Rolling Stones posiblemente sea uno de los nombres que reconocés instantáneamente, vivas en Argentina, Méjico, Japón, Egipto o Luxemburgo. Digamos, lo más probable es que si no sabés quiénes son, estés leyendo esto desde Venus o Neptuno –en ese caso, bienvenido. Somos casi pacíficos-. El caso es que estos ingleses que cumplen ya nada menos que medio siglo como banda marcaron la música a tal punto que la boca con la lengua afuera ya es sinónimo, no del grupo, sino del rock and roll mismo. Y para celebrar sus bodas de oro eligieron la mejor forma: una gira mundial que, creemos, debiera incluirnos –“justo y necesario” que le dicen-.
Puede que exista quien diga que cincuenta años no son nada, pero para los Rolling, su público y el mundo de la música, fueron mucho. En algunos números: veintinueve discos de estudio, diez en vivo e incontables singles. En su primera década lanzaron nada menos que diez de los casi treinta discos. Y ya con el el primero los oriundos de Kent dejaron en claro lo que venían a hacer: The Rolling Stones (en EEUU, England’s newest hitmakers) constaba de puros covers de R&B, menos Tell me (you’re coming back) y Now I’ve got a witness, compuestos por la dupla Jagger-Richards.
Presentados en un principio por su productor Oldham como los Rollin’ Stones –posiblemente para darle más “punch” comercial al nombre en los Estados Unidos-, iniciaron sus grabaciones en un estudio acustizado con cartones de huevos y en seguida cruzaron el charco para empezar con las giras, sin material previo que les allanara el terreno. Quizás por esto su presentación no fue genial, pero con el lanzamiento de 12×5 –editado sólo en EEUU- alcanzaron los primeros puestos del Billboard y la fiebre Stone empezó su escalada.
En 1965, con el lanzamiento de The Rolling Stones n° two, ya tenían a John Lennon hablando de su música: “El álbum es genial, pero no me gustan los temas de cinco minutos.” Para este momento los Stones seguían grabando álbums de –casi en su totalidad- covers de R&B. Mientras tanto, en EEUU el disco se lanzaba bajo el nombre de The Rolling Stones now!, con cuatro canciones originales más que su versión inglesa.
Fue recién en 1966 que Jagger, Richards, Jones, Watts, Wyman y Stewart definieron su identidad propia, con Aftermath, disco íntegramente compuesto por ellos. De la mano de Jones vino también la experimentación con nuevos instrumentos como el sitar, las marimbas y el dulcímero. ¿Referencias de Aftermath? Paint it black y Goin’ home, que hizo del disco el primero en alcanzar el podio del ránking Billboard conteniendo un tema de doce minutos –en contraposición a las canciones de los Beatles, en su mayoría de un promedio de tres minutos-.
El próximo año llegó con la presentación de los Rolling en The Ed Sullivan’s show –el mismo en el que sus paisanos de flequillo se presentaran tres años antes-. El disco, Between the buttons contenía entre otras canciones Ruby Tuesday y Let’s spend the night toghether, con la que obligaron a Jagger a cambiar la letra: en su lugar, el bocón cantaba con gesto burlón “let’s spend some time toghether”. Pero 1967 no fue un año precisamente espectacular, ya que además de pasar por algunos problemas de polleras, tanto Mick como Keith y Brian serían arrestados por tenencia y consumo de drogas. Y si bien Jagger y Richards no tuvieron penas considerables, los problemas de Jones eran solamente el comienzo.
En su próximo trabajo, Their satanic majestie’s request, los Stones seguirían experimentando para dejar de lado su sonido R&B-rock ‘n blusero para jugar con la psicodelia. Claros ejemplos son She’s a rainbow, Sing this all toghether, In another land y 2000 light years from home. El motivo, además de que su productor Oldham tiró la toalla cansado de la falta de concentración y las grabaciones-fiestas, fue la etapa que estaban atravesando. En palabras de Mick: “Hay mucha porquería en Satanic majestie’s. Teníamos demasiado tiempo, demasiadas drogas y ningún productor que nos dijera ‘Bueno, basta, muchas gracias, ¿nos podemos poner a trabajar ahora?’”.
1968 llegó con dos grandes trabajos: Beggar’s banquet, último disco en el que Brian Jones participó de forma completa, y The Rolling Stones rock and roll circus. Este último fue un recital en el que invitaron a músicos de la talla de The Who, Eric Clapton, John Lennon con Yoko Ono, Jethro Tull, Marianne Faithfull y Taj Mahal. Sin embargo el lanzamiento tuvo que esperar hasta 1996. El motiv oficial fue que los Stones no estaban conformes con su desempeño, pero dicen las malas lenguas que se sintieron demasiado opacados, nada menos que por los Who.
Finalmente 1969 no fue precisamente un broche de oro. Si bien Let it bleed alcanzó el puesto número uno del Billboard, desplazando temporalmente a Abbey Road, ese año estuvo marcado por a muerte de Brian Jones el 3 de Julio, que murió ahogado en su pileta a los 27 años. En su reemplazo vino Mick Taylor, con quien realizaron el Altamont free concert, en el que los motoqueros Hell’s Angels, que debían velar por la seguridad del show, mataron a golpes a un fan. Este fue uno de los hitos que marcó el fin de “la era de la inocencia” que atravesó el rock and roll en los 60s.
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