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La debacle de los gigantes

Son los dos equipos más campeones de la NBA. Aquellos que hicieron de la década del '60 y la del '80 un culto de su rivalidad en las finales, donde el anillo casi siempre se disputaba entre estas dos franquicias. Son 33 campeonatos entre los dos, 12 finales de la NBA entre ellos. Son 17 de Boston Celtics y 16 de Los Angeles Lakers. Son seis derrotas en seis partidos y quedar a un paso de la barrida en lo que va de los Playoffs 2013. Son la caída, tal vez anunciada, de dos gigantes de la liga.

La jornada de ayer empezó en el TD Garden con Boston recibiendo a los New York Knicks. Desde el salto hasta el final, nada pudieron hacer los Celtics por evitar la tercera derrota consecutiva y quedar al borde de la eliminación. Esta vez no hubo comienzo parejo y al cierre de la primera mitad los de Mike Woodson ya sacaron diferencia de 16. El resultado final fue de 90 a 76. Los Knicks hicieron un partido excelente, tanto en ataque como en defensa y convirtieron las 18 pérdidas de Boston en 26 puntos propios. Carmelo Anthony anotó 26 y Raymond Felton repartió 10 asistencias. El argentino Pablo Prigioni marcó 9 unidades y además robó 5 pelotas para consumar un hecho que no se daba desde el 2000, cuando Latrell Spreweell terminaba con 5 quites en un partido de playoffs frente a Miami Heat. El base está teniendo titularidad, minutos y es una pieza importante en el andamiaje de los Knicks, tanto que en la conferencia de prensa fue elogiado por Woodson, Melo y Jason Kidd. En Boston, la ausencia de Rajon Rondo, el jugador más importante que tiene, hace que todo recaiga sobre dos veteranos de mil batallas como son Kevin Garnett y Paul Pierce. Pero el primero sigue ausente, aunque ayer fue importante en los rebotes, y al segundo lo ayudan Jeff Green - de gran temporada - y el avión Jason Terry. La diferencia radica entre una banca y la otra. Mientras que desde un lado está el sexto hombre del año, JR Smith, con 15; del otro apenas llegan entre todos a un poco más de la mitad de puntos del 8 azul. Y eso que el escolta se fue expulsado por un codazo a Terry a falta de siete minutos para el cierre. Habrá que ver si es sancionado por un partido por tratarse de una flagrante tipo 2. La última victoria de New York como visitante en playoffs había sido el 21 de abril del 2001 frente a Toronto Raptors. Y como bonus track, está a un partido de superar la primera ronda, cosa que no logra desde el 2000. Mañana al mediodía será el cuarto juego y Boston intentará no ser barrido, algo que no ocurre desde la primera ronda del 2004 frente a Indiana Pacers.

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De una costa a la otra. La realidad de los Los Angeles Lakers esta temporada supera cualquier película de ficción. Incorporaciones estrellas, cambio de técnico, lesiones al por mayor, clasificación agónica y la baja de Kobe Bryant para la postemporada. Como si fuera poco, también los reemplazantes se caen y de forma increíble (Steve Blake se pinchó el pie con clavos en un estacionamiento y será baja por tres semanas) y Steve Nash todavía no regresa. Entonces no quedó otra para Mike D'Antoni que recurrir a dos novatos para manejar al equipo. Darius Morris, quien promedió 15 minutos en toda la temporada, y Andrew Goudelock, de 6 minutos en toda la temporada. Este último, fue el MVP de la Liga de Desarrollo de la NBA, tal vez como consuelo para el técnico. Con este panorama era prácticamente imposible pretender que el segundo equipo más campeón le pudiera hacer cosquillas al poderoso San Antonio Spurs. Y la paliza fue importante. Los de Gregg Popovich derrotaron a los Lakers por 120 a 89, y la diferencia de 31 puntos es la peor sufrida como local por los laguneros. A media máquina jugaron los Spurs, y es que no les hizo falta mucho más. No alcanzó el triple doble de Pau Gasol (11 pts, 13 rebotes y 10 asistencias), ni las 25 unidades de Dwight Howard, ni la presencia de Kobe para levantar la moral. En San Antonio, el interminable Tim Duncan finalizó con 26 pts y 9 rebotes, mientras que Manu Ginóbili, sin gastar demasiadas energías y jugando muy tranquilo, se anotó con 6 tantos, 3 asistencias y 3 robos. La nota negativa para San Antonio la puso la lesión de Thiago Splitter, quien estará entre 7 y 10 días afuera por un esguince en el tobillo izquierdo. "Es un rival herido, pero hay que ser respetuosos", comentó Manu al terminar el partido. Con la serie 3 a 0 a favor, mañana a las 20 hs y con televisación de Space se jugará el cuarto juego, el cual podría terminar con esta llave tan despareja.

