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Los Miami Cavs

LeBron James no tuvo compañía en el sexto juego de las Finales de la Conferencia Este ante los Indiana Pacers, y Miami Heat cayó en Indianápolis por 91-77. Mañana en Florida se definirá la serie en un séptimo juego que tiene todos los condimentos para ser apasionante. Durante siete temporadas “The King”  dio espectáculo en los Cleveland Cavaliers, donde sólo llegó a una Final de la NBA en 2007, cuando su equipo fue barrido por San Antonio Spurs. En toda su estadía en Ohio, la soledad ofensiva de James fue muy notoria, sin ninguna segunda voz ofensiva de peso para acompañarlo al anillo. El objetivo de esa mediatizada decisión de jugar en Miami junto a Chris Bosh y Dwyane Wade, fue justamente poder repartir más el juego. Los resultados son indiscutibles, con dos llegadas a la última instancia de los playoffs, y un anillo en la mano del MVP de la temporada. Pero en los playoffs, y en esta serie en particular, por momentos LeBron parece tener puesta otra vez la 23 de los Cavs. Ayer entre Bosh y Wade sumaron sólo 15 puntos, con un horrendo 4-19 de cancha. Ningún otro miembro del equipo superó los 10 puntos, dejando estériles los 29 tantos, 7 rebotes y 7 asistencias, los números usuales que maneja el mejor jugador del planeta.  Además sin Chris Andersen en cancha, la ya complicada tarea de frenar a Roy Hibbert (24 puntos y 11 rebotes) y David West (11&14), se hizo demasiado cuesta arriba. Indiana “goleó” a Miami en los rebotes, por 53-33. Demasiados indicadores que explican la diferencia final. [caption id="attachment_77139" align="aligncenter" width="275"]Bosh no es rival para Hibbert cerca del aro. Bosh no es rival para Hibbert cerca del aro.[/caption] De todas maneras la cuestión hasta la primera mitad estaba pareja, e incluso el visitante cerró el segundo cuarto arriba por la mínima, 40-39. Los de Erik Spoelstra hacían los deberes intentando cortar las líneas de pase hacia los internos. Pero ya para el tercer cuarto Indiana se despegó con un parcial de 29-15, la misma distancia en el marcador con la cual culminó el encuentro. La clave pasó por la buena efectividad desde detrás de la medialuna. George Hill anotó sus dos triples en el tercer período, junto a la fenomenal tarea de Paul George, que encestó 3-5 desde larga distancia, parte de los 28 tantos (11-19 de cancha) que anotó en el encuentro, récord personal en post-temporada. Con la gran tarea del Jugador de Mayor Progreso de esta temporada, las opciones para Hibbert y West aumentaron considerablemente. Excepto una pequeña reacción de Miami en el comienzo del cuarto decisivo, la distancia nunca volvió a bajar de los 6 puntos como mínimo. Con el encuentro 77-68 y LeBron vistiéndose de Superman para rescatar a su equipo, llegó el golpe de gracia para los actuales campeones: James encaró al aro con fuerza, recibió la falta de Hibbert pero insólitamente la terna arbitral vio una falta ofensiva del alero, lo que desató la furia del 6 quien además del cobro injusto se llevó una falta técnica, más otra a un ayudante de Spoelstra. Lo que eran dos libres para acortar la distancia a falta de poco más de 4 minutos, se convirtió en ventaja de 11 puntos y posesión para el local. De ahí en más no hubo más partido, y los Pacers cerraron con autoridad para evitar la eliminación en casa. [yframe url='https://www.youtube.com/watch?v=ZNJ6h3fc408'] Miami entonces se verá en un séptimo partido en las Finales de Conferencia del Este como hace exactamente un año, cuando Boston Celtics forzó el partido decisivo en el que cayó ajustadamente 101-88. También esta situación se asemeja a la de Michael Jordan en 1998, en las que venció con los Chicago Bulls a los Pacers en un séptimo partido jugando en condición de local.  En sus 3 definiciones a todo o nada previas, James promedia 34,4 puntos. “Pase lo que pase, es solo básquetbol” cerró ayer The King, en declaraciones post-partido. La historia otra vez estará de frente al mejor jugador del planeta, quien querrá escribir otra hoja en el libro de la carrera de uno de los hombres más decisivos sobre el parqué que se haya visto.

