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Historias mínimas panamericanas: El optimista del gol

Como hace 5 años, Federico Pizarro apareció en un momento decisivo de un encuentro trascendental. Fue para darle vida a una Argentina que parecía más muerta que viva.

Federico Pizarro es hincha de Boca. Y como tal gritó los goles de Martín Palermo, aquel delantero que aparecía en las situaciones más extrañas para anotar, ya sea de taco, de chilena, por primera vez después de una rotura de ligamentos, o con un cabezazo de casi mitad de cancha. Muy probablemente, el más gritado de sus goles sea uno que no anotó con la casaca xeneize, sino con la de la selección, cuando empujó bajo la lluvia una pelota hacia el arco rival para salvar a la Argentina de, como mínimo, un posible viaje al repechaje.

Podría decirse que el 3 argentino, surgido en SEDALO pero con presente en UNLu, al igual que el Titán, también aparece de forma inesperada. Pasó en Guadalajara hace cinco años, cuando puso al frente a la albiceleste antes del entretiempo, con un inolvidable rectificado o, como muchos bautizaron aquella noche del 24 de octubre, el tiro matrix. Y contra Chile sucedió lo mismo, en un episodio parecido en aquel diluvio (en el) Monumental.

Pero antes de aquel minuto 59’46” hubo un partido dividido en dos: primero, con el dominio argentino en la primera mitad tras muy buenos 10 minutos iniciales en la Roja, y el otro, tras 300 segundos de iniciado el complemento, cuando los trasandinos pasaron de 9 abajo (lo cual significaba la primera colocación de los dueños de casa), a empatarlo. “En el primer tiempo hicimos muchas cosas bien, y nos fuimos con una ventaja clara; en el segundo todo cambió, de hecho ellos jugaron mucho mejor, en ataque empezamos a fallar en la definición, y empezaron a descontar. Chile creció en estos últimos años y eso causa estos partidos parejos”.

RNB BIMG_7279Volvamos al momento. Argentina con 5 jugadores, por las exclusiones de Sebastián Simonet y del regresado Gonzalo Carou. Chile, con sus 7. A raíz de ello, Eduardo Gallardo pone al pivot Mariano Cánepa en reemplazo del arquero Matías Schulz, de muy buena labor en la noche. Pizarro encara, y ataja Felipe Barrientos, como en tantas ocasiones durante la segunda mitad. El rebote queda en Federico Fernández, que casi la pierde, se la da a Pizarro, gira, y cayéndose lanza, haciendo que la pelota pase entre las piernas del guardavalla rival, y se cuele en el arco.

Tras ese tanto, fue inevitable pensar en lo sucedido en México hace un lustro, así como en otras muy buenas actuaciones del extremo zurdo con la albiceleste. Sin embargo, después del partido, minimizó esta cuestión: “Creo que cualquiera de nosotros está preparado para estos momentos, pero me tocó otra vez hoy. Estoy agradecido de poder formar parte de este equipo”. Segundos antes, en declaraciones a ESPN, había reconocido: “Por lo que representa, es uno de los goles más importantes de mi vida”.

Pero ese no era el final. Faltaba más. Como se dijo antes, Schulz no estaba en el arco, y se intentó hacer el cambio lo más rápido posible. No se podía hacer lo hecho por Sebastián Simonet cuatro años atrás en Almirante Brown, cuando evitó el saque y se llevó la roja, porque ahora eso significaba también penal en contra (en aquel entonces se resolvía con un tiro libre). Pero Chile había ganado de mano, y lanzó directo al arco vacío. Sin embargo, Fernández, como Julio Olarticoechea 29 años, 11 meses y 3 semanas atrás, salvó de cabeza lo que habría sido la igualdad, y por ende, la pérdida de toda chance de clasificación para el Mundial de Francia.

Tras la chicharra final hubo desahogo. Pero no festejo. Porque si bien se evitó esa situación límite, se sabe que hay mucho por mejorar. Y encima llega Brasil. El único invicto del torneo, con números abrumadores (diferencia de gol de 136 a favor, promediando 43 goles a favor y 15 en contra por partido). Pero por sobre todas las cosas, el clásico rival: “Es un partido diferente, no importa cómo lleguen los dos equipos. Cada vez que nos encontramos es diferente, y no creo que este partido sea para uno o para otro con diferencia. Creo que va a ser parejo, y es una final, solo que nos va a tocar antes, además de que sabemos que para salir campeón panamericano de vuelta, hay que ganarles. Creo que tenemos que mejorar la consistencia, porque en el primer tiempo jugamos bien, y en el segundo ellos (Chile), empezaron a encontrar callejones en la defensa que en el primer tiempo no encontraban, y nosotros empezamos a fallar pelotas clave, y eso contra un equipo contra Brasil se termina pagando caro”, concluyó Pizarro.

El Optimista del Gol de los Gladiadores escribió un nuevo capítulo. Aunque el público quiere que el sábado continúe esa historia, buscando que el final sea el mismo que hace 5 años.

Santiago Luduena
Periodista deportivo, aunque también pueden decirle Licenciado. Escribió un libro, el árbol y el hijo aún los debe. Fanático de los deportes (y de Boca), pero también de los libros (más aún los de Casciari) y de Love of Lesbian. En una palabra: polifuncional.