Hay una estructura que gana la mitad del lugar. Quizás parezca en forma de cruz, quizás sea un cuadrado con alguna salientes. Hay agujeros que dejan ver luz en el fondo, parecen hechos adrede, pero no queda claro para qué. Hasta que de pronto, de allí adentro empieza a brotar humo. El efecto es hipnótico, casi tanto como lo que pasará después. La idea es clara: escenario al medio del espacio del Tanque Cultural y el público desparramado por todos lados. Rodeando el escenario, abrazándolo, pudiendo ver (y escuchar) desde cada sector del lugar. Una experiencia 360°, como el título lo dice.
El escenario fue armado de cero por la Cooperativa de Trabajo Peligrosos Inocentes. Un grupo de laburo conformado por los miembros de la banda más algunos “apéndices”; como ellos mismos los denominaros, que se sumaron. Uno de ellos, Matías, responsable del arte de los tres discos de la banda, fue el que se encargó de armar el escenario desde cero y también será quién, en el medio de la extensa lista, haga su debut artístico bajo el nombre de “Eskina”. Pero ya hablaremos más adelante de eso.
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Un giro de 360° es aquel mediante el cual la persona o objeto da una vuelta circular para terminar en la misma parte. Es decir, es una cuestión integral que abarca todo lo que a uno lo rodea. Peligrosos planteó ese nombre para este show, extenso, dónde así como la idea fue meter un escenario en el medio de todo, se paseó por su discografía, quizás empezando a cerrar la etapa de “Plaga” y comenzando a pensar en su cuarto disco. El show estuvo divido en actos, uno por cada disco. De esta manera, se trató de recorrido cronólogico por los tres discos de la banda, que sólo se alteró sobre el final, dónde apareció “Esta vez” para cerrar la noche, directo desde el segundo disco.
Primero, el repaso fue de “Espadas de Cartón”, el disco que ya tiene más de diez años, y que comenzó esta suerte de trilogía sonora que representan “Espadas de Cartón”, “Bárbaros del Honor” y “Plaga”, los tres discos de la banda que fueron grabados en distintas épocas, en los que la banda fue sumando más saberes, distintos sistemas de sonidos para su vivo y, claramente, más condimentos. El mérito, a esta altura enorme, es que no se nota en el vivo. Todos los temas parecen pertenecer a la misma edad sonora. Hay un trabajo para igualar el sonido más crudos de “Espadas”, con los contrastes que ya traía “Bárbaros” y que se profundizaron en “Plaga”; con el ingreso de Diego Chiaradía, el baterista de “La Chancha Muda” y el productor de ese tercer disco.
La idea de cada “acto” o “bloque” era revisitar cada disco eligiendo 7 u 8 temas de cada trabajo, en orden prácticamente cronológico. Un escenario que se pone por primera vez en el medio, rodeado por la gente que se acercó en buen número, con cuatro cajas distribuidas casi que de manera perfectamente equidistante en las 4 puntas del lugar y ni un acople. Ni uno. Ni una mancha a un sonido que estuvo crudo, potente, por momentos arrollador y que se sostuvo en el mismo registro de alpalómetro que comenzó, así terminó. En el medio, 21 canciones + un bonus.
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El tipo estaba dando vueltas por el escenario, bermudas blancas, medio reflectoras, zapatillas al tono. Buzo negro y gorra bordo. Caminaba y caminaba, se lo notaba nervioso, inquieto. Expectante.
De pronto, al finalizar el primer acto, el de “Espadas…”, Fede Claramut, guitarrista de la banda, dio el puntapié inicial para que él suba al escenario. Matías Chierizze, junto a Vico, quién irrumpió en el escenario. Después de un arranque fallido, porque la guitarra de Mariano Codazzi decidió apagarse de pronto, sonó lo que parecía en los primeros acordes un tema más de la banda y terminó siendo una canción, rap o una expresión artística más ligada a lo que hace Wos y dejó ver a ese tipo tímido y ansioso, como se apoderaba del escenario junto a Vico, que también le ponía su potencia a “Uco”, el tema que presentaron. Y que fue muy bien recibido por los presentes.
Como en esos videos de tik-tok virales, dónde de pronto la persona que está caminando se revela como una enorme cantante o excelsa pianista o violista, acá Matías y Vico que eran parte del público cinco minutos atrás, de pronto estaban desarrollando una bola de energía inesperada que salía del centro del escenario y rebotaba en cada rincón del lugar. La presentación terminó con vítores, aplausos y abrazos, mientras la banda se disponía a comenzar el segundo acto. En la noche de “Peligrosos Inocentes 360°“, hubo lugar para el nacimiento de “Eskina”, un proyecto que se cocina en paralelo, que se nutre de mucho de la estructura y la esencia de Peligrosos, pero que no suena a Peligrosos. Arte, ni más ni menos.
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De los 21 temas que sonaron, todo parecía cosido con perfección. Con la presencia del “Mono” en la armónica y los vientos traídos por computadora, Peligrosos Inocentes dio un show aplastante, en este espacio de la Capital Federal llamado el Tanque Cultural que hicieron su casa, que los abrazó durante la Pandemia y hoy es la base y el cuartel general de una banda que es mucho más que una banda. Es una cooperativa, es un grupo de músicos que siempre estira y flexibiliza sus límites. Más oídos deberían ser alcanzados por lo que hace “Peligrosos Inocentes”, ¿para qué la banda crezca? Esa sería la segunda buena noticia, la primera sería que más corazones y cabezas se vean impactados por esta Rockperativa que, una vez más, cambió las reglas de su propio juego.
Lista de temas
Entre Tanto
Atormentado
Dame Aire
Hippie
Preso sin Jaula
Bajen la Voz
Censurados
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Eskina
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Bárbaros del Honor
Popurock (Voz del Rock / Rockandroll de ella / Camino)
Será tarde
Fiscal
Sísifo
Lo que queda
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Nieta de Bruja
Por dentro
No más errores
Filosofando
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The Divan
Una vuelta Más (c/ Diego Chiaradía de “La Chancha Muda”)
Psicofacho
Cordero
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Esta vez
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