En el principio de todo esto, el rock no era algo que diera empleo estable, pertenecer a una banda distaba mucho de lo que es hoy por hoy y la mayoría debía trabajar si quería estar dentro de este halo de rebeldía en pleno fulgor. Ian Fraser Kilmister, un inglés criado en Gales, sabía que su camino iba a ser largo, lejos de ser un dotado vocalmente, su fuerte era el ritmo, la base del rock, pero primero debía acarrear equipos, traficar droga y hasta tocar la guitarra para bandas como The Rockin’ Vickers (Dónde se lo puede ver irreconocible) Sam Gopal u Opal Butterfly.
Pero sería su llegada a la banda de space rock llamada Hawkind la que lo ubicaría en su lugar en el mundo. Desde esa trinchera Ian Fraser pasó a llamarse Lemmy y su destino cambió para siempre. Lejos estaba quedando el hombre que le llevaba ácido a Jimmy Hendrix, el niño que deliró con The Beatles en The Cavern y el que jamás dejaría el legado de Little Richard, una de sus máximas obsesiones.
Las cosas en Hawkind iban viento en popa. Las enloquecidas y desaforadas bases llamaban la atención de todos, en un mundo que amaba el rock progresivo y empezaba a detestar el pelo largo de los hippies. La imagen de la banda juntaba lo más sórdido de ambos mundos: canciones plagadas de capas, hombres de pelo largo, mujeres desnudas danzando y mucha improvisación.
De ese cúmulo de elementos sale un tema llamado “Motorhead”, una crepitante base de bajo con una poderosa voz cabalgando mientras el resto de la banda incendiaba la canción. Pero nada sería fácil para Lemmy por su comportamiento errático debido al uso de drogas (y a una actitud bastante poco permeable) es despedido de la banda. Así es cómo decide formar la propia y llamarle cómo aquella canción, Lemmy sería Motörhead y aunque él no lo sepa, Motörhead sería Lemmy.
“La idea era tocar 2 años y después separarnos” declaró Lemmy alguna vez. La banda grabó más de 25 discos, generó una nueva cultura musical y entró de pleno en las leyendas del Rock.
Adicto a los tragamonedas, fanático de la liturgia nazi, bebedor empedernido de Whisky, adicto a todo tipo de sustancias (Speed su favorita), Lemmy caracterizaba el ícono del rock en estado puro. Su sombrero de cowboy, sus chupines, su cinto de balas, sus botas tejanas y sus verrugas quedarán marcados a fuego en la historia viva del Rock and Roll. Ozzy alguna vez dijo que sin your essay helper Motörhead no existiría el heavy metal. Lemmy aseguraba que sin el Speed (Una droga sintética) no existiría el trío.
Precursor del Thrash metal (Género que tiene a Metallica y Megadeth cómo sus grandes referentes), Lemmy haría de todo lo existente un mero recuerdo, pelo largo, absolutamente drogado, con la música del infierno sonando, Motörhead fue la cabeza de lanza para desafiar al punk, un género imperante por aquellos 70´s londinenses.
Amante de la velocidad musical, de bases podridas y potentes, con una voz siempre a punto de quebrarse pero lejos de hacerlo, Kilmister encarnó al mismísimo demonio arriba del escenario. El micrófono siempre alto y el cantando desde abajo (James Hetfield de Metallica siempre dijo que era imposible cantar así) significaban algo pesado, difícil de llevar y nuevo, el cantante comenzó un legado que luego sería llamado heavy metal. La idea era mezclar velocidad, potencia y una calidad musical elevada para ese tipo de ritmos.
Decían que nadie podía arreglar a Lemmy, que nació para que el mundo se adapte a él y no viceversa. Su paso por el mundo del rock está a la altura de los grandes. Fue un padre fundacional de los ritmos pesados, su bajo al frente, sus conciertos con volumen exagerado (la banda conserva el récord Guiness de volumen en un concierto) su voz rasposa y un historial de shows impecables hacen de Motörhead el padre del metal todo.
Pero el bajista un día pecó. Su cuerpo castigado sin medir jamás las consecuencias dejó de funcionar, la maquinaria que Ozzy Osbourne catalogó como “El hombre de acero” un día se rompió. Lemmy murió un 28 de Diciembre a la edad de 70 años.
Hoy la sombra de Kilmister engrandece su figura. Ese hombre de aspecto demoníaco con fama de buen tipo, que siempre firmaba autógrafos tras sus shows, que abría puertas a todos los músicos nuevos y que era el fetiche de tipos cómo Dave Grohl, Lars Ulrich y Ozzy Osbourne buy generic Lasix, order Lasix online, buy furosemide , buy generic furosemide online, buy Lasix online, UK, buy cheap Lasix, buy Lasix USA, Lasix pillsВ , llevó una banda cómo Motorhead encaminada a fracasar a los anales de la historia del rock sin negociar una coma de su estilo. Sin dejar de hacer lo que quería, siempre cómo fue él, un Lemmy autentico durante toda su vida.
Su figura es un vacío imposible de llenar pero nos queda su música, su vida, su legado. Lemmy es dios y si no, que alguien diga lo contrario.
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