LeBron James no tuvo compañía en el sexto juego de las Finales de la Conferencia Este ante los Indiana Pacers, y Miami Heat cayó en Indianápolis por 91-77. Mañana en Florida se definirá la serie en un séptimo juego que tiene todos los condimentos para ser apasionante.

Durante siete temporadas “The King”  dio espectáculo en los Cleveland Cavaliers, donde sólo llegó a una Final de la NBA en 2007, cuando su equipo fue barrido por San Antonio Spurs. En toda su estadía en Ohio, la soledad ofensiva de James fue muy notoria, sin ninguna segunda voz ofensiva de peso para acompañarlo al anillo. El objetivo de esa mediatizada decisión de jugar en Miami junto a Chris Bosh y Dwyane Wade, fue justamente poder repartir más el juego. Los resultados son indiscutibles, con dos llegadas a la última instancia de los playoffs, y un anillo en la mano del MVP de la temporada. Pero en los playoffs, y en esta serie en particular, por momentos LeBron parece tener puesta otra vez la 23 de los Cavs.

Ayer entre Bosh y Wade sumaron sólo 15 puntos, con un horrendo 4-19 de cancha. Ningún otro miembro del equipo superó los 10 puntos, dejando estériles los 29 tantos, 7 rebotes y 7 asistencias, los números usuales que maneja el mejor jugador del planeta.  Además sin Chris Andersen en cancha, la ya complicada tarea de frenar a Roy Hibbert (24 puntos y 11 rebotes) y David West (11&14), se hizo demasiado cuesta arriba. Indiana “goleó” a Miami en los rebotes, por 53-33. Demasiados indicadores que explican la diferencia final.

Bosh no es rival para Hibbert cerca del aro.
Bosh no es rival para Hibbert cerca del aro.

De todas maneras la cuestión hasta la primera mitad estaba pareja, e incluso el visitante cerró el segundo cuarto arriba por la mínima, 40-39. Los de Erik Spoelstra hacían los deberes intentando cortar las líneas de pase hacia los internos. Pero ya para el tercer cuarto Indiana se despegó con un parcial de 29-15, la misma distancia en el marcador con la cual culminó el encuentro.

La clave pasó por la buena efectividad desde detrás de la medialuna. George Hill anotó sus dos triples en el tercer período, junto a la fenomenal tarea de Paul George, que encestó 3-5 desde larga distancia, parte de los 28 tantos (11-19 de cancha) que anotó en el encuentro, récord personal en post-temporada. Con la gran tarea del Jugador de Mayor Progreso de esta temporada, las opciones para Hibbert y West aumentaron considerablemente. Excepto una pequeña reacción de Miami en el comienzo del cuarto decisivo, la distancia nunca volvió a bajar de los 6 puntos como mínimo.

Con el encuentro 77-68 y LeBron vistiéndose de Superman para rescatar a su equipo, llegó el golpe de gracia para los actuales campeones: James encaró al aro con fuerza, recibió la falta de Hibbert pero insólitamente la terna arbitral vio una falta ofensiva del alero, lo que desató la furia del 6 quien además del cobro injusto se llevó una falta técnica, más otra a un ayudante de Spoelstra. Lo que eran dos libres para acortar la distancia a falta de poco más de 4 minutos, se convirtió en ventaja de 11 puntos y posesión para el local. De ahí en más no hubo más partido, y los Pacers cerraron con autoridad para evitar la eliminación en casa.

[yframe url=’https://www.youtube.com/watch?v=ZNJ6h3fc408′]

Miami entonces se verá en un séptimo partido en las Finales de Conferencia del Este como hace exactamente un año, cuando Boston Celtics forzó el partido decisivo en el que cayó ajustadamente 101-88. También esta situación se asemeja a la de Michael Jordan en 1998, en las que venció con los Chicago Bulls a los Pacers en un séptimo partido jugando en condición de local.  En sus 3 definiciones a todo o nada previas, James promedia 34,4 puntos. “Pase lo que pase, es solo básquetbol” cerró ayer The King, en declaraciones post-partido. La historia otra vez estará de frente al mejor jugador del planeta, quien querrá escribir otra hoja en el libro de la carrera de uno de los hombres más decisivos sobre el parqué que se haya visto.