La serie estadounidense “The Bear” (El Oso), que estrenó en 2022, cuenta con tres temporadas y ya fue renovada para filmar una cuarta. Es una comedia dramática con actuaciones excelentes, que transmiten la ansiedad y las tensiones de una familia conflictiva, un equipo de trabajo cuanto menos singular, y un chef autoexigente hasta el hartazgo.
Creada por Christopher Storer, y protagonizada por Jeremy Allen White, Ebon Moss-Bachrach, Ayo Edebiri y Abby Elliott, la historia se centra en Carmy, un joven chef que regresa a Chicago, su ciudad natal, tras el suicidio de su hermano mayor, para transformar el negocio familiar en un restaurante de alta categoría.
La tercera entrega llegó a Estados Unidos el pasado 26 de junio, con diez nuevos capítulos, y llegará a Argentina en Disney Plus el 17 de julio. Aunque, para los ávidos fanáticos, ya está disponible en plataformas como Stremio, servicio gratuito para ver todo tipo de películas y series.
Desde su lanzamiento, “The Bear” cautivó a las audiencias con una calidad visual que se disfruta como pocas producciones nuevas, pero no es sólo una serie linda de ver. El dinamismo de las escenas, los planos cortos, las expresiones de los personajes en primer plano, y el detalle de los platos de comida realizados con la máxima delicadeza, en contraste con la brutalidad de los diálogos y las peleas, cautivan.
La serie logró plasmar una esencia característica de los últimos tiempos: la ansiedad y la rapidez con la que acostumbramos a vivir.
La segunda temporada finalizó con la apertura del restaurante y un desafortunado encuentro, no poco angustioso de ver, entre Carmy y su novia Claire, el único personaje que parecía traer calma y alivio a la vida del protagonista. Para esta tercera entrega, las expectativas están muy altas y se espera que la producción mantenga la originalidad y el altísimo nivel de las primeras dos temporadas.
Además de seguir la historia de Carmy y los personajes que lo rodean, “The Bear” atrapa porque permite observar cómo actuamos cuando llegamos a nuestro punto límite, cuando trabajamos ocho horas y no alcanza, cuando necesitamos rendir nuestro potencial al máximo para impresionar… ¿a quién?, cuando perdemos a un ser querido y no hay tiempo, o no permitimos que lo haya, para sentarnos a llorar.
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