Una de las cuestiones que nos viene manteniendo con la cabeza ocupada en tiempos de Covid-19, es estar positivos y ser optimistas. Nos cuidamos, amoldamos la rutina y vemos cómo se pasan los días viendo memes de Julio Iglesias. Pero estamos en casa y las posibilidades de esparcimiento comienzan a agotarse.
Ante la incertidumbre y la difícil proyección del regreso de los recitales con público para este año, la vía rápida quedó a la orden del día para aquellos que necesitaban saciar su sed de música en vivo.
Se ruega no ser necios para caer en la visión simplista del formato que no tiene autenticidad, quitándole valor por la carencia de sentimiento; todos invertimos plata en alguna boludez para sentir ese placer conformista. Las producciones que entran en vigencia cuentan con sonidistas, stage, iluminadores, cámaras, managers, prensas, en fin… todo un staff que, al igual que los músicos, ven afectado su trabajo desde el comienzo de la cuarentena. Son todas personas que viven de los ingresos que el mismo público invierte según gustos, mismos que no advierte lo que realmente sucede cuando las luces se apagan y la adrenalina por arrancar a cantar se hace presente.
Tras la aprobación de un protocolo de sanidad que garantiza la seguridad de los trabajadores, Kapanga programó su show a banda completa vía streaming en el Microestadio Malvinas Argentinas de la Paternal.
Se trata de todo un puntapié para tantear un terreno con aplausos virtuales, sonrisas lejanas y la posibilidad de tomar lo que quieras simplemente levantándote de la silla.
Las expectativas son altas cuando no se sabe con qué te puede salir la banda que, desde hace 25 años, lleva sus canciones a lo largo y ancho del país. Kapanga Night Show son ellos siendo ellos: un reencuentro entre amigos con ganas de compartir un repaso de su carrera, con Walter Meza como invitado especial y el Pollo Cerviño como interlocutor.
Interactivo entre si y con el público, seguidores y familias enteras de toda Argentina, de España y de México (entre otros), se sumaron a ésta propuesta de revivir aquél espíritu fiestero que tanto los caracteriza arriba del escenario.
No faltan las risas, las anécdotas y el tiempo pleno de disfrutar de la presentación viendo detalles que quizá antes no se habrían notado. Varias cámaras en simultáneo, sonido prolijo y con buenos bajos, lograron la mejor atmósfera para quienes lo vieron, algunos entre mates y otros con algún aperitivo clásico que aparece siempre que Kapanga se sube a las tablas.
Dicen que la experiencia es el nombre que le damos a nuestros errores. Pero cómo aprender cuando nos equivocamos, si vivimos sin arriesgar. Las oportunidades de vibrar a la par de quienes siempre compartieron su arte, hoy se nos muestran de diferentes formas y todas se ven atravesadas por el contexto que transitamos. Mantengamos la distancia social mientras se pueda mantener ese feedback visceral que solo la música saber dar. Contribuir a quien te devuelve algo, no debería ser jamás un error del cual arrepentirse, sino una consecuencia del interés propio generado por los valores y los códigos. Tener la satisfacción de ver a quien querés, si eso genera algo de alegría que apacigüe la espera, tampoco debería ser un error.
El streaming de Kapanga podrá verse por 48hs más, adquiriendo las entradas a través de TicketHoy.
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