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Juega Guillermo, si sos del Lobo tenes con qué ilusionarte

Para el hincha de Gimnasia este no es un clásico cualquiera, me ánimo a decir que es el partido más importante de los últimos años, lo pongo en el mismo lugar que el del 12 de julio del 2009 contra Rafaela. Siempre predominando a la ilusión por sobre la importancia.

Este sábado juega Guillermo Barros Schelotto, y eso no es poca cosa. Es la esperanza hecha persona. Es el jugador hincha. Es el ídolo de todos. Pero sobre todas las cosas es el mellizo, el que puso la cara cuando más se lo necesitaba.

Mucha gente de mi generación no lo pudo ver jugar en el bosque, y sólo vio sus triunfos en Boca. Triunfos que daban tristeza, porque Guillermo es de Gimnasia. Al hincha le dolía que el festeje tanto con otra camiseta, y con ellos nada.

Lo esperaron y lo esperaron, pero no llegaba. Cuando todos se imaginaban que volvía, se fue a jugar a Estados Unidos. Les partió el alma a todos. La razón no se entendía con el corazón: Guillermo es del Lobo, pero no está con el lobo, pensaban.

Nació ganador
Se fue a Estados Unidos para seguir ganando cosas.

Volvieron todos: El Pampa, Chirola Romero, el Gato Sessa, Tete González,  Alonso, el mismo Gustavo en su momento. Pero él no. Al hincha le dolió, y tampoco lo supo entender, hasta fue capaz de insultarlo.

Los años pasaron, más de trece, y Guillermo volvió. Volvió contra todos, y para que lo disfruten los del Lobo. Algunos dicen que no estaba bien, pero con que estuviera alcanzaba. Su presencia era lo que único que importaba. No les interesaba la edad, y mucho menos su capacidad. El único que puede salvar a Gimnasia es él, aunque diga lo contrario.

“Yo a Gimnasia no le cobro”, le dijo a Héctor Delmar, Presidente del Lobo. Esa frase fue sinónimo de grandeza, fue sinónimo de Guillermo. Mientras que los ídolos de otros clubes voltean técnicos, sacan y ponen jugadores, el ídolo del Lobo vino a poner la cara en el peor momento deportivo e institucional de Gimnasia. Eso no lo hace cualquiera. El mellizo no volvió a pelear un campeonato, volvió para no irse a la B. Es la demostración de amor más grande de todas.

Guillermo al suelo

Me fui por las ramas y lo sé. Me enfoque más en un jugador que en un partido, pero esa era la intención.

Gimnasia juega con Estudiantes y no es un partido más, juega Guillermo. Si, juega el ídolo de todos. Lo vas a volver a ver, ya sea en el Bosque, o en el estadio Ciudad de La Plata. Va a estar ahí, te va a hacer emocionar, pero esta vez, con la azul y blanca puesta.

 

Último gol de Guillermo a Estudiantes, no fue con la camiseta de Gimnasia precisamente:

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Para el hincha de Gimnasia este no es un clásico cualquiera, me ánimo a decir que es el partido más importante de los últimos años, lo pongo en el mismo lugar que el del 12 de julio del 2009 contra Rafaela. Siempre predominando a la ilusión por sobre la importancia.

Este sábado juega Guillermo Barros Schelotto, y eso no es poca cosa. Es la esperanza hecha persona. Es el jugador hincha. Es el ídolo de todos. Pero sobre todas las cosas es el mellizo, el que puso la cara cuando más se lo necesitaba.

Mucha gente de mi generación no lo pudo ver jugar en el bosque, y sólo vio sus triunfos en Boca. Triunfos que daban tristeza, porque Guillermo es de Gimnasia. Al hincha le dolía que el festeje tanto con otra camiseta, y con ellos nada.

Lo esperaron y lo esperaron, pero no llegaba. Cuando todos se imaginaban que volvía, se fue a jugar a Estados Unidos. Les partió el alma a todos. La razón no se entendía con el corazón: Guillermo es del Lobo, pero no está con el lobo, pensaban.

Nació ganador
Se fue a Estados Unidos para seguir ganando cosas.

Volvieron todos: El Pampa, Chirola Romero, el Gato Sessa, Tete González,  Alonso, el mismo Gustavo en su momento. Pero él no. Al hincha le dolió, y tampoco lo supo entender, hasta fue capaz de insultarlo.

Los años pasaron, más de trece, y Guillermo volvió. Volvió contra todos, y para que lo disfruten los del Lobo. Algunos dicen que no estaba bien, pero con que estuviera alcanzaba. Su presencia era lo que único que importaba. No les interesaba la edad, y mucho menos su capacidad. El único que puede salvar a Gimnasia es él, aunque diga lo contrario.

“Yo a Gimnasia no le cobro”, le dijo a Héctor Delmar, Presidente del Lobo. Esa frase fue sinónimo de grandeza, fue sinónimo de Guillermo. Mientras que los ídolos de otros clubes voltean técnicos, sacan y ponen jugadores, el ídolo del Lobo vino a poner la cara en el peor momento deportivo e institucional de Gimnasia. Eso no lo hace cualquiera. El mellizo no volvió a pelear un campeonato, volvió para no irse a la B. Es la demostración de amor más grande de todas.

Guillermo al suelo

Me fui por las ramas y lo sé. Me enfoque más en un jugador que en un partido, pero esa era la intención.

Gimnasia juega con Estudiantes y no es un partido más, juega Guillermo. Si, juega el ídolo de todos. Lo vas a volver a ver, ya sea en el Bosque, o en el estadio Ciudad de La Plata. Va a estar ahí, te va a hacer emocionar, pero esta vez, con la azul y blanca puesta.

 

Último gol de Guillermo a Estudiantes, no fue con la camiseta de Gimnasia precisamente: