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Locarno Plate modelo 2013

En 2006 ningún hincha de River se imaginaba haber pasado por la B Nacional. Nadie pensaba en un descenso. Sin embargo, varios dirigentes -Con José María Aguilar a la cabeza- aprobaron un convenio escandaloso. Muchos de ellos siguen ahì y se mueven entre las sombras

Lejos en el tiempo parece aquel 2006. El 21 de marzo de ese año Jack Dorsey envío su primer “tweet” al mundo.  Bryan Cranston todavía no era Walter White, sino que interpretaba a Hal, el padre de Malcolm (Malcolm in the middle). Néstor Kirchner acompañaba a Clarín y hasta aceptaba la fusión Cablevisión-Multicanal.  Los hinchas de River veían como un sinsabor haberse quedado afuera en los cuartos de final de la Copa Libertadores mientras que la dirigencia firmaba un acuerdo con el Locarno.

En  2013,  la red social del pajarito tiene 100 millones de usuarios,  Carston es protagonista de la exitosa y multipremiada Breaking Bad que está a un paso de llegar a su final,   Clarín critica a CFK hasta por usar calzas en un acto y el club de Núñez  intenta resurgir luego de un vaciamiento  que no sólo llevó a tener el primer descenso de su historia, sino que también lo guió a tener un déficit incalculable.  El tratado con el infame club suizo significó uno de los peores negocios en la historia riverplatense. Y ahora varios integrantes de aquella comisión directiva que apoyaron el trato,  quieren volver a presentarse.  De hecho, muchos de ellos ya encontraron un lugar.

Dos días antes de que cierre el balance del ejercicio 2005-2006, en la sesión de comisión directiva del 29 de agosto de 2006, los vocales Rodolfo Cuiña, Mario Israel, Pablo Singerman, Dario Santilli, Héctor Grinberg, Santiago Poblet,  Leonardo Barujel, Diego Quintás,  José Besteiro, Hernán Córdoba, Héctor Cavallero,  Jorge Francisco,  Raúl Valverde,  Jorge Carulllo,  Hugo Slipak, Hernán Díaz (Hijo de Mingo) y Norberto Álvarez. Sumados a los vicepresidentes Domingo Díaz y Julio Macchi  y al presidente José María Aguilar  votaron afirmativamente en la votación del convenio entre el Locarno y River.  El mismo constaba de trece carillas y veintidós cláusulas. Entre ellas existieron puntos específicos que tocaban los intereses del propio club de Núñez, ya que se hacía cargo de “Todos los impuestos, aportes y gastos que genere el contrato y, además, se obligó a mantener indemne al Locarno de toda pérdida”.

No obstante, lo más grave del acuerdo fue la venta de jugadores a precios ínfimos. Una excelente investigación de Juan Pablo Varsky y Matías Muzio explicó que la transacción incluía el 50% del pase de Gonzalo Higuain, el 40% de los derechos económicos de Fernando Belluschi y el 30 % de Augusto Fernández.  Además de sumarle la cesión del 30% de dos juveniles. Todo a cambio de 13 millones de dólares.  El delantero terminó en el Real Madrid. De haberlo vendido directamente, sin triangular, la operación del Pipita le hubiera dejado casi el doble de lo que recibió. En aquel momento ese trato leonino significó una pérdida de 7 millones de dólares. Sólo por el pase del punta.

Ahora, que han pasado los años (y los jugadores, y los DTs y bla) varios de los “votantes” en el acuerdo Locarno-River siguen en la política del club. Algunos de manera abierta otros, los peores, entre sombras. Como el caso de Mario Israel, el “monje Negro”, la mano derecha de Aguilar y, posiblemente, el “ladrón de guante blanco” (cómo se suele decir) más grande que haya pisado el Monumental. Y parece que está jugando para Antonio Caselli.

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No es lo único de Aguilar que “heredó” Antonio. A Israel hay que sumarle a Rodolfo ‘Fito’ Cuiña. El empresario de los electrodomésticos, cara conocida del aguilarismo, está cerca del proyecto de Caselli. Diego Quintás, quien estuvo a cargo del fútbol amateur con el antecesor de Daniel Passarella, también.

Del lado de D’onofrio también hay “dejos aguilaristas”, expresados, sobre todo en Darío Santilli (la cabeza de Nuevos Dirigentes) y en Santiago Poblet Videla, quien llega de la mano de Jorge Brito, hijo del dueño del Banco Macro y, dicen, candidato a Vice 1ro de D’onofrio. El candidato a vice 2do sería Andrés Balotta.  Lo mismo que Norberto Álvarez, quien fue vice de Caselli en 2009  y ahora está en las huestes donofristas. Otro nombre “donofrista” es el de Leonardo Barujel.

Quizás un buen ejemplo de cómo en River las cosas no cambian, sino que se transforman, sea en la figura de Daniel Bravo. Íntimo amigo de José María Aguilar, el dirigente formó parte de sus comisiones directivas. A su vez,  en 2009 se convirtió en el Secretario de Daniel Passarella y ahora, en este 2013, ya avisó que irá con Antonio Caselli. Todo un camaleón. Y es uno de los hombres más fuertes de la política de River. Todo un simbolismo.

Además de D’onofrio, Caselli (Secretario de Actas de Aguilar en un breve lapso en 2005-09) y el propio oficialismo  estará también Daniel Kiper. Otro que tiene intenciones de presentarse es Carlos Ávila (Sostenido por Hernán y Mingo Díaz, además de Harry Martínez, todos de las filas del Aguilarismo), quien la elección pasada coqueteó con la chance hasta el final y terminó bajándose, en pos de cederle votos a Rodolfo D’onofrio. Votos que finalmente no le alcanzaron, pero Rodolfo va por la revancha. Antonio también. Por su parte, Passarella  espera, paciente y decide.

Los primeros de las listas están. Sin embargo,  en las sombras, las viejas caras se acomodan. Un poco de maquillaje y a salir de nuevo en la foto.

 Por @JavierHGarcia y @Fglamas