[youtube F7tDIWElMaE]

LA SERIE CON MENOS MARKETING, LA MEJOR

No hay grandes figuras, no hay premios personales, no hay equipos con una historia riquísima. Lo que hay es una primera ronda de las mejores de este año, de las más parejas y extrañas, de las más ofensivas y atléticas, de las que van a mil por hora y se matan a puntos. El máximo anotador de la temporada, Denver Nuggets, un equipo que de local tuvo el mejor récord del año, visitó a Golden State Warriors, otro conjunto ofensivo que cuando está derecho te bombardea el aro. Mientras que uno hace gala de velocidad, el otro posee unos perimetrales de lujo para lastimar cualquier defensa. Anoche, en el mismo horario en que los Lakers penaban contra San Antonio, se jugó este partidazo. Emociones, marcador igualado, rachas de puntos, errores, un final infartante, en fin, un encuentro de lo mejor que no tuvo televisación, lamentablemente. El primer cuarto ya terminó igualado en 32 y en el segundo, Denver sacó una diferencia de 12, lo que hizo pensar que se quedaba con el tercer encuentro y volvía a tener la ventaja de la localía. Ty Lawson tuvo una primera mitad intratable con 19 puntos. A la vuelta del descanso, Golden State mostró un coraje enorme y levantó la desventaja con un Stephen Curry que cada día juega mejor, con Jarrett Jack y el rookie Harrison Barnes, de gran partido, acompañándolo. El equipo de San Francisco sufrió la ausencia de David Lee en la pintura, pero sin embargo la reemplazó con el sacrificio de todos sus hombres. El último período fue palo a palo nuevamente. Los locales doblaron la marca sobre Lawson, arma principal que tuvo Denver en la noche, y lograron apagar un poco la ofensiva contraria. El marcador llegó a los últimos 20 segundos con los Warriors arriba 109 a 105. Pero un triplazo de Wilson Chandler puso a Denver a un punto. Ahí comenzó un show de errores. Primero, Jarrett Jack demoró desde el costado para sacar y perdió el saque por tardar más de 5 segundos. Pocas veces visto en esta instancia. Con la chance de pasar al frente, Ty Lawson quiso hacer la individual frente a la marca de Klay Thompson y Festus Ezeli, quien solo estuvo en la segunda mitad esos 4 segundos en cancha, y terminó resbalando y perdiendo la pelota. El muchacho que tenía 35 puntos y 10 asistencias, tuvo en sus manos la chance de ganar el partido pero no pudo.  Barnes tuvo dos libres para poner otra vea la diferencia de tres pero erró uno y la dejó en 2. Andre Iguodala intentó el triple desde casi la mitad de cancha pero no entró. Final por 110 a 108 y explosión en el Oracle Arena. Curry terminó con 29 unidades, 11 repartos y 6 rebotes. En Denver se extrañó el muy mal partido de Andre Miller, la figura del primer encuentro. Los Warriors se pusieron 2 a 1 y son el segundo equipo más anotador en lo que va del playoffs, el primero en asistencias, porcentaje de campo y de triples. Números que marcan un equipo feroz en ataque. Mañana a la noche se enfrentarán nuevamente en San Francisco y Denver buscará empatar la serie para no quedar al borde de la eliminación. Sin dudas, esta llave dará muchas más emociones para disfrutar.

