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Apocalyptica en el Coliseo: música para el fin del mundo

4 Cellos y una lista indestructible de clásicos de Metallica lograron detonar un Teatro enfervorizado por el metal.

Uno piensa en Cellos e instantáneamente se imagina al Chelo Delgado y su famosos 3 dedos, pero, si de instrumentos se trata, lo primero que uno visualiza es música clásica y conservatorio; siendo que el arte es inquieto, cambia y se atreve a desafiar hasta sus propias reglas.

Dentro de esa suerte de revolución que se da jugando, un grupo de estudiantes de conservatorio finlandeses comienzan a hacer covers de sus bandas favoritas usando solamente sus cellos, como diversión o para amenizar reuniones. La cosa fue creciendo y empezaron a tocar en lugares más grandes hasta que en un concierto los escuchó un productor y les propuso grabar un álbum, aceptaron y eligieron que todo el repertorio fuese de Metallica.

Así nació “Plays Metallica by four chelos”, el primer álbum de estudio de Apocalyptica, la banda finlandesa que ayer se presentó en el Teatro Coliseo en el marco de su gira celebrando los 20 años de aquel disco. El gran sonido del teatro, con modernas intalaciones y aire acondicionado, hicieron que la velada luciera como una noche de ópera pero con público vestido de negro con largas y batidas melenas en lugar de la alcurnia y pomposidad que suele dar el smoking y los vestidos de gala.

El primer bloque del show fue con los 4 integrantes con los cellos sentados en sus banquetas interpretando los 8 temas que contenía la placa, en el orden que fueron puestos y con los arreglos originales. El encanto escénico de Eicca Toppinen hizo comprensible los cambios de formación y cómo la banda planeaba ejecutar el show, pero fue la pericia musical de Pertu Kivilaakso la que rompió el molde con sus intempestivas performances. Impecablemente vestido, contrarrestó con la seriedad de Paavo Lötjönen , quién supo arengar pero siempre manteniendo su lugar.

La formación de la banda contó con un ex integrante que otrora participó de la grabación del disco, el enigmatico y ajustado a las formas clasicas Antero Manninen, quién mostró una sonrisa y ya durante todo el show, sin dudas un personaje singular.

La segunda parte del show se alejó de la lista del disco y planteó un juego musical más amplio con la incorporación del baterista Mikko Sirén, quién aportó toda su potencia. Además, se pudo ver el cambio de look de los cellistas, que tocaron 3 de ellos casi de pie todo el show, con juego de humo y luces. Pertu soltó su peló y se lo vió con una remera de Darth Vader sin mangas, demostrando que había comenzado el metal y que el homenaje había quedado atrás.

Temas como “Fade To Black”, “Orion” y “Until It Sleeps” ganan en profundidad emotiva ejecutados en plan clásico con los cellos y la batería destruyendo todo atrás. Lo triste es más triste aún y lo eufórico alcanza niveles de éxtasis. El nivel de complejidad desaparece ante la belleza del resultado.

Apocalyptica es una banda que tiene material propio y discos de estudio aclamadisímos por la critíca del metal, pero su repertorio exclusivo de Metallica es conmovedor por su belleza, pero también por realzar la importancia compositiva de la banda homenajeada, el sinfín de mundos que compusieron los 4 jinetes de negro gana en todo aspecto.

La violencia poética de las versiones de “Seek & Destroy”, “Fight Fire With Fire” y “Battery” justificaron la invitación de Pertu a levantarse de las butacas para acercarse al escenario durante el segundo tramo del show. La gente filmaba de cerca a los músicos quienes tocaban sus cellos empuñándolos como si de guitarras y bajos se tratasen, moviendo Eicca y Pertu sus melenas como si fuesen cadenas: el espíritu del cello metal se hacía presente.

El tramo final encontró a Mikko en la batería con la camiseta de la selección Argentina, demostrando que aunque seas un músico de conservatorio, tribunear es parte de girar por el mundo.

El final épico con “Nothing Else Matters” y “One” regaló, tal vez, los mejores de las mejores versiones de esos clásicos de Metallica que hayan sido registradas, e hizo temblar un Coliseo emocionado por esas ejecuciones demoledoras y un tándem batería – cellos que arrasó con todo.

Sin dudas, Apocalyptica es una experiencia de carácter único, músicos de formación académica alta que aman el heavy metal y deciden homenajearlo tocando canciones con el instrumento que aman. No es algo que se vea con buenos resultados muy seguido. Esta gira sirve para revitalizar no solo un repertorio amplio y prolífico como es el de Metallica, sino para valorar aquellas apuestas que nos acercan a otra música utilizando, tal vez, estructuras de otros géneros.

Fotos cortesía: Federico Echeverría