Che, ¿y Hernán Casciari? ¿En que andará? Eso quisimos saber en Rock ‘N Ball, y lo cruzamos. Tiempo atrás, y en el centro cultural Olga, en La Plata, bajo una lluvia insistente. Casciari, ese hombre que parece que nunca se quedará quieto, está escribiendo más cosas, pero, además, se encuentra enfrascado en una “superproducción muy bestia” de la que “no puedo decir mucho”. Lo poco que le sacamos es que será una miniserie de 13 capítulos escrita de principio a fin por el ‘Gordo’ y el Chiri get an essay , su inseparable amigo y compañero de aventuras y fechorías: “No queremos esas pelotudeces, que se cambia según cómo pegan los personajes. Va a estar escrita de punta a punta antes de empezar a grabar”. Y nada más. Casciari no dice nada más de eso, pero sí dice mucho de literatura, de fútbol, de Messi, de su hija, Nina, de su vida en un pueblito catalán y, a días de las elecciones, de política. Pasen y lean, vale la pena…
Esta es una nota que veníamos buscando hace rato, y la primera pregunta que queremos hacerte es sobre Messi, tu último libro se llama “Messi es un Perro”. ¿Para vos Messi es algo a lo que siempre le vas a prestar atención? ¿Qué opinás de su actuación en el Mundial?
HC: Como vivo en Barcelona, no tengo la sensación que a Messi el Mundial le pasó algo distinto. No estaba jugando bien el año pasado, y en ningún momento se pensó allá que esto era una debacle definitiva. Una cagada que haya tenido ese bajón en un año mundialista. Viéndolo desde una óptica argentina, claro
¿Lo ves enojado a Messi por las críticas que le hicieron por el Mundial y Copa América?
HC: No tengo la menor idea. Messi es un tipo anti maradoniano en el sentido de su extroversión. Digamos que no se comunica, debe pensar un montón de cosas que no tengo idea qué son.
En este último texto que hiciste después de lo que sucedió en La Bombonera con el Gas Pimienta (NdR: ‘El Juguete que rompimos´) me parece que escribís contra los que destruyen el juego, todo lo contrario al espíritu que tiene ‘Messi es un perro’, ¿no?
HC: Posiblemente cometa el error de escribir sobre fútbol. Habré escrito dos o tres veces sobre el fútbol en doce años. Y esos textos pegan. Después me preguntan sobre fútbol, que no es un tema que me apasione, onda para hablar largo y tendido. Dos o tres me pareció interesante escribir sobre fútbol y lo hice. Escribí una vez un cuento sobre los 10 segundos de los goles de Maradona a los ingleses, pero sospechando que a cada uno de esos defensores les cambió la vida en ese momento. Después escribí el de Messi, porque de verdad lo vi parecido a un perro que tenía y ese que mencionás vos que es en realidad sobre la sociedad. El de Messi yo lo veo como algo de infancia y el de Maradona es sobre cómo se rompen en un segundo las vidas de las personas, por la razón que sea. Fijate qué poco tiene que ver, en realidad, con el fútbol. A mí me chupa bastante un huevo cómo sale la final de la Champions League. La voy a ver con una birra y papitas, más que nada por un mandato paterno, más que por el fútbol en sí mismo. Son textos que se han viralizado porque el fútbol es muy pasional. Si yo hubiese escrito “Agustín Pichot es un perro”, seguramente no hubiese tenido el mismo impacto. Yo no creo que “Messi es un perro” sea tan bueno como para tener 3 millones de visitas en YouTube. Y las tiene porque alguien se tomó el trabajo de ponerle unos videos atrás de Messi haciendo jugadas sin caerse que es hipnótico. El mismo video, sin mi texto, hubiese tenido 2 .800.000, a mí me corresponden el resto, que es más o menos lo que se merece el texto. Y no sé si estoy contento por eso. Es verdad, se me conoce un poco más, y después algún porcentaje de los que me conocieron por ese texto, van más allá. En entrevistas, a veces, se piensan que soy periodista deportivo. No sé mucho sobre el tema. Tengo recuerdos más literarios que futbolísticos.
[su_pullquote align=”right”]El esfuerzo de tener una comunidad de lectores, es bastante parecido al de caretear con el dueño de ´Mondadori´, e ir a almorzar y una cantidad de pajereces que hay que hacer para que te publiquen un libro.[/su_pullquote]
Pasó ya un tiempo desde que cerraste ‘Orsai’ y abriste ‘Bonsai’, ¿pensás en volver?
Claro, pasa que ‘Orsai’ nunca lo cerré. Orsai es un proyecto que tiene dentro muchas cosas. Una de ellas, una revista. Que sí, dejamos de publicar hace casi 2 años. Orsai es un proyecto que comenzó en 2003 y es imposible cerrarlo: Orsai es mi blog, es un bar, en un momento fue una revista, una revista infantil, en otro momento fue una pizzería en Barcelona. Desde 2010 es la editorial que publica mis libros. Lo único que dejamos de hacer con el Chiri fue la revista. La volveremos a hacer cuando tengamos ganas, no queríamos hacer una “revistita”. Hicimos tres años, ahora estamos haciendo una serie de televisión, que tenemos muchas ganas de hacer y en general es eso. Orsai es como un techo en el que nos ponemos debajo y hacemos las cosas que tenemos que hacer. Orsai es uno de los caprichos dentro del proyecto. Y cuando tengamos ganas con el Chiri la volveremos a hacer, seguramente
¿Chiri vive allá o acá?
Chiri vive en Luján. Vivió en el pueblo donde vivo yo, Saint Celoni, durante todo el tiempo que hicimos la revista y después se vino para acá de nuevo. La mujer de Chiri fue la diseñadora de la revista. El último año hicimos la revista a dos continentes y fue divertido, pero también muy complicado. A mí me sirvió mucho para tener excusas para venir, encontrar razones para venir cada dos meses y es algo que sigo haciendo aún hoy, aunque no esté más la revista
Y vos no te volvés por esa decisión que tomaste de que tu hija Nina termine la escuela en el mismo lugar donde la empezó.
Sí, claro, hasta el quinto año de Nina vamos a estar allá, en el pueblito.
Y después ya pegarías la vuelta a la Argentina
No sé si Argentina, pero sí mover. Es muy divertido vivir en un pueblito, ver que Nina puede jugar en la calle, poder verla crecer corriendo por la calle, como acá no podría pasar. Yo cuando era chico en Mercedes se podía, peor en el Mercedes de hoy me dicen que no es muy conveniente que un chico de 10 años ande solo por la calle después de las ocho de la noche. El pueblo donde vivimos es un Mercedes de hace 35 años, y es muy divertido. Andan por la vía, hay un río, el mar del otro lado, la montaña atrás, y no hay un clima de inseguridad de ninguna clase, es un pueblo al lado de Francia. Me divierte ver que mi hija está pasando una infancia de barro, tierra y río, parecida a la mía y también es alucinante que sus compañeros y compañeras de jardín sigan estando con ella, y así sea hasta los 17, 18. Después, en Europa, los chicos a esa edad hacen “Erasmus” (Plan de Acción de la Comunidad Europea para la Movilidad de Estudiantes Universitarios), se sacan un boleto del tren europeo y se van a estudiar a Suecia un año. Y ahí ya no tengo la necesidad de vivir allá y ahí yo haré mi propio “Erasmus”. Ahí veré qué haré. Si quiero tener una casita en Filipinas para dos meses, la tengo, sin pensar en la escuela de Nina. A eso me refiero.
En una parte de “El pibe que arruinaba las fotos” decís que vos a tu hija no le preguntás si aprendió a multiplicar, si no si hizo algún nuevo amigo. ¿Eso es lo que aplicás cuando decís que es importante mantenerla en el mismo lugar hasta los 18 años? ¿Que ella pueda generar vínculos duraderos?
Claro, al menos que los pueda sembrar. Después, yo no estoy tan seguro de que eso vaya a funcionar al 100%, pero sí darle la oportunidad de que pueda tirar semillitas ahí. Después, si no sale, mala suerte.
[su_pullquote]A mí me chupa bastante un huevo cómo sale la final de la Champions League. La voy a ver con una birra y papitas, más que nada por un mandato paterno, más que por el fútbol en sí mismo. [/su_pullquote]
¿Por qué no editás los libros por editoriales más grandes o que te aseguren una distribución mayor? ¿Tiene que ver con esa idea tuya de que te alcance, te haga feliz y, quizás, no ambicionar tanto?
HC: Sí, pero además he hablado con escritores que tienen contrato con editoriales -suelo hacerlo, de hecho- y un poco que miran de costado lo que hago yo. Porque al final, si te ponés a pensar, alguien que es distribuido por ‘Mondadori’, ‘Planeta’ o ‘Sudamericana’ y que saque un libro que pueda vender 4000, 5000 ejemplares, de cada uno de esos, el autor se lleva un 10 por ciento. Yo me llevo el 50 por ciento de mis cosas. Y, por ejemplo, el libro de Messi vendió 1000 en la primera semana por web. Entonces, esos 1000 que yo vendí por web, es casi lo mismo que 4000/5000 de Mondadori. En plata, quiero decir, si es que estamos hablando únicamente de eso. Y, además, sí, ellos distribuyen más, pero no mejor, sino careta. Es decir, no te llega a Nicaragua, llega a España, Argentina y México, porque ahí vive un montón de gente y hay supermercados de libros tipos “Yenny” y arreglate. El autor que trabaja así no tiene un contacto real con sus lectores. Quiero decir, no se queda con el mail del lector. Qué sé yo: es un negocio, es como ‘fabricar chorizos’ y yo trato de cocinar lo que hago. Descubrí, no hace mucho, que económicamente no está mal. No es que yo me estoy bajando un escalón; de hecho, no. Y yo tenía toda la impresión de que sí. Con ‘Orsai’ pasó eso, fuimos muy rígidos en algunos principios, y perdimos guita, obvio. Mi intención era pagarle muy buena guita a los que colaboraran y llegar a todo el mundo, etc, etc, etc. Y sí, claro, perdimos guita. Cuando yo comencé a utilizar esos mismos principios para mis libros, me di cuenta de que no era lo mismo. No había que pagarle a 65 personas, y los libros en sí, ni siquiera los escribo con la intención de vender libro. Soy yo escribiendo en el blog y cuando reúno diversos artículos o relatos que puedan ponerse bajo el mismo techo de una temática o categoría, saco el libro. Por ejemplo: el de la tecnología. Tienen el mismo valor económico que una ‘Orsai’, pero no tengo que pagarle a tantas personas. Haciendo libros de literatura gano más que un escritor que trabaja para ´Mondadori´. Y lo descubrí el año pasado. Y dije: ah, mirá qué bien. ¡Buenísimo! Es como que las cosas se pueden hacer bien y eso no significa que tengas que bajarte de un escalón económico. Y eso es buenísimo. Eso dentro de 4 o 5 años les pasa a todos. A todos los que tengan una comunidad de lectores. Y sí, el esfuerzo de tener una comunidad de lectores, es bastante parecido al de caretear con el dueño de ´Mondadori´, e ir a almorzar y una cantidad de pajereces que hay que hacer, que tienen que hacer todos, para que les publiquen un libro. treatment of bipolar disorder
Y vos ese tiempo lo usás para escribir
HC: Y para estar con los lectores, con quienes van a ser tus lectores. Un escritor y un lector, en su etapa de inicio, son cachorros. Tienen que ir creciendo juntos. Yo no escribo igual que en 2004, y mis lectores no leen lo mismo que en ese año. Yo en ese año, era más básico, más standupero, si vas a esos textos vas a ver que son más cortos. Estaba empezando a entender Internet en 2004. Y el lector también. Y diez, doce años después se escribe y se lee de otra manera, los dispositivos son otros.
¿Cómo sentís que se lee?
HC: Es mucho más disperso, estamos muy distraídos para leer como para crear contenido. A mí me cuesta mucho leer dos páginas sin distraerme, con un ruidito, un mail que llega, un tuit. Y eso, al principio, es muy irritante, peor después te acostumbrás. Yo miro a mi hija y noto que los nativos digitales no tienen ese problema, ellos nacieron así. Y no es una cuestión de vejez, los de nuestra edad, nuestra generación, sentimos una cierta culpa en la desconcentración. No estamos acostumbrado s a sentirnos bien con nuestro propio procrastineo. No nos sentimos bien. Estás leyendo algo que sabés que te tiene que interesar, porque es interesante y demás, pero capaz estás pensando en otra cosa. Y sentís culpa. Y no tenés por qué. Yo veo a los chicos que lo cortan sin ningún problema, van a otro lado, vuelven. Mi hija puede estar mirando algo en la tele, en la Tablet y al mismo tiempo dibujando. Yo la veo y le gritó, le digo “¡Nina!” y ella me dice “Papá, yo puedo, ya nací así, no me rompas las pelotas” (risas). Hay un capítulo de “Louie”, una serie buenísima, donde él, que es un tipo gordo de mi edad, la lleva al teatro a NY a ver una obra de Eugene O’Neall, con actores buenísimos y el tipo está encantado y la mira a la hija y ella está con el móvil así (hace el gesto de chateo) y cuando salen del teatro, él la empieza a cagar a pedos, y ella estaba buscando en Wikipedia la historia del autor de la obra y ella le dice. “¿Vos sabías que la historia la escribió el tipo estando encerrado en una cárcel? Si querés sacame el teléfono, pero no me castigues porque tengo dos niveles de comprensión y vos tenés uno sólo”. Y es así. Es eso. Lo que está pasando es eso. A veces los castigamos a los más jóvenes porque sospechamos que están desconcentrados y en realidad pasa eso, tienen uno o dos niveles más de comprensión. Ellos están evolucionando, nosotros no.
[su_pullquote align=”right”]Algún día alguien va a tener que salir lo que realmente les molesta: “Sí, soy egoísta y me molesta un montón que mi mucama se haya comprado un auto”. Porque finalmente, es eso: gente que se interesa por los demás, y gente que no.[/su_pullquote]
¿Y en el medio de todo eso, las redes sociales?
HC: Que son también un poco eso. La forma en que se comunican, en que arreglan para verse, en que se enamoran. Esas formas van a ser necesariamente distintas a las que teníamos nosotros.
¿Creés en la peligrosidad de las redes sociales?
HC: Imaginate que a tus viejos les hubiesen preguntado si creían en los peligros de la calle… Es igual. Es todo sobre el control que vos tengas sobre eso. A los 9 años de hace 20 años atrás, jugar con bulones al costado de la vía del tren, ¿era peligroso o no? Para uno no, porque teníamos 12 años, pero para el padre sí. Es todo lo mismo, lo único que ahora un poco más veloz. Y en esa diferencia de velocidad, el mayor tarda un poco más en llegar, y el pendejo llega antes. Como toda la vida.
can i get generic brand Viagra online no prescription over the counter ¿Y esa diferencia de velocidad lleva a que los más grandes menosprecien estas formas de comunicación y demás?
HC: Es no entenderlo. Había una época, antes de la imprenta -te estoy hablando de Sócrates, Platón- en la que lo realmente prestigioso era memorizar: a los libros había que memorizarlos de punta a punta, por eso escribían en verso. El día que empezó la imprenta, y antes los papiros manuscritos, los viejos estaban en contra. Porque decían que si no memorizabas no eras inteligente. El libro, la multiplicación de la información, para un tipo que había nacido para memorizar, era una velocidad trepidante. ¿Una biblioteca? No, mi cabeza. Imaginate que siempre pasó lo mismo con ciertas tecnologías. Y todo es tecnología. Cualquier evolución es tecnología. El chabón que le saca punta a una piedra, y con eso arma una punta, es Bill Gates en un momento. Nosotros damos los mismos pasos, y las mismas vueltas y hay que aprender de eso. Yo trato con mi hija de aprender, usar tres pestañas al mismo tiempo, tratar de entenderlo. Tratar de aprender a usarlo.
En tus textos hay una mezcla de ficción y realidad, que te hace preguntar, ¿qué es real y qué no? Lo sentís como un sello tuyo o como una necesidad. Y también en tus textos hay mucha data social, incluso una denuncia, pero no tan explícito
HC: No es un trabajo. No sé, pero un trabajo seguro que no. Yo cuento anécdotas en general. Cuando no, hago literatura puntual, que es clarísimo, porque uso una tercera persona. Cuando yo hablo desde mí siempre parto de una realidad. Y en un momento me doy cuenta de que la tengo que vestir. En general, lo que parece que no, es sí. Lo de Filloy, es así (NdR: una anécdota entre Casciari y el escritro Filloy, narrada en “El pibe que arruinaba las fotos”). Yo lo fui a ver, me di cuenta ahí de que era primero de agosto. Las cosas que conté en el blog, mis amigos las conocen de sobremesas anteriores a internet incluso. Ya están testeadas. Cuando las llevó a papel las engalano. Pero lo que no es real son las cositas del costado. El Chiri se desmayó, vomitó, pero la vieja nunca nos echó. Eso no es real. El corte lo tengo (muestra la cicatriz). (NdR: se refiere a otra anécdota del libro antes mencionado). A veces no hay final en la vida real, pero yo lo tengo que cerrar de alguna manera. Pero la razón por la que cuento, en general es real.
