Rock

Sting homenajeó a David Bowie y regaló una noche inolvidable

Fue en un show tributo que está girando por Estados Unidos. El cantante se hizo presente en LA y le regaló a los fans un gran y sentido concierto en memoria del gran artista.

Sting homenajea a David Bowie
Sting homenajea a David Bowie

En la noche del martes, “Celebrating David Bowie”, el show que recuerda al fallecido artista, se presentó en Los Ángeles y la banda que tocó en vivo estuvo compuesta durante toda la velada por músicos que acompañaron a Bowie a lo largo de su carrera. Uno de los grandes momentos del evento fue la interpretación de “Blackstar“, que estuvo en manos de Sting, quién ayudó a convertir al eficiente tributo en algo más, en algo encantador.

El músico británico volvió varias veces a subirse al escenario a lo largo de las 3 horas 25 de show, interpretando “Lazarus”, tomándose un momento cuando sonó parte de la letra que reza “mira hacia arriba, estoy en el paraíso”, del último single que Bowie lanzó en su vida. La proximidad de la canción a lo ocurrido, requirió que el ex The Police, preparado para lo que vendría, pudiera dar de la forma que merecía aquel tan importante mensaje en la botella hacia el mas allá. También participó cantando “Starman”.

También se hicieron presentes Perry Farrell, Gavin Rossdal, Bernard Fowler y Joe Elliot de Def Leppard, como los cantantes principales en este mini tour internacional de 5 ciudades.

Pero para los amantes de Bowie, la atracción central fue sentirse a 1° de separación del maestro. Todo gracias a este masivo grupo de artistas rotativo que fueron parte de su historias y fueron liderados por Mike Garson, un pianista que comenzó con él en “Ziggy Stardust Tour” y que tocó y grabó con él hasta entrada la década del 2000.

Los guitarristas Adrian Belew Earl Slick y la bajista Gail Ann Dorsey también fueron de la partida. Dorsey, que tocaba el bajo y cantaba junto al Duque Blanco en sus últimos tours, hizo “Young Americans” acompañada de un gran coro para darle un gran marco a la versión. Pero sin dudas, su momento más álgido fue la interpretación “baladística” de “Aladdin Sane” junto a Mike Garson en el piano, que logró transportar a todos con un real free jazz, tal como en los setentas.

Sting honró la memoria de Bowie de gran manera. Aún siendo un evento con docenas de músicos, no tan intimista, se pudo sentir que estaba realmente comprometido con el recuerdo del histórico artista. Y regaló a todos los presentes una memorable noche, dónde un ícono se rindió ante el otro con la música como el vehículo de ese conjunto de sentimientos.

El tributo seguirá girando por varias ciudades americanas, ya sin Sting, pero con muchos de los músicos que el duque supo cruzarse en su carrera. Para que David Bowie y su arte sigan vivos siempre.