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De Maradona a Argentina

Argentina siempre será Maradona, pero en este 2013 se sumaron otros apellidos de los cuales también podemos estar orgullosos. De la religión al fútbol, con el Papa y Martino, e incluso, por ahí, se escapa el apellido de una Reina.

Argentina está en un momento único de su historia, dejó de llevar el apellido de Maradona como estandarte porque ahora el mundo se sorprende con otros nombres: como Diego, el Papa es argentino, al igual que la Reina de Holanda, de la misma nacionalidad que es Messi, a eso súmenle que el equipo con más prensa del mundo lo tendrá en su banco de suplentes al Tata Martino, que también es argentino.

“¿De Argentina?” -Maradona-, respondían en todo el planeta, aunque no supieran de fútbol. Pero si estuviste el fin de semana en Suiza, capaz que te decían Delbonis. O si vas a Estados Unidos, aunque no te guste la NBA, el apellido de Ginóbili hace más ruido que el doping de Diego en 1994.

Maradona le había dado un apellido a Argentina, el país de La calle más larga, el río más ancho, las minas más lindas del mundo… el dulce de leche, el gran colectivo, alpargatas, soda y alfajores.  Pero en este 2013 se superó todo eso, gracias a los nombres propios. Hasta Del Potro, que no es de los argentinos más valorados en su tierra, hizo temblar a Inglaterra en su propio país.

Argentina tuvo un antes y un después de Maradona. Diego hizo realidad los mitos, como Bergoglio en la Iglesia y Martino en la dirección técnica. Nadie creía que Napoli iba a ser lo que fue: Maradona lo hizo. Nadie creía en un Papa latinoamericano y argentino: Francisco lo hizo. Nadie creía en que un argentino podía ser técnico del mejor equipo de la historia: Martino lo hizo. Nadie creía en que Maradona podía ser superado: Messi está en eso.

Hay gente a la que no le importa que una Reina sea argentina, es un dato intrascendente, pero es algo que suma para el propio egocentrismo del país de las huellas digitales, los dibujos animados, las jeringas descartables, la birome. El argentino es creído por naturaleza, y estas pequeñas cosas, que no tienen nada que ver, nos da más crédito para decir que tenemos el mejor país del mundo.

¿Quién nos aguanta ahora?. A veces no nos soportamos entre nosotros, imagínense el resto del mundo. Estamos orgullos de la transfusión sanguínea y del seis a cero a Perú, porque somos Gigantes como el obelisco, campeones del mundo.

Maradona nos hizo sentir orgullo por ser argentinos el día que insultó durante el himno en el Mundial de Italia, como así también el gol a los ingleses que vimos miles de veces por youtube. Pero ese apellido que nos dio Maradona, ese reconocimiento y prestigio, en este 2013 quedó a un lado. No será un año más en la historia Argentina, y todavía faltan cinco meses.

Tenemos muchas cosas para quejarnos, criticar y enojarnos, pero también muchas otras de cuales sentirnos orgullosos. Hay nombres propios que exceden a la religión, el deporte o la política,  y esos también son argentinos. Argentinos como vos y como yo.

Twitter: @Ibarraguille