Luego de hablar de Messi, el fútbol, su proyecto con Orsai, su hija Nina, e incluso cómo y qué se lee, con Casciari decidimos adentrarnos en un tema un poco más “pantanoso”, como es la política. A días que en Argentina se elija al sucesor de Cristina Fernández de Kirchner, Hernán se metió de lleno en el debate e, incluso, dejó cosas sumamente interesantes para aplicar en el proceso que viene, sea de quien sea. ¿Tenemos todos que apadrinar un enojado? ¿Qué es apadrinar un enojado? Bueno, leelo a continuación.
Hace unos años, le diste una entrevista a un portal (NdR: La Brokenface) y augurabas que venía la derecha, a días de las elecciones, ¿seguís pensando lo mismo?
HC: Sí, sí. Me da la sensación de que hay un desgaste propiciado por quienes manejan a la derecha. Propiciado por las herramientas de la derecha. Lo noto en el cerebro de mi vieja, en el de las personas que escuchan TN todo el tiempo. Se les desgastó el cerebro. Y después van y votan. Sabíamos que no iba a ser fácil. Yo tengo un pensamiento claro, a mí me gusta la informalidad política y en todo. En la política más. Que me hablan como me están hablando ahora, y no como en los ’90. NO de cómo lo hacen, sino de cómo me hablan. Lo hacen de una manera menos careta. Me interesa que el Ministro de Economía sea menos careta. Las cosas de fondo también me interesan. Pro está claro que eso no iba a ser fácil. Que si eso ocurría iba a haber un grupo de gente que iba a hacer todo lo posible para que deje de ocurrir lo más pronto posible. Y me parece que 12 años es una cantidad de años enorme y que, en algún momento, para mí, la derecha tiene que volver para no volver nunca más. El golpe de Onganía no iba a ser el último golpe, pero el del ’76 sí. Yo creo que si hoy, en Noviembre, gana Macri, ponele, va a ser todo tan absurdo, lo que ocurra en un año y medio que ahí sí, la sociedad completa dirá “Ahora entendí, me acordé de todo”. Hay gente que no acuerda de nada, eh. Me parece que una vuelta más de mierdita viene, y eso es el golpe del ’76. Si hay algo que nunca más vamos a aceptar es un milico, eso lo sabemos como sociedad. La derecha, sí sigue dando vueltas, sigue dando vueltas, me parece que hace falta un añito más y basta. ¿Ya entendieron cómo es?
[su_pullquote align=”left”]Un escritor y un lector, en su etapa de inicio, son cachorros. Tienen que ir creciendo juntos. Yo no escribo igual que en 2004, y mis lectores no leen lo mismo que en ese año. [/su_pullquote]
¿Ves en este país las condiciones de tolerar un añito o cuatro de derecha?
HC: O cuatro, claro. A mí me gustaría saber cómo funciona la juventud que en este momento es oficialista como oposición. Me encantaría saberlo. Me encantaría ver si son decentes. Y me encantaría que lo fueran. En el caso que ocurra el desastre, es muy interesante ese ejercicio. No poner palos en la rueda mal, luchar, imaginate que un gilún, careta de corbata quiera eliminar alguna de las cosas importantes que conseguimos en estos doce años, ¿cómo va a reaccionar esa juventud? Va a reaccionar como se merece un país civilizado ¿o no? A mí me gustaría ver cómo reacciona esa juventud después de 12 años de militancia en el rol de oposición. Siento curiosidad antropológica por ese tipo de cosas. Me gustaría que tuviera una lucha europea y no africana para la defensa de esas conquistas y de sus discursos.
