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Astrodome: ¿Un espejo de La Bombonera?

El mítico estadio de Houston, lejos de sus días de esplendor, se encuentra completamente abandonado. ¿Será así el futuro de la cancha de Boca con la construcción del nuevo recinto xeneize?

En todo el mundo quieren conocer la Bombonera y quedaría como está. Hay un proyecto para techarla. Incluso podemos hacer algunos partidos ahí, o eventos musicales y culturales. La idea es que sea un museo viviente”. Daniel Angelici, presidente del club boquense, lo aseguró al ser consultado por el destino del mítico estadio xeneize tras la construcción del nuevo estadio.

A pesar de las intenciones del mandamás auriazul, las historias sobre equipos con dos estadios no siempre tienen final feliz. A pesar de que hay casos en que los nuevos estadios son relegados en beneficio a los más tradicionales (el Newlands de Ciudad del Cabo y el Kings Park de Durban son mucho más usados que las canchas construidas especialmente para el Mundial de fútbol de 2010), generalmente los estadios viejos son los más perjudicados.

astrodome2-1En Estados Unidos es común que los equipos cambien de cancha luego de un determinado tiempo, más aún cuando en los años 90 se empezaron a construir estadios específicos para el béisbol y el football americano, dejando de lado a los recintos multipropósito, que cambian de configuración dependiendo del deporte. Estas mudanzas implicaron la demolición de las vetustas edificaciones.

A pesar de ello, hay un estadio que aún resiste, a pesar de que hace más de 10 años que no tiene ningún dueño. No es cualquier estadio, se trata del primer gran estadio techado (domo) del mundo. Se trata del Astrodome de Houston.

La octava maravilla

La construcción del Astrodome se inició en 1962, y se inauguró en 1965, siendo la sede de los Astros de la Major League Baseball, y de los Oilers de la National Football League. Debido a su por entonces novedoso diseño, se la bautizó como La octava maravilla, y no solo eso, también llegó a ser la tercera atracción hecha por el hombre más popular de los Estados Unidos, por detrás del Golden Gate de la bahía de San Francisco, y del Monte Rushmore.

Más allá de que se pensó originalmente para que se jueguen los dos deportes norteamericanos por excelencia, también cobró relevancia por albergar al básquet. En 1968, el partido entre las universidades de Houston y la de Los Angeles se enfrentaron en el primer encuentro televisado nacionalmente bajo la mirada de más de 52 mil personas que estuvieron en el lugar de los hechos. Este evento, bautizado como el “juego del siglo”, marcó un antes y un después en la popularidad del baloncesto universitario. Incluso tres años después recibieron al Final Four de lo que luego sería conocido como el March Madness, mientras que, ya en el plano profesional, en 1989 recibió al Juego de las Estrellas de la NBA.

A pesar de ser techado, originalmente iba a ser utilizado con césped natural, sin embargo, la lógica terminó imponiéndose, y finalmente se utilizó por primera vez material sintético para sustituir al pasto convencional, el Astroturf, similar a las alfombras del hockey sobre césped (años después se inventará el Fieldturf, con un diseño más cercano al natural).

La caída de un gigante

Aquel histórico césped sintético terminó siendo la perdición. En 1995 se encendieron los focos cuando un partido de pretemporada de la NFL entre Oilers y los San Diego Chargers se suspendió por el mal estado del campo de juego. Eso enfureció a su por entonces dueño, Bud Adams, quien amenazó con mudar al equipo a otra ciudad, algo que sucedió efectivamente en 1997, cuando se fueron a Nashville para convertirse en los Tennessee Titans.

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El Astrodome en la actualidad.

No solo ellos fueron los únicos con problemas con el Astroturf. Los Astros también habían amenazado con migrar a otra ciudad si no se construía un nuevo estadio para ellos. A diferencia de lo que sucedió con los ahora Titans, el pedido terminó siendo concedido, por lo cual a 10 kilómetros de la Octava Maravilla se erigió el hoy llamado Minute Maid Park, de césped natural.

A pesar de la mudanza, Houston no tardó mucho en volver a tener un equipo en la NFL. Fue 5 años después, cuando surgieron los Texans, equipo propiedad de Bob McNair. Sin embargo, no fue el Astrodome el estadio que usaron, sino el ahora denominado NRG Stadium, erigido al lado del mítico estadio. Esa nueva facilidad, con techo corredizo, y 10000 espectadores más que su antecesor, absorbió no solo al football americano, sino también al Rodeo de Houston, quedando así sin ocupantes.

Tras ello, el Astrodome terminó siendo un Elefante Blanco. En los años siguientes, solo sirvió para ser el refugio de los damnificados por el Huracán Katrina, y también para filmar la película Friday Night Lights. Después, terminó cayendo en el olvido, tal es así que en 2008 quedó inhabilitado para el acceso al público en general debido a diversas violaciones de los códigos edilicios de la ciudad.

Hubo numerosos planes para “revivirlo”. Desde convertirlo en hotel de lujo hasta hacerlo parque bajo techo. Desde transformarlo en centro de convenciones a ser un estudio cinematográfico. Sin embargo, todas esas posibilidades fueron descartadas. A pesar de ello, y de las constantes amenazas de demolición, el estadio continúa en pie, al punto que, incluso, fue inducido en el Registro Nacional de Lugares Históricos.

¿Terminará teniendo La Bombonera un destino similar a la del Astrodome? ¿Podrá mantener dos estadios, uno de ellos con casi nulo uso? Los fantasmas empiezan a aparecer, más allá de que todo aún se encuentra en pañales.

Santiago Luduena
Periodista deportivo, aunque también pueden decirle Licenciado. Escribió un libro, el árbol y el hijo aún los debe. Fanático de los deportes (y de Boca), pero también de los libros (más aún los de Casciari) y de Love of Lesbian. En una palabra: polifuncional.