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Son los dos equipos más campeones de la NBA. Aquellos que hicieron de la década del ’60 y la del ’80 un culto de su rivalidad en las finales, donde el anillo casi siempre se disputaba entre estas dos franquicias. Son 33 campeonatos entre los dos, 12 finales de la NBA entre ellos. Son 17 de Boston Celtics y 16 de Los Angeles Lakers. Son seis derrotas en seis partidos y quedar a un paso de la barrida en lo que va de los Playoffs 2013. Son la caída, tal vez anunciada, de dos gigantes de la liga.

La jornada de ayer empezó en el TD Garden con Boston recibiendo a los New York Knicks. Desde el salto hasta el final, nada pudieron hacer los Celtics por evitar la tercera derrota consecutiva y quedar al borde de la eliminación. Esta vez no hubo comienzo parejo y al cierre de la primera mitad los de Mike Woodson ya sacaron diferencia de 16. El resultado final fue de 90 a 76. Los Knicks hicieron un partido excelente, tanto en ataque como en defensa y convirtieron las 18 pérdidas de Boston en 26 puntos propios. Carmelo Anthony anotó 26 y Raymond Felton repartió 10 asistencias. El argentino Pablo Prigioni marcó 9 unidades y además robó 5 pelotas para consumar un hecho que no se daba desde el 2000, cuando Latrell Spreweell terminaba con 5 quites en un partido de playoffs frente a Miami Heat. El base está teniendo titularidad, minutos y es una pieza importante en el andamiaje de los Knicks, tanto que en la conferencia de prensa fue elogiado por Woodson, Melo y Jason Kidd. En Boston, la ausencia de Rajon Rondo, el jugador más importante que tiene, hace que todo recaiga sobre dos veteranos de mil batallas como son Kevin Garnett y Paul Pierce. Pero el primero sigue ausente, aunque ayer fue importante en los rebotes, y al segundo lo ayudan Jeff Green – de gran temporada – y el avión Jason Terry. La diferencia radica entre una banca y la otra. Mientras que desde un lado está el sexto hombre del año, JR Smith, con 15; del otro apenas llegan entre todos a un poco más de la mitad de puntos del 8 azul. Y eso que el escolta se fue expulsado por un codazo a Terry a falta de siete minutos para el cierre. Habrá que ver si es sancionado por un partido por tratarse de una flagrante tipo 2. La última victoria de New York como visitante en playoffs había sido el 21 de abril del 2001 frente a Toronto Raptors. Y como bonus track, está a un partido de superar la primera ronda, cosa que no logra desde el 2000. Mañana al mediodía será el cuarto juego y Boston intentará no ser barrido, algo que no ocurre desde la primera ronda del 2004 frente a Indiana Pacers.

De una costa a la otra. La realidad de los Los Angeles Lakers esta temporada supera cualquier película de ficción. Incorporaciones estrellas, cambio de técnico, lesiones al por mayor, clasificación agónica y la baja de Kobe Bryant para la postemporada. Como si fuera poco, también los reemplazantes se caen y de forma increíble (Steve Blake se pinchó el pie con clavos en un estacionamiento y será baja por tres semanas) y Steve Nash todavía no regresa. Entonces no quedó otra para Mike D’Antoni que recurrir a dos novatos para manejar al equipo. Darius Morris, quien promedió 15 minutos en toda la temporada, y Andrew Goudelock, de 6 minutos en toda la temporada. Este último, fue el MVP de la Liga de Desarrollo de la NBA, tal vez como consuelo para el técnico. Con este panorama era prácticamente imposible pretender que el segundo equipo más campeón le pudiera hacer cosquillas al poderoso San Antonio Spurs. Y la paliza fue importante. Los de Gregg Popovich derrotaron a los Lakers por 120 a 89, y la diferencia de 31 puntos es la peor sufrida como local por los laguneros. A media máquina jugaron los Spurs, y es que no les hizo falta mucho más. No alcanzó el triple doble de Pau Gasol (11 pts, 13 rebotes y 10 asistencias), ni las 25 unidades de Dwight Howard, ni la presencia de Kobe para levantar la moral. En San Antonio, el interminable Tim Duncan finalizó con 26 pts y 9 rebotes, mientras que Manu Ginóbili, sin gastar demasiadas energías y jugando muy tranquilo, se anotó con 6 tantos, 3 asistencias y 3 robos. La nota negativa para San Antonio la puso la lesión de Thiago Splitter, quien estará entre 7 y 10 días afuera por un esguince en el tobillo izquierdo. “Es un rival herido, pero hay que ser respetuosos”, comentó Manu al terminar el partido. Con la serie 3 a 0 a favor, mañana a las 20 hs y con televisación de Space se jugará el cuarto juego, el cual podría terminar con esta llave tan despareja.