En lo que sí no hay lugar para más caretaje es en algunos medios de comunicación, ¿no? Ya está bien claro para dónde juegan, no veo fácil que se den vuelta.
HC: Va a ocurrir lo de siempre. Si gana el de ellos y tuvieron un convenio antes, va a pasar lo que tiene que pasar. Tendremos un ´Clarín´ parecido al de 1991. Vamos a tener un ´Página 12´, parecido al de ese año. Son empresas. Que tienen que mantener a la gente que los lee, comprando. Dejemos de pensar que esto es periodismo porque ya fue. Dejemos de pensar que ´Clarín´ es periodismo. El periodismo es otra cosa que no se está ejerciendo más que en Internet y entre gente independiente. UN tipo que tiene una planta con 18 pisos, que entra mucha gente a trabajar, tiene una empresa de chorizos. Es imposible pensar que eso es periodismo. Es imposible pensar en informar cuando tus intereses tienen que ser solventados. Es una empresa. Es como decir, qué sé yo, la revista ´Paparazzi´, necesita vender infidelidades de gente conocida, ok. Pero no pensemos que eso es información. Eso es para que mi vieja lea, pero no es información. Si en 4 semanas pasara que ningún famoso es infiel, lo tienen que inventar. Porque no pueden dejar de sacar esa revista. Tienen convenios que los obligan. Pero no es periodismo. Que ellos digan lo que quieran, dejemos de prestarles atención. El gran problema no es de ellos, el problema es nuestro que seguimos mirando la tapa de ´Clarín´, o de ´Página´ – para mí es todo lo mismo- como si fuera noticia. El problema es nuestro que tenemos que ir a buscar la noticia a otro lado.
¿A dónde?
HC: No sé, a internet, por ejemplo. Tenemos que tomar ciertos recaudos, y al mismo tiempo, cuando haya un montón de gente que no tiene esas posibilidades, informar. Con mi vieja tengo que conversar un montón. Explicarle cómo eran las cosas: “¿vos tenés una pensión? ¿Cobrás esa pensión? ¿Y por qué vivís bien?”. Y ella me dice “Porque tu padre murió”. Claro, pero yo pienso, si mi papá hubiese muerto en 2001, ¿qué pasaba? Entonces le digo: “Vos tenés plata ahora, viajás y todo porque papá murió sí, pero también por esto, esto, esto”. Este es un país donde un millón de personas pueden ir al teatro, y eso es por algo. Le digo a mi mamá: “¿Vos sabés por qué a Florencia le va bien en el trabajo? ¿Por qué yo vendo tantas entradas en el Teatro que me permiten vivir en España?”. Entonces, hay que explicarles, porque se olvidan. Y se olvidan porque están 12 horas escuchando TN, en la tele, en el taxi, en todos lados. Hay que explicarles un poco. Fui al programa de Andy (Ndr: Kusnetzoff) y le dije ‘tenemos que apadrinar un enojado’. Explicarle, charlar con él, no convencerlo, ni enojarnos, sino tratar que entienda, preguntarle: ¿por qué estás tan enojado? ¿Por qué estás todo el día ‘Yeguaaa, hay que matarla´? ¿Por qué? A ver, explicame bien. Explicame vos, en base a tu vida, no me digas ‘porque Boudou está imputado’. ¿Te va mal, por qué? ¿Porque no podés sacar los dólares? ¿Y a dónde los querés llevar esos dólares? ¿Qué querés hacer? Y así, así. Hay que descascarar hasta que el otro llegue a decir: “Sí, soy egoísta, me molesta que al otro le vaya bien”. Algún día alguien va a tener que salir lo que realmente les molesta: “Sí, soy egoísta y me molesta un montón que mi mucama se haya comprado un auto”. Porque finalmente, es eso. No hay más. Hay gente que se interesa por los demás, y gente que no. Lo que se decide ahora es qué porcentaje de gente se interesa por los demás, y que gente no. Lo que no está haciendo, entonces, es apadrinarlos. Estamos peleando, gritándonos, te peleás con amigos de toda la vida. No hay conversación, eso pasa. Si te ponés a conversar, en serio, no como en ´Intratables´, eh. En serio. Café de por medio. Si te ponés a conversar con un enojado, en serio, yo creo que en algún momento llega la pregunta correcta, ¿qué te pasó?. ¿Qué le pasó a Nelsón Castro para que esté tan enojado? ¿A María Laura Santillán, que le pasó? Si era re linda