Con un público familiar entre nenes y nenas de menos de diez años jugando, a las 21:30 hs el telón negro de Beatflow se tiñó con las luces rojas del escenario para darle lugar a La Máquina Abrecaminos. Los primeros acordes de “Descorazonados” rompieron el hielo, seguido de “Paraíso escondido” que hizo temblar las paredes con el bajo.
Para el tercer tema, Coyo Santillán (voz y guitarra) hizo sonar “Rueda en libertad” con una guitarra electroacústica. Luego de tocar dos temas nuevos vino “una que conocen todos los que nos vienen a ver”, según el cantante, y sonó “Fastidio”. La última fue “Ya no seré una estrella de rock”, un canto alegre a los sueños veinteañeros de la banda.
Guns N’ Roses y Pink Floyd musicalizaron la espera para Viejos Komodines. A partir de las 22:30 la banda de Floresta recorrió su discografía a lo largo de 16 temas, desde Tempestad (2008) hasta Un puto cuento de hadas (2015). Este último fue producido con el respaldo del sello S-Music.
El recital empezó con temas de su último CD: “De las cavernas huecas” y “Solicitud de amistad” –grabada en estudio con Walter Piancioli, cantante de Los Tipitos-. Luego recordaron Pánico en el baño de mujeres (2012) con “Días de skate”, seguido de “Se vienen los monos”. Aquí, arengados por Diego Walhers (teclado), Pablo Ansaldi (bajo) y Jonathan Arze (batería), el público le cantó el feliz cumpleaños a Javier López Arránz (voz y guitarra).
Luego del breve descanso, “Placard”, “Desaparecer” y “Juguemos en el Bosque” continuaron la acalorada fiesta a medida que el show pisaba la mitad de la lista. “Cambia”, una balada sobre el paso del tiempo, fue la octava canción. Algunas voces desde el público se oían gritando “¡me hace llorar, Javi!”, a la vez que una pareja se sacaba una foto besándose con el escenario de fondo. Con “Carne” y “Cuentos de terror” sonó un rocanrol sólido que le dio lugar a “Faquiu”, un corte de su próximo disco aún en proceso.
“Samba de los perdidos” antecedió a “Un millón de agujeros”, un tema ausente en sus CDs y grabado en Romaphonic de la mano de Lula Bertoldi, cantante del trío Eruca Sativa. “Un puto cuento de hadas”, homónimo de su último disco, fue el principio del fin. “Tempestad” amagó a terminar el show, los instrumentos estaban callados y el público pedía una más cuando Viejos Komodines advirtió que quedaba otro tema. Así fue que “Luna”, del disco Tempestad (2008), dio por finalizada la función. La voz de la banda pidió a los presentes que se cuiden de regreso a casa y cada familia emprendió la vuelta bajo la lluvia.
Por Trinidad Mosqueira.
Fotos de Bianca Agostina Vicari
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