Archivo

La primera vez que Manu tocó el cielo

Pasaron diez años y el tipo sigue ahí en lo más alto. Parece que desde ese 15 de Junio de 2003, en el que Emanuel Ginóbili se convirtió en el primer argentino en levantar el trofeo de campeón en el Olimpo de los dioses del básquet, el tiempo se detuvo y siempre estuvimos mirando la misma película. Un filme en el que el zurdo de Bahía Blanca, siempre se eleva más que nadie para colocar la bandeja o se cuadra para meter una bomba desde el más allá. Hoy se cumple una década exacta, de aquel momento en el que los criollos nos convertimos en tejanos, en el que nos enojamos cuando Tony  Parker no se la daba o cuando Gregg Popovich lo tenía sentado en el banco. San Antonio Spurs le ganó 4-2 la serie a  New Jersey Nets y todos fuimos Ginóbili. Con 25 años, el hijo de Raquel y Jorge, alcanzó lo que leyendas como Charles Barkley, Elgin Baylor, Karl Malone y John Stockton, jamás pudieron tener: el preciado anillo de campeón, deseado por tantos, en propiedad de tan pocos. Pero aquella historia de Manu y el éxito deportivo, que todavía no ha finalizado, pero que encontró su primer punto máximo hace exactamente diez años, tuvo su comienzo ocho años antes. “A este no me lo vas a arruinar”  le decía mamá Raquel a Oscar  Sánchez, el entrenador que lo llevó a Andino de La Rioja junto a Hernán Jasen. Claro, el Huevo ya había “corrompido” a sus dos hermanos mayores, Leandro y Sebastián, que ya oficiaban como profesionales sobre el parqué. De tanto insistir a papá Jorge, presidente de Bahiense del Norte, el club donde Emanuel jugó desde chico (allí compartió equipo con Pepe Sánchez), el Huevo torció el duro brazo de Raquel  y se llevó para la Mesopotamia al más joven de los Ginóbili. [caption id="attachment_78133" align="aligncenter" width="590"]Jugando un amistoso con sus hermanos Leandro y  Sebastián. Sepo hoy es técnico de Weber Bahía Estudiantes. Jugando un amistoso con sus hermanos Leandro y Sebastián. Sepo hoy es técnico de Weber Bahía Estudiantes.[/caption] El 29 de Septiembre de 1995 quedó registrado como el primer partido del mejor basquetbolista argentino de la historia. En Mar del Plata ante Peñarol , su equipo perdió 104-85, y Manu anotó 9 tantos. Andino esa temporada fue la sorpresa y llegó hasta semifinales de la Liga Nacional de Básquet. En su primer año como profesional, en la que varios relatores todavía le decían Manú, con la tilde sobre la última vocal, el bahiense se llevó el premio a la Revelación del año. En la siguiente temporada le cumplió el deseo a la madre, y se volvió para Bahía junto a Pancho Jasen para jugar en Estudiantes. Allí fue el despegue total, en el que pasó de estar en lo profundo del banco a cerrar los partidos con la pelota en las manos. Con 20 años el entrenador cordobés Daniel Rodríguez, confió en el espigado zurdo, que le respondió con grandes actuaciones promediando 16,4 puntos por noche. El nombre de Emanuel Ginóbili se empezó a hacer muy conocido a través de producciones fenomenales, como aquella vez que anotó 38 puntos ante Atenas de Córdoba, en el que jugaban nenes como Marcelo Milanesio, Héctor “Pichi” Campana y un joven Fabricio Oberto. [yframe url='https://www.youtube.com/watch?v=Qjnvgc4ZJr0'] Después de ser nombrado en 1997 el Jugador de Mayor Progreso de la LNB, Manu quería probarse a un nivel superior. Armó las valijas y viajó hacia Italia para sumarse al Basket Viola Reggio Calabria, que disputaba la Serie A2 del básquet tano. Después de una primera temporada de adaptación, en la segunda lideró al equipo hacia el ascenso a la máxima categoría.  Luego de alcanzar la Serie A con Reggio Calabria, Ginóbili se declara elegible para el Draft NBA de 1999 y es elegido en el puesto 57 por los San Antonio Spurs. Es considerado como el mayor “robo” de la historia de la liga, es decir como el mejor  jugador elegido en el puesto más bajo de la historia desde este tipo de elecciones. Solamente Eddie Lucas, un ignoto que jamás piso la NBA, fue elegido por debajo de él por Utah Jazz. 56 jugadores de esa camada fueron seleccionados por encima de Emanuel, siendo Elton Brand (actual pívot de rotación en Dallas Mavericks) el número uno, con Baron Davis, Richard Hamilton, Ron Artest y Andrei Kirilenko por detrás, nombrando a los que a posteriori tuvieron una carrera prolífica, pero sin punto de comparación con la empresa que realizó Manu en la mejor competición del planeta. Pese a ya tener la seguridad de su llegada al básquet estadounidense, Ginóbili aceptó la oferta de Kinder Bolonia para continuar en Italia, en un