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Mimi Maura: Especial para enamorados en Niceto

La noche no era fácil. En toda Capital Federal la lluvia, el viento y el frío achucharraban a cualquiera. Sin embargo, en Palermo, pleno corazón de la Ciudad,  hubo una burbuja térmica. Mimi Maura emanó calor, alegría y buena música en su despedida de la gira en Niceto. Entusiasmo y fiesta al estilo Mimi. Pantalón negro, vestido blanco con arabescos  y pelo recogido. Fresca y sensual,  mantuvo bailando a todo Niceto durante más de 1 hora y media. Con una tónica similar a todos sus últimos encuentros frente a la gente, ella cantó y danzó al ritmo de su banda y des público. Ese mismo que le exigió una fecha más después de las presentaciones de Julio y Agosto en los cuales, también, ella había agotado todas las entradas. Siempre secundada por un festivo y compañero Sergio Rotman, el skareggaejazz -Si, así, todo junto- pasó por la noche de Niceto.  Hubo tiempo de amor especial a tono con el clima que se vivía fuera del boliche. Al momento de Canción a una nereida, las parejitas del lugar se abrazaron palpitando lo que después –por qué no- podría ser  una velada íntima.  Alejados del escenario, dos rastas cruzaban sus brazos mientras se hablaban al oído.  Frío. Lluvia. Mimi Maura.  Romanticismo. Invierno.  No hay que ser mago para decir que iban a... tener un momento especial. Sin embargo, la montaña rusa emocional no sólo quedó en el amor y en sus temas pasados. Sino que también hubo un anticipo de lo que será su próximo disco que, dicho sea de paso,  ya está en franca producción.  Los hits no se perdieron y el show tuvo la presencia de ese himno “Yo no lloro más” que se convirtió en el punto más alto de un recital que tuvo de todo. Como siempre, Mimi Maura no decepcionó y brindó una fiesta excepcional como nos tiene acostumbrados. Además, en este caso en particular, musicalizó una noche especial  y dejó que sea propicia para enamorados. Fiesta, sensualidad y romanticismo en su voz  para acompañar la llovizna y el frío. ¿Algo más se puede pedir? Fotos: Antonella Malachite - Fotografía De Recitales. [gallery ids="85188,85189,85190,85191,85192,85193,85194,85195,85196,85197,85198,85199"]

La noche no era fácil. En toda Capital Federal la lluvia, el viento y el frío achucharraban a cualquiera. Sin embargo, en Palermo, pleno corazón de la Ciudad,  hubo una burbuja térmica. Mimi Maura emanó calor, alegría y buena música en su despedida de la gira en Niceto. Entusiasmo y fiesta al estilo Mimi.

Pantalón negro, vestido blanco con arabescos  y pelo recogido. Fresca y sensual,  mantuvo bailando a todo Niceto durante más de 1 hora y media. Con una tónica similar a todos sus últimos encuentros frente a la gente, ella cantó y danzó al ritmo de su banda y des público. Ese mismo que le exigió una fecha más después de las presentaciones de Julio y Agosto en los cuales, también, ella había agotado todas las entradas.

Siempre secundada por un festivo y compañero Sergio Rotman, el skareggaejazz -Si, así, todo junto- pasó por la noche de Niceto.  Hubo tiempo de amor especial a tono con el clima que se vivía fuera del boliche. Al momento de Canción a una nereida, las parejitas del lugar se abrazaron palpitando lo que después –por qué no- podría ser  una velada íntima.  Alejados del escenario, dos rastas cruzaban sus brazos mientras se hablaban al oído.  Frío. Lluvia. Mimi Maura.  Romanticismo. Invierno.  No hay que ser mago para decir que iban a… tener un momento especial.

Sin embargo, la montaña rusa emocional no sólo quedó en el amor y en sus temas pasados. Sino que también hubo un anticipo de lo que será su próximo disco que, dicho sea de paso,  ya está en franca producción.  Los hits no se perdieron y el show tuvo la presencia de ese himno “Yo no lloro más” que se convirtió en el punto más alto de un recital que tuvo de todo.

Como siempre, Mimi Maura no decepcionó y brindó una fiesta excepcional como nos tiene acostumbrados. Además, en este caso en particular, musicalizó una noche especial  y dejó que sea propicia para enamorados. Fiesta, sensualidad y romanticismo en su voz  para acompañar la llovizna y el frío. ¿Algo más se puede pedir?

Fotos: Antonella Malachite – Fotografía De Recitales.