A pesar de haber visto interrumpida su agenda a raíz de la pandemia por coronavirus y haber tenido que cancelar una gira prevista para este año, Taylor Swift no dio el año por perdido. El 24 de julio lanzó un disco llamado folklore que es el octavo de su carrera y fue enteramente compuesto en cuarentena. Este álbum, que algunos catalogaron como indie, folk, con sonidos ligeramente country pero definitivamente alejado del pop, le valió múltiples críticas positivas y hubo hasta quienes afirmaron que es el mejor álbum de su discografía. A un mes de su lanzamiento nos proponemos responder, ¿cuáles son las razones de tal éxito?
El anuncio
Uno de los motivos puede encontrarse en el factor sorpresa ya que el disco salió prácticamente sin anticipación: una mañana, Taylor Swift anunció que iba a sacar nuevo material y esa misma medianoche, las 16 canciones ya estaban disponibles en todas las plataformas de streaming. Esta movida es inusual en la cantante que estaba acostumbrada a dejar “pistas” como forma de anticiparse a sus nuevos lanzamientos antes de publicarlos. Con folklore pasó todo lo contrario: los nombres de los temas, la sesión de fotos, quiénes colaboraron fue información que fue provista toda junta sin dejar lugar a especulaciones.
Esta nueva actitud, contraria a sus costumbres anteriores, refleja de alguna manera la necesidad casi imperiosa de sacar del hermetismo y publicar este nuevo material que, evidentemente, la enorgullece. En otras palabras, el mensaje que Taylor Swift envió al lanzar folklore fue: “siento que es por acá, tengo que publicar este disco antes de guardarlo y arrepentirme. Me gusta tanto que no puedo esperar a hacerlo público”. Sin dudas fue una apuesta arriesgada porque este disco es notoriamente diferente.
Los sonidos
Taylor Swift dio sus primeros pasos en la música tocando country. Lentamente y con el correr de los años se acercó al pop y hasta coqueteó en algunas canciones con Hip-Hop y R&B. Con folklore, el asunto fue distinto y el álbum fue catalogado como rock alternativo, indie folk, pop chamber, electro-folk.
Los productores del disco son tres: ella misma; Jack Antonoff que a esta altura es habitué en los discos de Taylor Swift pero también de cantantes como Lorde o Lana del Rey; y Aaron Dessner, vocalista de The National.
Melodías más tranquilas, sonidos tenues, instrumentos de viento y cuerdas recrean la atmósfera hogareña, melancólica y solitaria en la que fueron creadas estas canciones. A su vez, folklore es un álbum homogéneo en donde no hay temas que desencajan, sino que todos combinan entre sí. Es un rompecabezas con 16 canciones (más una en la versión deluxe) que encajan uniformemente y forman, al mismo tiempo, la obra completa.
Las letras
Además de sonidos distintivos, el punto más alto de folklore son sus letras. A lo largo de toda su vida, Taylor Swift escribió sobre sus propias experiencias amorosas, acontecimientos importantes de su vida como adolescente y adulta, su familia, amigos, fans, entre otras temáticas. Sin embargo, en este nuevo álbum las composiciones dieron un giro rotundo y ya no se trató exclusivamente de transformar vivencias personales en canciones, sino lisa y llanamente crear ficción. Folklore tiene personajes y escenarios propios, otros tiempos, otros lugares. Es pura narrativa.
Por ejemplo, un recurso muy utilizado en folklore es describir antes que explicar. “Verde era el color del pasto donde solía sentarme a leer en el parque”, dice en la canción Invisible String. Es decir, primero busca dar un impacto sensorial, transportar al oyente y luego, brindar detalles e información. La sensación precede al hecho concreto. Con folklore es muy fácil poder imaginarse los cuadros que Taylor Swift va pintando a lo largo de las letras porque describe minuciosamente colores, materiales, aromas, emociones de manera tal que quien escucha se ve sumergido rápidamente en una atmósfera muy particular.
Asimismo, en esta búsqueda de crear universos, Taylor Swift compuso lo que denominó “El triángulo amoroso adolescente”. En folklore es posible ubicar por lo menos tres canciones, narradas desde el punto de vista de tres personajes distintos, que relatan un mismo hecho que los atravesó a todos de maneras distintas. Esta capacidad de personificar a otros y correrse a sí misma del eje es constitutiva de folklore y se encuentra a lo largo de todo el disco.
Nuevo público
Al escribir sobre su propia vida, un hábito muy de nicho y típico entre sus fanáticos es tratar de linkear las canciones de Taylor Swift a los hechos reales. Es decir, identificar -casi de manera detectivesca- en qué hecho de la realidad se inspiró para escribirla. “Esta canción es sobre su novio”, “esta otra habla sobre su mamá”, “este tema habla sobre la vez que la dejaron por teléfono…” y la lista de explicaciones es tan larga como canciones tiene Taylor Swift. Sin embargo, folklore patea el tablero y saca a sus seguidores de esa lógica: ya no sirve el ejercicio “escuchar una canción-reflexionar acerca de su vida-identificar el suceso- explicar la canción” de manera tan lineal, porque ahora la explicación a la gran mayoría de canciones de folklore es Taylor Swift creando ficción y narrando historias.
Esta nueva lógica indefectiblemente le abrió las puertas a mucho público outsider que a lo mejor no necesita saber qué pasó en la vida de Taylor Swift ni tener un conocimiento previo sobre ella, sino que simplemente se permite disfrutar de buena música.
Esto no significa que las canciones con sustento “real” sean menos o inferiores. Por ejemplo, uno de los temas más valorados de Taylor Swift se llama All too well y relata de principio a fin una relación amorosa real que terminó trágicamente y que fue muy significativa para la cantante. Si All too well es tan aclamada y querida es porque el dolor, el sufrimiento y la tristeza que narra fueron reales, porque existieron, porque nadie los inventó y ahí radica su valor más grande. En definitiva, porque en su momento, fue capaz de transformar todos esos sentimientos negativos en una de sus mejores canciones.
Artista completa
Folklore dejó en evidencia, si es que aún quedaban dudas, que Taylor Swift es una artista completa: no solo compone sus propias canciones, sino que también las toca en piano o guitarra, participa en el proceso de producción y, además, últimamente dirige sus propios videos. Además, para la sesión de fotos de folklore ella misma realizó su peinado y maquillaje, como medida de prevención contra el COVID.19.
Si, es cierto, Taylor Swift es cantante, pero también es mucho más: es su propia compositora, pianista y guitarrista. Su propia maquilladora y estilista. Es artista country, pop y a su vez, indie. Puede escribir sobre experiencias personales pero también, sentarse a crear universos nuevos y personajes ficticios. Puede generar expectativa sobre un disco nuevo a lo largo del tiempo o puede de un día para otro, lanzar un álbum nuevo que se llame folklore y que hoy cumpla un mes.
Comentarios