equipo con aspiraciones más altas que las de Reggio Calabria. Con la 6 en la espalda Manu se posicionó como el mejor jugador del básquet FIBA en 2001, tras conquistar la Copa Italia, Serie A, y la Euroliga ante el Tau Cerámica en el que jugaban Luis Scola y Fabricio Oberto, ganando el MVP en todas las competiciones. Al año siguiente añadió una Copa Italia más a su palmarés, y dejó la península con un promedio de 17,9 puntos, 3,7 rebotes y 2,1 asistencias y jugadas para el recuerdo. [yframe url='https://www.youtube.com/watch?v=bWCFTtoKdNU'] Antes de llegar a su primera temporada gloriosa en el paraíso del básquet, Ginóbili dio el golpe con la Selección Argentina al propinarle la primera derrota a la Selección de Estados Unidos con jugadores NBA en el Mundial de Indianápolis 2002. Después de 52 victorias consecutivas, los norteamericanos con nombres como Paul Pierce y Reggie Miller en cancha, se vieron superados por los argentinos y cayeron 87-80, . El combinado nacional llegó hasta la definición del torneo con el escolta como máxima figura, donde sufrió al famoso Pitsilkas, aquel árbitro griego que no cobró una falta clara sobre Hugo Sconochini que hubiese significado tener dos tiros libres para el campeonato. El bahiense fue seleccionado en el mejor quinteto del certamen. Con el tobillo diestro maltrecho por su caída encima de Dirk Nowitzki en las semifinales ante Alemania, Manu llegó a Texas para sumarse a las líneas de los Spurs.  “Me golpeo más el primer día de entrenamiento que el debut en la NBA” dijo tiempo más tarde Ginóbili. La camiseta doblada con su nombre en su propio locker, el entrar y ver a David Robinson en un costado, a Tim Duncan en el otro, impactó al argentino, quien realizó su estreno en cancha ante Los Angeles Lakers el 29 de Octubre del 2002, anotando 7 puntos, y robándole una pelota desde atrás a Kobe Bryant. [yframe url='https://www.youtube.com/watch?v=vZZVHTks7DM'] "Me tocó defenderlo a Kobe gran parte de los 20 minutos que entré. Y si, estaba un poco cagado. Después de 3 partidos que jugamos contra ellos, me contó Bruce Bowen que preguntó por mi, preguntando por el 20, ese que juega bastante bien”. En la NBA, por más que Manu llegó como el mejor jugador FIBA del mundo, hay que hacerse un nombre. A Ginóbili le costó al principio la adaptación, en especial por problemas en el tobillo lesionado. Con el correr de los meses fue agarrando confianza, y jugó a buen nivel, como para ser nombrado Novato del Mes de Marzo. Con una importancia creciente en la rotación de Popovich hacia el final de la temporada regular, el bahiense promedió 7.6 puntos, 2.3 rebotes y 2 asistencias por juego. San Antonio se llevó el número 1 de la liga. En Playoffs venció en seis juegos a Phoenix Suns, y después sacó de competición con el mismo score al campeón defensor, Los Angeles Lakers. En las Finales de Conferencia el rival fue el durísimo Dallas Mavericks de Dirk Nowitzki, Steve Nash, y Michael Finley, entre otros. En una serie en la que Ginóbili marcó su máxima de la temporada (21 puntos), los Spurs cerraron el duelo de visitantes, también con el 4-2 como marcador final. [yframe url='https://www.youtube.com/watch?v=f-R6CSw5sa8'] En el pareo definitorio, Jason Kidd aparecía como la gran figura de los Nets, acompañado por Richard Jefferson y Kenyon Martin. Los primeros dos partidos en Texas, fueron uno por lado, pero San Antonio recuperó la ventaja de localía en el tercero tras imponerse 84-79. New Jersey logró empatar después de ganar el cuarto enfrentamiento, y el quinto se imponía como decisivo. Con una tremenda actuación de Duncan (29 puntos y 17 rebotes), los Spurs ganaron el encuentro 93-83 en el desaparecido Izod Center. [yframe url='https://www.youtube.com/watch?v=vq8y9P5yLNQ'] El robo en mitad de cancha a Jefferson y la posterior volcada de Manu en el sexto partido (triunfo 88-77), es la imagen que a todos se nos viene a la cabeza cuando recordamos el primer anillo del mejor de todos. Pepe Sánchez y Rubén Wolkowisky ya habían jugado partidos en la NBA, pero Ginóbili llevó las ilusiones de toda una nación basquetbolística hasta lo más alto. Un argentino se coronaba en aquella liga de la que el gran León Najnudel traía los videos para ver como volaban Magic Johnson, Larry Bird y Julius Erving. Lo impensado, Emanuel lo convirtió en una realidad palpable y tangible. El cielo fue más celeste y blanco que nunca, porque él se elevó hacia él para volcar la bola en el firmamento más cotizado del mundo. Ninguna década es ganada al lado de lo que construyó el bahiense con su zurda.  