cuando era chica, simpaticona, ¿por qué está tan amargada? A Santos Biasatti, no. Siempre tuvo esa cara, era un enojado desde 1974, buenísimo que siga así. Pero a los demás hay que preguntarles. ¿Qué les pasa? No quejarse, ni burlarse en las ediciones de TVR, no es la burla lo que nos va a llevar a un lugar de comunicación. A los candidatos hay que preguntarles otras cosas. Hay que hacer un periodismo real, ni combativo, ni obsecuente. Real. Como si fueran personas contra personas. Pero parece difícil. Hay una estructura que no te permite hablar de esa manera. Pero me parece que hay pibes que pueden hacerlo mejor
[su_pullquote align=”right”]Dejemos de pensar que ´Clarín´ es periodismo. El periodismo es otra cosa que no se está ejerciendo más que en Internet y entre gente independiente.[/su_pullquote]
Pero no sólo de política argentina charlamos, también le pedimos a Hernán, que vive en España, que nos cuente algo de estos movimientos que han nacido en Internet, se han expandido por la web y han llegado a disputarle el poder a los partidos tradicionales. Así como en octubre Argentina elige presidente, un mes después será España la que vaya a las urnas. Entonces, a Casciari le preguntamos, bajo una intensa lluvia, ¿qué es Podemos?
Contanos un poco qué es ‘Podemos´ ¿Qué es lo que pasa en España con este movimiento que aparece de las cenizas de la crisis española? Acá dicen ‘Es kirchnerismo español, se simplifica, ¿es tan así?
HC: Empezó todo en Italia. No fue en España. Empezó en Italia con un chabón que se llama Beppe Grillo, un comediante, como si yo te dijera un Enrique Pinti un poco más joven, de 45, que hacía monólogos políticos en teatro, gracioso. En uno de esos monólogos, en 2007, medio en joda, medio en serio, dice ‘tenemos que hacer un partido político’. Empezó a decirlo en chiste, tenía una página de Internet, bepe.it, y medio en chiste, medio en joda, una comunidad en Internet, donde la gente normal, maestro, ingeniero, científico, contaban por qué les gustaría ser diputado en un video de YouTube de 30 segundos. Y se convirtieron en la tercera fuerza en Italia en un año y medio. El único que no podía postularse era Bepe Grillo, porque había estado preso. Y ahí en Italia, si estuviste preso no podés postularte. Pero a él cada vez lo iba a ver más gente y lo votaba más gente. Esa fue la chispa europea. La primera vez que el bipartidismo se sentía amenazado por algo que había nacido en Internet. Los chicos de Podemos son todos amigos, si gana Podemos el Ministro de Economía es amigo mío, escribieron en Orsai en su momento. Tienen, como toda la gente de su generación, 30 o 40 años, una enorme capacidad de convocatoria en Internet. Arman un partido político vía crowfunding. Y se convirtieron en la tercera fuerza política en 9 meses. Lo que no pueden entender los partidos políticos tradicionales, con sus aparatos y punteros barriales, cómo un partido les puede empezar a plantar cara en 9 meses sin pedirle plata a empresas. Ellos no saben hacerlo de otra manera. Y están viendo que en el futuro será así. Estamos asistiendo a una transición que a mí me parece excitante. Aunque todavía no termine de ser. Lo que yo veo en España, no sé si ganarán en Noviembre, pero ya tienen la alcaidía de Madrid y la del Barcelona. Están pactando con la gente que tiene que pactar, y nada más. No son caretas. El chico que va a ser el presidente de España, ojalá, tiene pelo largo, usa colita ¡En España! Eso era impensable. Tiene un arito, habla sin leer, los políticos no le quieren dar debate porque no le ganan una discusión, ni sobre golosinas. Es un tipo irónico, gracioso. Si sos de derecha y te tiene en el suelo te patea la cabeza con argumentos. Es un politólogo de 37 años, de la Universidad de Madrid (NdR: Pablo Iglesias Turrión), se fuma su cohete en la casa, y puede ser presidente de España. El miedo que tiene el 52% de país que así sea es tremendo. Así estamos.
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