LA SERIE CON MENOS MARKETING, LA MEJOR

No hay grandes figuras, no hay premios personales, no hay equipos con una historia riquísima. Lo que hay es una primera ronda de las mejores de este año, de las más parejas y extrañas, de las más ofensivas y atléticas, de las que van a mil por hora y se matan a puntos. El máximo anotador de la temporada, Denver Nuggets, un equipo que de local tuvo el mejor récord del año, visitó a Golden State Warriors, otro conjunto ofensivo que cuando está derecho te bombardea el aro. Mientras que uno hace gala de velocidad, el otro posee unos perimetrales de lujo para lastimar cualquier defensa. Anoche, en el mismo horario en que los Lakers penaban contra San Antonio, se jugó este partidazo. Emociones, marcador igualado, rachas de puntos, errores, un final infartante, en fin, un encuentro de lo mejor que no tuvo televisación, lamentablemente. El primer cuarto ya terminó igualado en 32 y en el segundo, Denver sacó una diferencia de 12, lo que hizo pensar que se quedaba con el tercer encuentro y volvía a tener la ventaja de la localía. Ty Lawson tuvo una primera mitad intratable con 19 puntos. A la vuelta del descanso, Golden State mostró un coraje enorme y levantó la desventaja con un Stephen Curry que cada día juega mejor, con Jarrett Jack y el rookie Harrison Barnes, de gran partido, acompañándolo. El equipo de San Francisco sufrió la ausencia de David Lee en la pintura, pero sin embargo la reemplazó con el sacrificio de todos sus hombres. El último período fue palo a palo nuevamente. Los locales doblaron la marca sobre Lawson, arma principal que tuvo Denver en la noche, y lograron apagar un poco la ofensiva contraria. El marcador llegó a los últimos 20 segundos con los Warriors arriba 109 a 105. Pero un triplazo de Wilson Chandler puso a Denver a un punto. Ahí comenzó un show de errores. Primero, Jarrett Jack demoró desde el costado para sacar y perdió el saque por tardar más de 5 segundos. Pocas veces visto en esta instancia. Con la chance de pasar al frente, Ty Lawson quiso hacer la individual frente a la marca de Klay Thompson y Festus Ezeli, quien solo estuvo en la segunda mitad esos 4 segundos en cancha, y terminó resbalando y perdiendo la pelota. El muchacho que tenía 35 puntos y 10 asistencias, tuvo en sus manos la chance de ganar el partido pero no pudo.  Barnes tuvo dos libres para poner otra vea la diferencia de tres pero erró uno y la dejó en 2. Andre Iguodala intentó el triple desde casi la mitad de cancha pero no entró. Final por 110 a 108 y explosión en el Oracle Arena. Curry terminó con 29 unidades, 11 repartos y 6 rebotes. En Denver se extrañó el muy mal partido de Andre Miller, la figura del primer encuentro. Los Warriors se pusieron 2 a 1 y son el segundo equipo más anotador en lo que va del playoffs, el primero en asistencias, porcentaje de campo y de triples. Números que marcan un equipo feroz en ataque. Mañana a la noche se enfrentarán nuevamente en San Francisco y Denver buscará empatar la serie para no quedar al borde de la eliminación. Sin dudas, esta llave dará muchas más emociones para disfrutar.