Pasaron diez años y el tipo sigue ahí en lo más alto. Parece que desde ese 15 de Junio de 2003, en el que Emanuel Ginóbili se convirtió en el primer argentino en levantar el trofeo de campeón en el Olimpo de los dioses del básquet, el tiempo se detuvo y siempre estuvimos mirando la misma película. Un filme en el que el zurdo de Bahía Blanca, siempre se eleva más que nadie para colocar la bandeja o se cuadra para meter una bomba desde el más allá. Hoy se cumple una década exacta, de aquel momento en el que los criollos nos convertimos en tejanos, en el que nos enojamos cuando Tony  Parker no se la daba o cuando Gregg Popovich lo tenía sentado en el banco. San Antonio Spurs le ganó 4-2 la serie a  New Jersey Nets y todos fuimos Ginóbili.

Con 25 años, el hijo de Raquel y Jorge, alcanzó lo que leyendas como Charles Barkley, Elgin Baylor, Karl Malone y John Stockton, jamás pudieron tener: el preciado anillo de campeón, deseado por tantos, en propiedad de tan pocos. Pero aquella historia de Manu y el éxito deportivo, que todavía no ha finalizado, pero que encontró su primer punto máximo hace exactamente diez años, tuvo su comienzo ocho años antes.

“A este no me lo vas a arruinar”  le decía mamá Raquel a Oscar  Sánchez, el entrenador que lo llevó a Andino de La Rioja junto a Hernán Jasen. Claro, el Huevo ya había “corrompido” a sus dos hermanos mayores, Leandro y Sebastián, que ya oficiaban como profesionales sobre el parqué. De tanto insistir a papá Jorge, presidente de Bahiense del Norte, el club donde Emanuel jugó desde chico (allí compartió equipo con Pepe Sánchez), el Huevo torció el duro brazo de Raquel  y se llevó para la Mesopotamia al más joven de los Ginóbili.

