará como titular, no podrá relajarse. El otro zaguero será Víctor Cuesta. Su continuidad fue otro pedido importante. El capitán de la Selección Olímpica encaja a la perfección en la idea de jugar la pelota desde la defensa. Para esto último, también restará definir si Diego “Ruso” Rodríguez podrá recuperar el arco que hoy por hoy ocupa Martin Campaña. El uruguayo tiene menos ductilidad con los pies, pero se ha mostrado más resolutivo en situaciones apremiantes.

Damián Martínez también llegó al club por recomendación del “Mariscal”. Su perfil no difiere tanto en comparación al otro lateral derecho, Gustavo Toledo, pero el recién llegado tiene características más ofensivas. Ante Gimnasia, estuvo cerca de convertir. El otro lateral, Nicolás Tagliafico, también tuvo su chance: apareció como centrodelantero en otra muestra de las variantes ofensivas que pretende Milito. La profundidad en los laterales es otra de las intenciones en este nuevo proyecto.

En la mitad de la cancha las modificaciones también hablan por sí solas. Se terminó el doble cinco que prácticamente nunca rompió Pellegrino. El uruguayo Diego Rodríguez será el pivote que se meta entre los centrales para permitir la simultánea proyección de los laterales. Jesús Méndez y Jorge Ortíz, antes dupla, ahora competirán por un lugar como uno de los interiores. El otro, hasta el momento, y para sorpresa de muchos, es ocupado por Martín Benítez. “El Misionero”, acostumbrado a ser un atacante neto, ocupa ahora ese lugar para aportar desequilibrio, velocidad y desparpajo antes de llegar a los metros finales. Su capacidad de retroceso es una incógnita, pero está claro que Milito se dispone a tomar riesgos. “Cebolla” Rodríguez, el refuerzo Juan Sánchez Miño, Domingo Blanco y el juvenil promovido por el entrenador, Ezequiel Barco, son otras de las variantes para ocupar esa posición. Todos con distintos perfiles, pros y contras.

328674En el ataque también hay novedades. Mauricio Pellegrino por lo general optó por un solo delantero y dos extremos, pero que partían retrasados. Con Milito, Leandro Fernández y Emiliano Rigoni parten desde más arriba. Si bien tienen que retroceder junto a sus compañeros, su principal tarea es la de darle amplitud y velocidad al equipo. Fernández, el menos acostumbrado a esta función, también puede ocupar el rol de centrodelantero para permitir que Germán Denis salga del área. Y además, tanto el ex Godoy Cruz como el cordobés manejan ambos perfiles, por lo que pueden intercambiar posición en cualquier momento del partido. Pero el repertorio no queda ahí: Diego Vera siempre fue importante para el equipo y cuando retome continuidad tras sus lesiones, tendrá grandes chances de ingresar en el once. Mas rezagado quedó Lucas Albertengo, que esta pretemporada volvió a entrenar a la par de sus compañeros. El ex Atlético Rafaela estuvo cerca de irse a préstamo, pero optó quedarse a luchar por un lugar. Jugadores con hambre de gloria son siempre bienvenidos.

Gabriel Milito cuenta con un plantel mucho más amplio que el que tuvo en Estudiantes de La Plata. La relación con el hincha también es diferente. Pero deberá trabajar duro para que lo que pretende sea plasmado en la cancha. Independiente parte con la necesidad de volver a gritar campeón tras 14 años de sequía a nivel local, y también regresar a la Copa Libertadores. Para esto último, deberá ganar la Copa Argentina o la Copa Sudamericana. Los desafíos son grandes e inmediatos. El ídolo ya puso manos a la obra. Una vez más.

 

Por Alan Alberdi.