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Jamaica complicó la clasificación argentina a España 2014

Argentina volvió a jugar un mal partido y cayó por 81-75 frente al sorprendente seleccionado jamaiquino, que venía de eliminar a Brasil en primera fase. ¿Como explicar esta derrota tan histórica como inesperada?

Menos de 24 horas pasaron desde la derrota frente a Puerto Rico, a priori un partido “perdible”, hasta esta nueva y dolorosa caída frente a los jamaiquinos. Ya a este punto hay que hablar de problemas estructurales de Argentina  que difícilmente tengan solución en lo que quedan del torneo. La inexperiencia de la mayoría del plantel en compromisos internacionales de alto nivel, conlleva una irregularidad que por momentos se torna desconcertante. Al seleccionado de Julio Lamas le cuesta horrores mantener una línea de juego, y sufre cada vez que tiene que salir Luis Scola del parqué.

Dos incógnitas a resolver planteaba la forma desordenada y desenfrenada de juego de los caribeños en la previa de este choque clave: la capacidad atlética superior a los jugadores albicelestes, tanto para el rebote como para el uno contra uno, y en consecuencia la velocidad del contraataque de los jamaiquinos. Sin dejar de soslayar el escaso tiempo de descanso de los argentinos, la selección sufrió esas características de Jamaica en el primer cuarto.

Los entusiastas centroamericanos impusieron su físico en el parcial inicial, corriendo la cancha cual Usain Bolt. Dominaron la lucha rebotera y defendieron aceptablemente ante una ofensiva argentina que se cansó de tirar piedrazos desde más de 6,25. A pesar de esto la ventaja era sólo de un punto para Jamaica (17-16), al término del primer parcial.

Los problemas del seleccionado se profundizaron en el primer segmento del segundo cuarto, en el que los de Lamas llegaron a estar más de 4 minutos sin anotar, producto de una ofensiva muy estancada y con poco movimiento de pelota. Esta característica endémica se profundiza cuando Facundo Campazzo no está en cancha, el único que crea vías de gol por su cuenta además de Scola. Racha de 6-0 para Jamaica en ese comienzo y máxima hasta el momento de 23-16.  

El Pipa Gutiérrez cortó la sequía con una canasta de tres puntos, y de ahí en adelante con otras dos bombas de Selem Safar incluidas, Argentina encadenó un 13-0 para colocarse 29-23 arriba. Sólo 5 tantos anotaron los caribeños en los últimos 5 minutos, y la albiceleste se fue arriba por 3 al descanso (31-28). Negocio redondo para un equipo que tiró más triples que dobles en la primera mitad, y además con una eficacia muy baja (5/21, 23,8%).

Lo mejor de Argentina claramente se vio en el principio del tercer cuarto. Como ayer frente a los portorriqueños, el seleccionado sacó una diferencia amplia en el marcador de 12 puntos (42-30) a partir de un buen movimiento de pelota y una defensa ordenada.

Cuando parecía que la levantada nacional iba a estabilizar el ritmo del encuentro, Scola se sentó por primera vez en el partido y durante los 8 minutos que restaban del cuarto. Allí ante una defensa hundida que se preocupaba en demasía por las líneas de pase ante un equipo que no pasa la bola, Jamaica castigó con su efectividad en triples y se puso a tiro. Los disparos de larga distancia de Leonardo Mainoldi (3/5 en el cuarto) le dieron aire, pero la ventaja se redujo hasta ser de 5 puntos al finalizar el penúltimo parcial (55-50).

Campazzo ante el verdugo jamaiquino, Rose.
Campazzo ante el verdugo jamaiquino, Rose.

Si la estructura se venía moviendo desde la salida de Luifa en el tercer cuarto, en el parcial definitivo se terminó de derrumbar. El hombre que taladró los cimientos de la defensa argentina fue el escolta caribeño,  Weiyinmi Rose. Como si Weiyinmi se hubiese convertido en el mejor Derrick Rose, el nacido en New York fue imparable para la defensa argentina.  En un equipo que no dio una sola asistencia en toda la segunda mitad y sólo tres en el partido, Rose jugó y ganó permanentemente en el uno contra uno, sin importar que marcador se le pusiera en frente. Anotó 20 de sus 24 puntos en el último cuarto, ante la atenta mirada de la defensiva argentina que jamás modificó el plan para frenar al 8 jamaiquino.

Con la ayuda del desordenado pero incisivo base Akeem Scott, los dos perimetrales castigaron una y otra vez al aro albiceleste, para transformar esa desventaja de 5 tantos en 6 a su favor a 3 minutos del término del encuentro. Arrestos de Scola (22 puntos y 8 rebotes) y Campazzo (14 tantos y 4 asistencias) fueron lo único que dejaron al seleccionado con chances en el juego, pero la mala puntería desde la línea de libres (siete errados en el cuarto) alejó las posibilidades de al menos llegar a un final cerrado. Primero eliminaron a Brasil y luego bajaron a Argentina por 81-75. Fiesta en el banco caribeño, y profunda desazón en el conjunto nacional.

No es momento de hacer nombres propios, pero es evidente que hay integrantes de este plantel que han actuado por debajo de las expectativas, aún entendiendo la falta de roce internacional. Es una constante que el equipo no pueda responder cuando el capitán y el base titular no están en cancha. Lamas tampoco le encuentra la vuelta a la rotación, y a las fallas para defender jugadores atléticos y la pelea en los tableros (46-26 para Jamaica) de un lado, tanto como para encontrar vías de gol en ataque del otro.

Mañana queda el compromiso ante Uruguay y el domingo será el turno de cerrar la segunda fase frente a los talentosos canadienses. Ya no hay margen de error. Si Argentina no quiere depender de una de las cuatro wild card de la FIBA, deberá ganar los dos encuentros y esperar que otros resultados se den a su favor. Ya 2 de las plazas parecen seguras, tanto para México como para Puerto Rico.

Más que nunca deberá salir “El Alma Argentina”.