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El magnate ruso que revolucionó la NBA

Mikhail Prokhorov es el dueño de los Brooklyn Nets, franquicia que ha destrozado el mercado con las incorporaciones de Paul Pierce, Kevin Garnett, Jason Terry y la reciente llegada de Andrei Kirilenko. El equipo más costoso de la historia de la NBA afronta las críticas, las dudas y las sospechas de otros dueños, más la incertidumbre del público. Como si la amenaza comunista estuviera de vuelta, en Estados Unidos tiemblan por la nueva manera de hacer negocios y de manejar la franquicia de la mejor liga de básquet del planeta.

La historia de los magnates rusos en el deporte ya no es noticia. Desde Roman Abramovich, el multimillonario que con 36 años compró el Chelsea inglés, que distintos empresarios de la ex república soviética adquieren clubes de fútbol y arrasan en todos los mercados de pases. Otros ejemplos de esta tendencia son Suleyman Kerimov, y Dmitry Rybolovlev. El primero es  dueño del Anzhi, club que por ejemplo se da el lujo de pagar el sueldo más caro del planeta fútbol a Samuel Eto´o (20 millones de euros al año), mientras que Rybolovlev ha adquirido recientemente el Mónaco francés, y gastado más de 150 millones de Euros en refuerzos para la próxima temporada.

Mikhail Prokhorov , empresario de 46 años, tiene yacimientos de petróleo, minas de oro, y medios de comunicación, entre otra gran cantidad de inversiones. Es el 69° hombre más rico del planeta según la revista Forbes. Además, es desde hace 3 años el propietario de los Brooklyn Nets, equipo que mudó su sede histórica en New Jersey para pasar a otro punto de Nueva York. En sociedad con el rapero Jay-Z, el único dueño no estadounidense de la NBA no ha escatimado en gastos, y en sus primeras intervenciones renovó a Deron Williams (18,4 millones al año) y Brook López (14,6), además de traerse a Joe Johnson (21, 4) desde Atlanta Hawks a través de un traspaso. Buscó además convencer a Dwight Howard, pero el pívot recaló finalmente en Los Angeles Lakers.

Prokhorov el día que se presentó en la NBA como dueño de los New Jersey Nets.
Prokhorov el día que se presentó en la NBA como dueño de los New Jersey Nets.

El proyecto totalmente ambicioso y en busca de resultados inmediatos, chocó contra la irregularidad propia de un equipo completamente nuevo. A pesar de los vaivenes los Nets lograron meterse en la cuarta posición de la Conferencia Este, con cambio de entrenador en el medio de la temporada (Avery Johnson fue despedido y asumió PJ Carlesimo). La ilusión de pelear el título de conferencia con Miami Heat quedó trunco, ya que unos disminuidos Chicago Bulls eliminaron estoicamente a Brooklyn en siete partidos en la primera ronda.

A Prokhorov el tema de la derrota y los proyectos a largo plazo se nota que mucho no le agradan. Después de contratar al recientemente retirado Jason Kidd para hacerse cargo del equipo, la política de fichajes caros no solo no cesó, sino que se intensificó: Paul Pierce, Kevin Garnett y Jason Terry recalaron en Brooklyn tras un megatraspaso que envió a Gerald Wallace, Kris Humphries y Marshon Brooks a Boston, más un par de rondas de draft. 32 millones de dólares en salario que entraron a los Nets, y poco más de 23 que se fueron. La frutilla del postre (y de la polémica) se conoció ayer, cuando Andrei Kirilenko, alero ruso de 32 años, firmó con la franquicia neoyorquina por 3 millones de dólares, elevando la nómina total hasta los 101,7 millones, cifra cercana a lo que abonaron los Lakers la temporada pasada. Dueños y gerentes generales de varios equipos de la liga pusieron el grito en el cielo. “Vamos a ver si la liga tiene algún tipo de credibilidad”, le dijo un propietario off the record a Adrian Wojnarowski, periodista de Yahoo Sports.

¿Por qué tanta indignación? Hay varias aristas para analizar. Primero, Kirilenko rechazó una oferta de 10 millones de dólares por parte de los Minnesotta Timberwolves, y también formar parte de un Sign&Trade con los San Antonio Spurs. En un país en el que está completamente mal visto rebajarse el sueldo para formar un equipo más competitivo, el alero desestimó ¡7 millones! Para jugar en el equipo de Prokhorov, quien también es dueño del CSKA de Moscú, club en el que Andrei jugó en la 2011-2012, la temporada del lockout. Resulta por lo menos sospechoso, que un jugador rebaje de semejante manera su salario, y demasiada coincidencia, que ambos se conozcan de su país de origen. ¿Qué impide que exista un trato en Estados Unidos, y otro en tierras rusas?

Kirilenko y el dueño de los Nets, en tiempos de CSKA de Moscú.
Kirilenko y el dueño de los Nets, en tiempos de CSKA de Moscú.

En segundo lugar, desde esta temporada el impuesto de lujo que deben abonar las franquicias que superen el límite salarial (a partir de 70 millones de dólares de salarios totales), será mucho mayor al de años anteriores. Mientras que en el anterior acuerdo los equipos pagaban un dólar por cada uno superado del límite, desde la 2013-2014 las penalizaciones van desde 1,5 a 4 unidades de moneda estadounidense, dependiendo de la nómina final de cada plantilla. Esto quiere decir, que además de los más de 100 millones de dólares de salario, Mikhail Prokhorov deberá afrontar la suma aproximada de 77 millones en concepto de impuesto. Un total cercano a los 180 millones de dólares en un año solo en una plantilla de 14 jugadores, un número que no tiene parangón en la historia del básquet profesional.

“Los dioses del básquetbol han sonreído a los Nets” dijo el magnate que pretende suceder a Vladimir Putin en la presidencia de Rusia en 2018, y a corto plazo, quiere llevarse el campeonato de la mejor liga de básquet del planeta. Un quinteto inicial con Deron Williams, Joe Johnson, Paul Pierce, Kevin Garnett y Brook López, con Terry, Kirilenko, Plumlee y Evans de apoyos, Brooklyn ingresa en la conversación por la obtención del título. Será tarea de Kidd amalgamar las piezas para formar un equipo, ya que otras constelaciones de estrellas han estado más cerca de convertirse en una supernova que de iluminar el firmamento con buen básquet.

De lo que podemos estar seguros, es que Mikhail Prokhorov no tiene problemas para llegar a fin de mes. Ni siquiera con la franquicia más costosa de la historia de la NBA.