Jugando un amistoso con sus hermanos Leandro y  Sebastián. Sepo hoy es técnico de Weber Bahía Estudiantes.
Jugando un amistoso con sus hermanos Leandro y Sebastián. Sepo hoy es técnico de Weber Bahía Estudiantes.

El 29 de Septiembre de 1995 quedó registrado como el primer partido del mejor basquetbolista argentino de la historia. En Mar del Plata ante Peñarol , su equipo perdió 104-85, y Manu anotó 9 tantos. Andino esa temporada fue la sorpresa y llegó hasta semifinales de la Liga Nacional de Básquet. En su primer año como profesional, en la que varios relatores todavía le decían Manú, con la tilde sobre la última vocal, el bahiense se llevó el premio a la Revelación del año.

En la siguiente temporada le cumplió el deseo a la madre, y se volvió para Bahía junto a Pancho Jasen para jugar en Estudiantes. Allí fue el despegue total, en el que pasó de estar en lo profundo del banco a cerrar los partidos con la pelota en las manos. Con 20 años el entrenador cordobés Daniel Rodríguez, confió en el espigado zurdo, que le respondió con grandes actuaciones promediando 16,4 puntos por noche. El nombre de Emanuel Ginóbili se empezó a hacer muy conocido a través de producciones fenomenales, como aquella vez que anotó 38 puntos ante Atenas de Córdoba, en el que jugaban nenes como Marcelo Milanesio, Héctor “Pichi” Campana y un joven Fabricio Oberto.

[yframe url=’https://www.youtube.com/watch?v=Qjnvgc4ZJr0′]

Después de ser nombrado en 1997 el Jugador de Mayor Progreso de la LNB, Manu quería probarse a un nivel superior. Armó las valijas y viajó hacia Italia para sumarse al Basket Viola Reggio Calabria, que disputaba la Serie A2 del básquet tano. Después de una primera temporada de adaptación, en la segunda lideró al equipo hacia el ascenso a la máxima categoría.  Luego de alcanzar la Serie A con Reggio Calabria, Ginóbili se declara elegible para el Draft NBA de 1999 y es elegido en el puesto 57 por los San Antonio Spurs.

Es considerado como el mayor “robo” de la historia de la liga, es decir como el mejor  jugador elegido en el puesto más bajo de la historia desde este tipo de elecciones. Solamente Eddie Lucas, un ignoto que jamás piso la NBA, fue elegido por debajo de él por Utah Jazz. 56 jugadores de esa camada fueron seleccionados por encima de Emanuel, siendo Elton Brand (actual pívot de rotación en Dallas Mavericks) el número uno, con Baron Davis, Richard Hamilton, Ron Artest y Andrei Kirilenko por detrás, nombrando a los que a posteriori tuvieron una carrera prolífica, pero sin punto de comparación con la empresa que realizó Manu en la mejor competición del planeta.

Pese a ya tener la seguridad de su llegada al básquet estadounidense, Ginóbili aceptó la oferta de Kinder Bolonia para continuar en Italia, en un equipo con aspiraciones más altas que las de Reggio Calabria. Con la 6 en la espalda Manu se posicionó como el mejor jugador del básquet FIBA en 2001, tras conquistar la Copa Italia, Serie A, y la Euroliga ante el Tau Cerámica en el que jugaban Luis Scola y Fabricio Oberto, ganando el MVP en todas las competiciones. Al año siguiente añadió una Copa Italia más a su palmarés, y dejó la península con un promedio de 17,9 puntos, 3,7 rebotes y 2,1 asistencias y jugadas para el recuerdo.

[yframe url=’https://www.youtube.com/watch?v=bWCFTtoKdNU’]

Antes de llegar a su primera temporada gloriosa en el paraíso del básquet, Ginóbili dio el golpe con la Selección Argentina al propinarle la primera derrota a la Selección de Estados Unidos con jugadores NBA en el Mundial de Indianápolis 2002. Después de 52 victorias consecutivas, los norteamericanos con nombres como Paul Pierce y Reggie Miller en cancha, se vieron superados por los argentinos y cayeron 87-80, . El combinado nacional llegó hasta la definición del torneo con el escolta como máxima figura, donde sufrió al famoso Pitsilkas, aquel árbitro griego que no cobró una falta clara sobre Hugo Sconochini que hubiese significado tener dos tiros libres para el campeonato. El bahiense fue seleccionado en el mejor quinteto del certamen.

