En la madrugada del domingo 31 de mayo, un grupo de efectivos irrumpió, sin orden judicial, en el domicilio de una familia de la comunidad QOM, en el pueblo Bandera Argentina de Fontana, una localidad cercana a Resistencia, capital de Chaco.
Los efectivos forzaron la puerta de la vivienda y, una vez adentro, se dedicaron a golpear e insultar a todos los residentes del domicilio. Luego, procedieron a llevarse detenidos a dos hombres y dos mujeres a la Comisaría 3ra. de dicha localidad, en la cual siguieron maltratando a las jóvenes víctimas.
Distintos organismos y referentes de derechos humanos, rápidamente tomaron cartas en el asunto. Las organizaciones sociales emitieron un comunicado solicitando el inmediato esclarecimiento de lo sucedido. Por su parte, la ministra de Seguridad y Justicia, Gloria Zalazar, luego de brindar una conferencia al respecto, apartó a los oficiales que participaron del operativo.
Aún no hay un comunicado oficial del gobernador Jorge Capitanich ni una acción política concreta. Sin embargo, el brutal episodio nuclea la atención de los medios. El caso salió a la luz a raíz de unos videos y fotos que circularon en redes sociales, donde se aprecia con claridad el lamentable accionar de los oficiales. Por estas horas, una versión reciente indicaría que una menor fue abusada sexualmente por uno de los policías involucrados.
Hoy por hoy, todas las miradas se posan en Chaco, así como hace una semana atrás se posaron en Tucumán por el asesinato del peón rural Luis Espinoza. Las víctimas efectuaron la denuncia correspondiente ante la Secretaría de Derechos Humanos y Géneros de Chaco. Por el momento, aguardan a que este triste hecho se resuelva lo antes posible. Mientras tanto, el grupo de policías responsable afirma que actuaron luego de sufrir un supuesto ataque a la dependencia policial, por parte de aproximadamente cuarenta personas de la comunidad QOM.
Por el momento, son todas especulaciones y entredichos, entre un lado y el otro. Lo único cierto es que, nuevamente la violencia institucional se hizo presente. Otra vez es noticia el exceso de autoridad. Nuevamente los pueblos originarios son el blanco. Nuevamente quienes debían cuidar a la población, la agredieron. E inevitablemente surge la repetida pregunta, ¿hasta cuándo?
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