Archivo

Historias del Super Bowl: La bestia de los caramelos

Marshawn Lynch pudo activar el "Beast Mode" en Seattle Seahawks tras ir de mayor a menor en Buffalo Bills, su equipo anterior. Hoy es una pieza fundamental en el ataque de los campeones de la Conferencia Nacional. Historia de un hombre que aún a su edad, cree que los caramelos Skittles son píldoras mágicas.

Hambre. Eso es lo que tiene Marshawn Lynch Buy Tadalafil online Prescription Discount Prices. Men’s Health. Free Online Medical Consultations, Erectile Dysfunction, Skin Care, Visa. durante los partidos. Cuando está dentro del terreno de juego, es capaz de comerse la cancha en dos bocados. Y cuando está sentado en el banco, viendo cómo la muy buena defensiva de sus Seattle Seahawks aguanta los embates rivales, abre una bolsa de caramelos confitados marca Skittles y se los come.

Era una costumbre de cuando jugaba en la preparatoria técnica de Oakland, donde había estudiado Clint Eastwood. Eran aquellos tiempos en donde él le prometía a su madre, quien lo crió prácticamente en soledad, que le iba a regalar una casa cuando se haga profesional. Justamente ella fue la que la inició en el tema de los Skittles. Ella decía que eran píldoras mágicas que lo hacían cada vez más fuerte. En este presente de éxito y fama, Lynch recibe esta golosina de manera gratuita, gracias a que involuntariamente esta marca terminó siendo posicionada. Y los hinchas de los Seahawks suelen hacer distintos rituales en base a esta costumbre: desde disfrazarse de paquete, hasta ponerlas en las hamburguesas, pasando, claro, por tirarlas desde la tribuna hacia donde está Lynch para que se las coma.

El éxito en la secundaria, que incluyó un título de la ciudad y varias distinciones individuales (incluído el ser califcado como el segundo RB de la nación en lo que se refiere a preparatorias, prosiguió en la Universidad de California, elegida por su cercanía a su casa. Su tercer año, el cual terminó siendo su último, fue donde obtuvo sus mayores lauros: 1356 yardas terrestres, y 11 touchdowns, aparte de ser el mejor jugador ofensivo de su conferencia, la Pac 10, y fue elegido por los entrenadores como el mejor corredor universitario.

Al año siguiente comenzó su trayectoria como profesional: fue el duodécimo pick del Draft de 2007, siendo Buffalo su destino. En la otra costa. La adaptación terminó siendo dura, e incluso surgieron varios problemas legales (ya sea por portación de armas o por hechos de violencia). Eso se vio reflejado en la cancha: Pasó de superar las 1000 yardas en sus primeras dos temporadas, a hacer apenas 450 en su tercera. Su estadía con los Bills duró hasta el 5 de octubre de 2010, cuando Seattle lo canjeó por tres selecciones de draft.

Allí, Lynch volvió a ser el que era. La bisagra fue el 8 de enero de 2011. Parafraseando a la película de Alex de la Iglesia, fue “El Día de la Bestia”: en aquel encuentro de la ronda de Wild Cards frente a online. buy compazine online order imitrex order imitrex order imitrex. order online buy Indocin online buy Indocin online buy Indocin online . buy IndocinВ  New Orleans, recorrió 67 yardas y rompió 9 tackles para poder penetrar la zona de anotación. Realmente, fue uno de los mejores acarreos anotadores que se hayan visto. Fue triunfo de los Seahawks por 41 a 36. Poco importó que el equipo de Emerald City entrara a los playoffs por la ventana, luego de ser ganar su división con récord negativo, siendo el primer clasificado a la postemporada con un porcentaje de triunfos menor al 50%.

Igualmente, “Money” (tal como es apodado desde su juventud) activó el “Beast Mode” en muchas más ocasiones. No por nada en las siguientes tres temporadas superó las 1200 yardas y los 10 touchdowns terrestres, algo que nunca hizo con los Bills. En ésta última temporada corrió 1257 yardas (2º mejor marca de su carrera) y atravesó las diagonales en 11 ocasiones (empató marca del 2011, la cual también fue la 2º mejor). Justamente, acarreos de su impronta fueron vitales en los triunfos frente a los unique essay Saints, a quienes prácticamente tiene de hijos, y a los San Francisco 49ers, en una aparición casi sorpresiva, ya que estaba siendo bien contenido por la defensa rival.

A pesar de su desfachatez dentro de la cancha, fuera de ella es todo lo contrario. No es una persona que le guste hablar con los medios de comunicación, algo que se nota en sus monosilábicas respuestas. E incluso estuvo a punto de ser multado por rehusarse a dialogar con la prensa. Esta tarde, en el “media day” de esta final, estuvo nada más que seis minutos en su atril.

El domingo se sabrá si la historia de “La bestia de los caramelos” terminará con final felíz, o deberá esperar un año más para ello.

Lynch está como quiere: con el uniforme de los Seahawks, con su madre y con un paquete de Skittles. El domingo puede completar la escena con un Trofeo Lombardi (seahawks,com)
Lynch está como quiere: con el uniforme de los Seahawks, con su madre y con un paquete de Skittles. El domingo puede completar la escena con un Trofeo Lombardi (seahawks,com)

Ediciones anteriores:

“El resultado de una elección”
“Puntos en común”
“La ley del ex”

Santiago Luduena
Periodista deportivo, aunque también pueden decirle Licenciado. Escribió un libro, el árbol y el hijo aún los debe. Fanático de los deportes (y de Boca), pero también de los libros (más aún los de Casciari) y de Love of Lesbian. En una palabra: polifuncional.