Con el tobillo diestro maltrecho por su caída encima de Dirk Nowitzki en las semifinales ante Alemania, Manu llegó a Texas para sumarse a las líneas de los Spurs.  “Me golpeo más el primer día de entrenamiento que el debut en la NBA” dijo tiempo más tarde Ginóbili. La camiseta doblada con su nombre en su propio locker, el entrar y ver a David Robinson en un costado, a Tim Duncan en el otro, impactó al argentino, quien realizó su estreno en cancha ante Los Angeles Lakers el 29 de Octubre del 2002, anotando 7 puntos, y robándole una pelota desde atrás a Kobe Bryant.

[yframe url=’https://www.youtube.com/watch?v=vZZVHTks7DM’]

Me tocó defenderlo a Kobe gran parte de los 20 minutos que entré. Y si, estaba un poco cagado. Después de 3 partidos que jugamos contra ellos, me contó Bruce Bowen que preguntó por mi, preguntando por el 20, ese que juega bastante bien”. En la NBA, por más que Manu llegó como el mejor jugador FIBA del mundo, hay que hacerse un nombre. A Ginóbili le costó al principio la adaptación, en especial por problemas en el tobillo lesionado. Con el correr de los meses fue agarrando confianza, y jugó a buen nivel, como para ser nombrado Novato del Mes de Marzo.

Con una importancia creciente en la rotación de Popovich hacia el final de la temporada regular, el bahiense promedió 7.6 puntos, 2.3 rebotes y 2 asistencias por juego. San Antonio se llevó el número 1 de la liga. En Playoffs venció en seis juegos a Phoenix Suns, y después sacó de competición con el mismo score al campeón defensor, Los Angeles Lakers. En las Finales de Conferencia el rival fue el durísimo Dallas Mavericks de Dirk Nowitzki, Steve Nash, y Michael Finley, entre otros. En una serie en la que Ginóbili marcó su máxima de la temporada (21 puntos), los Spurs cerraron el duelo de visitantes, también con el 4-2 como marcador final.

[yframe url=’https://www.youtube.com/watch?v=f-R6CSw5sa8′]

En el pareo definitorio, Jason Kidd aparecía como la gran figura de los Nets, acompañado por Richard Jefferson y Kenyon Martin. Los primeros dos partidos en Texas, fueron uno por lado, pero San Antonio recuperó la ventaja de localía en el tercero tras imponerse 84-79. New Jersey logró empatar después de ganar el cuarto enfrentamiento, y el quinto se imponía como decisivo. Con una tremenda actuación de Duncan (29 puntos y 17 rebotes), los Spurs ganaron el encuentro 93-83 en el desaparecido Izod Center.

[yframe url=’https://www.youtube.com/watch?v=vq8y9P5yLNQ’]

El robo en mitad de cancha a Jefferson y la posterior volcada de Manu en el sexto partido (triunfo 88-77), es la imagen que a todos se nos viene a la cabeza cuando recordamos el primer anillo del mejor de todos. Pepe Sánchez y Rubén Wolkowisky ya habían jugado partidos en la NBA, pero Ginóbili llevó las ilusiones de toda una nación basquetbolística hasta lo más alto. Un argentino se coronaba en aquella liga de la que el gran León Najnudel traía los videos para ver como volaban Magic Johnson, Larry Bird y Julius Erving. Lo impensado, Emanuel lo convirtió en una realidad palpable y tangible. El cielo fue más celeste y blanco que nunca, porque él se elevó hacia él para volcar la bola en el firmamento más cotizado del mundo. Ninguna década es ganada al lado de lo que construyó el bahiense con su zurda.