Faltan unos minutos para las diez de la noche, las luces se empiezan a apagar y el telón del Teatro Colonial permanece bajo, una interferencia rompe los aplausos y corta el silencio, un dial buscando sintonizar se detiene en El Polaco Goyeneche cantando “Yira Yira”. El telón se levanta y Fito abre la noche de Avellaneda, lógicamente, con “Giros”.
Como el mismo anuncia “Hoy es así, Giros y después Dios dirá” la lista continúa con el segundo track del disco “Taquicardia”, un tema que invita a cualquiera a levantarse de su asiento, la invitación en éste caso sería aceptada promediando el show. Tercer tema de la noche, tercer tema del disco: “Alguna vez voy a ser libre”.
Quien ha visto más de un show del rosarino sabe que el siguiente es un tema infaltable (uno de los hits surgidos del disco en cuestión), el “tema talismán”, hablamos de “11 y 6” y no pudo faltar la participación del público con el aplauso cada vez más coordinado al final.
“Este álbum no sería nada, pero absolutamente nada sin Fabi Cantilo” una cálida bienvenida y juntos hacen otro clásico, “Yo vengo a ofrecer mi corazón”; para gusto de todos no sería el único tema con la presencia de Fabi sobre el escenario. Sin sorpresas la lista de temas siguió el orden del disco. “Narciso y Quasimodo”, solo al piano para “Cable a Tierra”, “Decisiones apresuradas” acompañado del abucheo general a Galtieri. Y finalmente “D.L.G.” para que el resto de la lista sea indescifrable.
El público de Páez es sorprendente, es común encontrar en cualquiera de sus shows desde niños hasta adultos que aparentan superar la edad de Fito. O bien, desde un flaco con la remera de ‘Pescado’ hasta chicas (y chicos también, ojo) que podrían ingresar sin problemas al boliche más ‘top’ de la ciudad. Acorde a esto y, tal vez, a los tiempos que corren (ésta interpretación es una subjetividad de quien escribe) la invitación a abandonar el asiento fue plenamente aceptada con “Yo te amo”, tema que vino a cortar con el clima de “Giros”.
Los parados no se sientan y los sentados se paran al primer acorde de “Naturaleza sangre”. Seguida de “La mejor solución” y el recuerdo a Spinetta con “Folis Verghet”, tema apertura de “La, la, la” (1986) disco que hicieron en colaboración. Fito aprovecha para homenajear a otro de sus próceres y mete un fragmento de “Fanky” para que todos terminen coreando un “Charly, Charly”.
Es muy difícil hablar de una lista de Páez sin repetir las palabras “Clásico” o “Hit”; “La Rueda mágica” y “Tumbas de la gloria” entran ahí. Y si no es un clásico o un hit es muy probable que sea un “Temazo” y acá entran “Lejos en Berlín” y “A las piedras de Belén”.
Ya no es la primera función, pero sean bienvenidos igual al “Circo Beat”. Seguida de la canción inspirada en “La chica más guapa de la ciudad”, cuento de Charles Bukowski; “Polaroid de locura ordinaria”.
Buenas noches –inserte aquí muchas ciudades del mundo y finalice con la ciudad en donde se está dando el recital- y tendrá el pie para “Ciudad de pobres corazones”. Fito y su banda abandonan el escenario, el público entiende que eso es una especie de intermedio y sin dejar sus lugares comienzan a aplaudir y corear.
“Prendan todos sus celulares, van a ver qué lindo que es”, con el teatro plenamente iluminado por teléfonos suena “Brillante sobre el mic”. Agitando trapos pasa “A rodar mi vida” y “Mariposa Technicolor” baja el telón.
Algunos se empiezan a retirar y otros corean “Y dale alegría a mi corazón”; luego de algunas vueltas indecisas entre “las sombras que aquí estuvieron no estarán” y “como se transforma el aire del lugar” el telón vuelve a subir para que el tema suene en voz de Fito y para que, al finalizar, él mismo arengue y dirija a la gente que continua cantándolo y aplaudiendo hasta que la banda se va.
Fotos de Chivi Marcote Fotografía
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