Hace mucho tiempo que Estudiantes de La Plata no llega a un clásico platense golpeado por una derrota previa y en un proceso de adaptación a una idea futbolística. Así se encuantra este equipo que visitará a Gimnasia y Juan Sebastián Verón lo entiende, de manera tal que le pone paños fríos a la situación: “Hay que pensar en todos los partidos que se vienen”.
Fiel a su costumbre, La Bruja disminuyó la importancia del partido que se viene, obviando algunos condimentos que hacen de el un clásico que quedará en la historia. El primero en el Estadio renovado, la posibilidad de que el Lobo quede en complicadísimo en la tabla de promedios y la presencia de Guillermo con la camiseta tripera, (promesa de que todo puede pasar).
Como si esto fuera poco, una derrota de Estudiantes podría llegar a marcar un quiebre en la actualidad del club, esto sería un golpe muy duro para los de Berizzo que vienen con algunas dudas en su funcionamiento y con altibajos en los resultados obtenidos.
Por eso La Bruja baja un cambio y utiliza toda su experiencia para sacarle presión al plantel y disminuir la importancia del match:
“Todos los partidos son importantes y se viene una seguidilla de muchos encuentros. Más que en el clásico hay que pensar en todos los partidos que tenemos por delante. Hay que reponer fuerzas, trabajar y seguir mejorando. La idea es buscar la mejor condición, que es lo que queremos todos”.
Para Verón los problemas de sistema que tiene Estudiantes se debe a un período de transición que atraviesa el equipo y el partido ante Banfield fue una muestra de ello:
“Tenemos un desgaste importante. Tuvimos jugadores que no sienten tanto el retroceso, pero lo habíamos hecho bien hasta el gol. No tuvimos grandes inconvenientes más allá de tener que correr un poco más. Es lo que propone el técnico y no tuvimos mucho tiempo para trabajarlo, sino que lo encontramos sobre la marcha. Ahora habrá que aceitarlo y buscar todo momento para trabajarlo aún más”.
Sobre el mal rendimiento del equipo ante Banfield y en partidos anteriores, La Bruja admitió el declive pero justificó el nivel con la seguidilla de partidos:
“Se notó que tenemos un desgaste importante y es normal que te canses. Así perdés control, la cabeza trabaja de otra manera y se hace más difícil. Fue una lástima porque, pese a los cambios, hicimos un partido regular, que no era para perder”.
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