Como Román en “el patio de su casa” o como perro con dos colas, así estuvo Steven Adler el fin de semana en Argentina. La sonrisa de oreja a oreja en el rostro del rubio baterista no hacía más que exacerbar su alegría por tocar como invitado de Guns N’ Roses, sus ex compañeros, en ambos shows en el Monumental y más tarde junto a la banda tributo Son Of a Gun e invitados de la talla de Patricio Sardelli de Airbag o Coti Sorokin en The Roxy.
En la madrugada del domingo en Palermo, y marcado de cerca por Carolina, su mujer, que es Argentina, Adler se sacó las ganas y con un set cien por ciento gunner que incluyó “Welcome To The Jungle”, “It’s So Easy”, “Mr. Brownstone” y “Sweet Child O’ Mine”. ¿Las sorpresas? poder verlo a él tocar “Back Off Bitch”, un viejo tema de sus inicios que los Guns incluirían años más tarde en el “Use Your Illusion I”, o “You Could Be Mine” y “Civil War”, la única canción del “Use Your Illusion II” que grabó antes de ser despedido por sus adicciones.
Lo acompañaron el plantel de Son Of a Gun, la banda tributo a Gn’R, y algunos invitados como Germán Tripa Tripel y Daniel Chino de Coverheads, el mencionado Pato Sardelli, a quien conoció luego del set de Airbag ambas noches en River, para “Welcome…”, Coti Sorokin, que zapó a su pedido unos minutos antes de “Knockin’ On Heaven’s Door” y Julián, un fanático que lo sorprendió en el hotel con su habilidad para tocar la guitarra, “Rocket Queen” y “Paradise City”, entre otros.
El #NotInThisLifetimeTour traía por primera vez en 23 años a nuestro país al trío Slash, Duff McKagan y Axl Rose, que decidió reunirse para iniciar una gira que no cuenta con Izzy Stradlin ni tampoco con Steven Adler, que ya había sido invitado en dos shows de la gira norteamericana. Al igual que en Cincinnati y Los Ángeles, Pochoclo fue el encargado de castigar los parches en “Out Ta Get Me” y “My Michelle”, aunque esta vez hizo uno cada día (primero con una camisa de Queen y otro con la de la Selección Argentina) y fue uno de los más aplaudidos por su entrega y alegría pese a que para todo el resto del grupo su presencia pareció un mero trámite. No así para el público, que tuvo juntos por primera vez en estas pampas a cuatro de cinco originales que grabaron el “Appetite For Destruction”, el disco debut lanzado en 1987.
Cerca de las cinco de la mañana, cuando terminó el set, Steven arrojó varias baquetas al público, que lo aplaudía de pie mientras le cantaba el clásico “ole, ole, ole Adler, Adler”. Estaba claro que si era por él se quedaba, pero lo acompañaron varios patovas hasta la puerta ante el asfixia de los fanáticos que se enteraron de este “show secreto” y cuya mayoría había estado junto a el en El Monumental horas antes. Cuando lograron hacer que llegue al auto, este estaba en triple fila y demoró la salida del músico, que seguía saludando desde adentro. Antes de despedirse anunció que volverá muy pronto, ¿lo hará con Adler’s Appetite, su banda?
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