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Pasaje 63: “El Rock está domesticado” [primera parte]

Desde San Martín, provincia de Buenos Aires, sale a hablar esta banda emergente con ansias de buen Rock. En esta primera parte de entrevista, los orígenes, los sentimientos y un particular punto de vista de la música, el negocio y el mercado. Pasen y conozcan a una banda que va a dar que hablar.

La cita es en el estudio ubicado en San Martín, enfrente de la estación Malaver del tren. Es un espacio grande, repleto de LPs y guitarras. Evidentemente es un ambiente imbuido de esencia musical. No sólo por lo que cuelga de las paredes u oímos de fondo (Spinetta, Led Zeppelin) sino por lo que prontamente me tocará escuchar de sus bocas. Pasaje 63 es una banda conformada por Sebastián Ezequiel González (32) en guitarra y voz; Marcos Salazar (24) en bajo y coros y Oct 15, 2015 – combivent, No Prescription combivent, buy Combivent online, combivent Without Prescription. Need to Buy combivent ? Chosen by thousandsВ  Raúl Osvaldo Marasco (22) en batería, percusión y coros. Esta es su historia.

Rock N’ Ball: – Antes que nada, por una cuestión humana y profesional, siempre preguntamos cómo están.

Sebastián: – Mucho peor que mañana [risas].

RNB:- Arranquemos por la historia, ¿cómo arrancó Pasaje 63? ¿Dónde se conocieron?

S: – Pasaje 63 lo arranqué hace bastante tiempo, no me acuerdo bien dónde.

RNB: – Lo arranqué, estamos hablando en primera persona.

S: – Y sí, arranqué yo antes de que lleguen ellos. Pero bueno, esa sería la prehistoria. La historia arranca cuando una banda graba su primer disco. Lo que pasa es que yo siempre fui un gallego muy cabeza dura y seguía aperrado a la idea de tener un trío que sea un comedero de hígado, así, directamente. Y bueno, la vida se encarga de poner todas las cosas es su sitio al final. Las piezas caen solas.

La charla es amena y colectiva, habla uno pero habla por todos. También se consultan entre ellos:

S: – ¿Cuándo fue que arrancamos a tocar juntos, Marcos?

Marcos: – Hace 5 años, más o menos. 5 años y medio.

S: – Y a partir de 2009 se incorpora nuestro joven baterista correntino que es Raúl Osvaldo Marasco Jr. Se conforma la formación definitiva de lo que es Pasaje 63.

RNB: – ¿Cómo se conocieron entre vos y Marcos?

S: – Yo puse un aviso y entre todos los pelotudos que mandaron mensaje de texto, apareció uno que llamó. Al que llamó, cuando vino le dije ‘¿Querés un fernet?’ y ahí ya fue amor a primera vista [risas].

RNB: – ¿Y a Raúl?

M: – En donde estudio música, le pedí a un profesor de batería alumnos que me recomiende para el estilo de música que buscábamos y me pasó cuatro números de teléfono, y bueno, Raúl fue el que quedó entre mucha gente que respondía avisos clasificados que buscábamos baterista.

RNB: – ¿De dónde salió el nombre de ‘Pasaje 63’?

S: – Fue donde comenzó todo. Simplemente eso. En realidad fue una pequeña sincronía, porque nosotros queremos sonar como si fuéramos seis, por eso.

RNB: – El pasaje 63, ¿dónde queda?

S: – Acá, en Martínez, Villa Maipú.

Los muchachos llevan un disco editado, Buying Lithium Rompecabezas (2012) a través del cual han querido plasmar todo su poderío y potencial como trío. Si bien todas las composiciones pertenecen a Sebastián, es claro que uno no es nada sin el resto. Conceptualismos e ideas, todo parte desde un mismo gen: la libertad. Y eso es algo que los 3 tienen muy claro.

RNB: – ¿De dónde sale el concepto de ‘Rompecabezas’?

S: – Se me ocurrió ponerle ese nombre porque me gustó el juego de palabras. Y cuando lo tiré, estuvieron instantáneamente de acuerdo ellos dos.

Raúl: – Porque el disco te rompe la cabeza…

S: – La idea es esa.

RNB: –  Y la selección de canciones, ¿era lo que tenían hasta ese momento?

S: – No, quedaron algunas canciones afuera. Tratamos de buscar variedad y cohesión. Parecen términos opuestos pero son dos cosas que existen dentro de un disco.

RNB: – ¿Y cómo componen? ¿Entre los tres, solos…?

S: – Yo traía un bagaje de canciones de mucho tiempo que empezamos a trabajar. Y a partir del segundo disco se está empezando a ver más el talento de esta gente.

RNB: –  El segundo disco, ¿para cuándo estaría?

The best paper writing services S: – El año que viene sale. Queremos cerrar con un concepto con respecto a este, como hacer la continuación de este y cerrar un ciclo.

RNB: – ¿Cuál sería la continuación de este?

S: – Y, por ahora el título tentativo es Abrementes.

RNB: –  Ya que el primero te rompió la cabeza, el segundo te abre la mente…

S: – Claro. Y un poco hay un viraje en la lírica respecto a eso.

RNB: – ¿En qué lo podría notar?

S: – Y, lo vas a notar cuando escuches las letras del segundo disco. Es como algo un poco más existencialista, digamos.

RNB: –  Hablando de la lírica, algo que se notó en el primer disco de Pasaje fue la vuelta a los contenidos políticos en el sentido de la queja que históricamente ha hecho el Rock, de rebeldía, como en Moscas.

