La familia esenciera dio el presente. Roxy, colmado y vibrando con anticipación a la apertura del telón, fue testigo de otra celebración del rocanrol. Esencia Vudú se mostró clara, no necesitó ahondar en palabras y dejó que la estética y su música hablen por ellos.
Con puntualidad fue transcurriendo la noche. Algunos minutos previos al plato principal llegó el vermut: un mini show acústico de tres temas a cargo de Juan Rosasco. Engañaron el crudo frío para que el calor se empezara a notar en todo el rectángulo. Una llama de fondo era la figuración perfecta, Esencia salía al ruedo y su logo graficaba todo.
“Más allá” generó un arranque con mucha fuerza y sin dudar engancharon “Stress”, mientras proyectaban el video oficial y Preii (Guitarra) dejaba su marca con un solo electrizante. “Bienvenidos a la presentación oficial de Reflejos”, lanzó Paul (Voz y Guitarra) para recibir a su gente y que “Tiempo atrás” entre en el tercer lugar del set list.
Luces celestes y rosas se balancearon para enmarcar “Antes del principio”. Aparecía uno de los momentos más particulares al comprimir tres tracks de su anterior trabajo en uno solo: “Cenizas”, “El impulso para volar” y “¿Acaso hay una respuesta?” fueron los elegidos para que Rafa (Batería) pueda jugar un rato con su voz y desbordar de rocanrol el local de Niceto Vega.
“Así es la suerte” fue viajar a los 70’. Un poco del legado de Zeppelin con el estilo esenciero había llegado a Palermo – un juego psicodélico en las imágenes complementaban el concepto del tema -.
Mientras la visual mostraba arboles deshojados, sonaba “Invierno” – una rítmica que repartía sensualidad -. El plus lo dieron con “Ilusiones”, un cuarteto de cuerdas le dieron color y variantes a una noche que tenía gamas que partían desde el rocanrol.
“Esta canción es la prima hermana de la que acabamos de hacer”, disparó Paul antes de hacer “Madurez”. Una ambientación con lluvia daba lugar a “En cierta forma” y “Lo que estás pensando” entraba para superar la decena de canciones.
“Polos opuestos” fue bajo el ritmo de los teclados e “Insomnio” amagaba a hacer el final con unos redoblantes bien marcados y un riff poderoso. Se bajaron, pero quedaba más por recorrer. El turno de los bises.
La vuelta fue con “Sin pudiera hablar con Dios” y entre agradecimientos hicieron “No sirve odiar”. La frutilla del postre estuvo con uno bien stoner, “Enciende la mecha” fue el cierre de una noche que cortó con el invierno, burló el stress y generó satisfacción en cientos de almas.
Lista de temas:
Fotos gentileza de Daniela Milana
Comentarios