S: – Es que sí, el Rock está domesticado hoy por hoy.

RNB: – ¿Por qué?

S: – Porque sí. Es un rock domesticado con campos VIP. Eso es el Rock hoy. Todo, casi todo.

RNB: – ¿En el mundo, en Argentina…?

S: – Bueno, en todo el mundo ya es prácticamente un asco. Comparado con lo que fue no es nada.

RNB: – Si tuvieras que citar una banda hoy como punto de referencia, ¿podés elegir alguna o no podés?

R: – Primus, Living Colour.

S: – Claro, Primus tiene temas que son una masa, Living Colour también. Pero son bandas con unos cuantos años. O sea, a nivel audio-composición me gustó mucho cuando salió lo último de Audioslave. La primera banda que se me vino a la cabeza cuando me preguntaste como ejemplo de laburo y de coherencia artística fue PEZ. Porque el Rock domesticado en PEZ no lo vas a encontrar. Podés buscarle lo que vos quieras, pero que están domesticados no lo vas a poder decir jamás. ¿A qué voy con el Rock domesticado? Vos vas a ver un show de una banda internacional y está todo pautado. ¿Viste, por ejemplo, lo que es U2? Los tipos tienen un click con un director de orquesta, grabado, y le dicen ‘Entra en Sol en 3, 2, 1…’ No hay nada librado al azar, no hay riesgo. Es como ver ‘Holiday on Ice’. Y el Rock está domesticado también desde el audio: todos quieren sonar igual. Yo no puedo entender como una banda argentina quiere sonar como una banda de California, con ese sonido horrible, re-sintético, moderno, re-comprimido.

RNB: – ¿Y qué sonido está buscando Pasaje 63?

S: – El propio, siempre. Por ejemplo, otro caso fue lo que fue la ‘Loudness War’, la Guerra del volumen. Todos los discos son caen cada vez más comprimidos y cada vez suenan más feos. Los discos con auto-tune, la afinación de la voz en el estudio es lo más horrible que hay. Prefiero una desafinación y no un robot cantando. Yo soy imperfecto como cantante, desde ya, pero no importa, porque lo que importa es que se transmita. Vos lo vas a ver a Dylan que se está muriendo arriba del escenario y te parte el bocho cantando con un 10% de voz de lo que tuvo y nunca tuvo mucho. Encontrás más rebeldía hoy en el Rock en un tipo de 80 años que en un pibe de 20 que se quiere meter en un molde.

RNB: – ¿Por qué creés que se da esto? ¿Por qué se llegó a un ‘Rock domesticado’?

Raúl es contundente: – Dinero.

RNB: – ¿De dónde?

R: – Discográficas, gente basura que consume porquería.

RNB: – ¿Le llegaron propuestas de alguna discográfica?

Todos: – No, jamás.

M: – También por modas puede ser.

S: – Yo creo que como no lo podían matar, lo compraron. El Rock en su momento era un grano en el orto. Y lo domesticaron. Pero lo peor es que atrás hay una máquina. Todo lo domesticado entra en la máquina y gana plata. Entonces dicen: ‘¿Qué hacemos? ¿Sacamos otro cover de Calamaro?’ ‘Dale, listo. Formamos una banda con todos temas de 3 acordes’.

Y luego de semejante diatriba hacia la industria, Sebastián despliega una máxima: “El Rock es sacar lo que tenés en el alma”. Pero no se convence: “La música es sacar lo que tenés en el alma, no el Rock”. Y todavía más: “El Arte es sacar lo que tenés en el alma; la música es una expresión genuina del alma”. Entonces cuando vos ves a un tipo que es un copista, la verdad es que merece que le escupas en la cara, antes de que le pagues una entrada.

RNB: – ¿Te animarías a dar nombres?

S: – No. No es necesario, cada uno sabe. Cuando vos escuchás a un músico y es igual a otro; y la copia la voz, le copia la melodía, le copia todo, es porque estás ante un copista. Entonces, bueno, se viste igual, ya está. Si querés ponete una banda de covers. A mí, por ejemplo, lo que me partió la cabeza fue Hendrix; jamás en mi vida dije ‘Me voy a poner a sacar los solos de Hendrix nota por nota’, porque yo cuando vi a Hendrix lo que hacía, entendí el juego y lo que había que copiar de Hendrix: la libertad con la que tocaba, tocar lo que le salía del alma.

RNB: –  Hay cosas y cosas para copiar, digamos…

S: – Claro, pero lo esencial es la libertad. Y los grandes no buscaron seguir a otro. El Rock también encontró sus límites. Cuando alguien quiere hacer algo totalmente nuevo, por lo general se sale de los márgenes de lo que es el Rock. Creo que la búsqueda es seguir haciendo buenas canciones y que sean nuevas, para mí, para nosotros.

RNB: – ¿Y cómo no se cae en la trampa?

S: – Yo creo que el que busca parecerse a alguien, lo busca de una forma completamente consciente. Los clones de Calamaro, los clones del Indio, son conscientes de lo que están haciendo. A mí me dicen ‘Uh, me hacés acordar a Edelmiro Molinari cuando cantás, hijo de puta’, me han dicho. Y sí, bárbaro, porque me pasé la vida escuchando Color Humano. Pero una cosa es lo que uno se trasluce, porque es la música que ama, y otra cosa es ser un copista. Creo que todo aquel que no lo haga conscientemente es suficientemente coherente con lo que es el sentido del arte, ¿no?