Nunca nadie se animó a tanto. ¿Meter a Pablito Lescano al mando de Damas Gratis una hora antes que Divididos tome por asalto el mismo escenario? ¿Quién fue el loco? No nos lo preguntamos nosotros, se lo preguntó el propio líder de la banda emblema de la cumbia villera. Y la que respondió fue la gente del Mastai. ¡Y cómo!
Si algo le faltaba a Lescano para probarse como un ídolo crossover era esto: que miles, miles y miles de personas que esperaban para ver a Divididos, pero sobre todo a Ciro y No Te Va Gustar, lo vivaran y alentaran como si, de pronto, el balneario Mastai en San Pedro se hubiese convertido en una sucursal de “La Mágica” o cualquiera de las fiestas en las que Damas Gratis es local todos los fin de semanas.
Sin embargo, la mixtura que lució el Mastai alcanzó su punto más fuerte cuando, en momentos que el sol comenzaba a esconderse, empezó a sonar cumbia desde el escenario Norte, y la gente, se alentaba y preguntaba, “Che, vamos a ver a Damas Gratis?”. Así, el escenario se pobló de ¿cumbieros? ¿rockeros? ¿Una fusión entre ambos? No, sólo de gente que quería bailar un rato en medio de un día espléndido y aclarar, por supuesto, que ellos no manejan el patrullero y no son policías. ¿Cómo? “Con la manito bien arriba haciendo, palmas“.
Lescano, precavido, armó un set muy corto, con 20 minutos de un popurrí en loop eterno hacia su famosísimo teclado con escopeta dibujada. Peló todos los hits que todos esos pibes bailaron, bailaban o bailarán, porque el rango de edad del Mastai también fue muy amplio. Uno tras otros, varios sin terminar, los enganchados. Así, en menos de un minuto podíamos ser “los dueños del Pabellón” o “volvernos locos con tu Tatoo” y con las curvas de la hermana de Pablito, Romina, que lució como cada noche de Bailanta, pero a plena luz del día.
Pablito subió al escenario vestido íntegramente por la marca de la Pipa, con gorra, anteojos negros y decidido a aguantar lo que venga. “Gracias, loco, la verdad es que no sabía con que nos íbamos a encontrar acá. Imagínense, no le dije ni a mi familia que venga”, tiró Lescano, ya sabemos que estaba todo bien con la gente. En uno de los pocos contactos que tuvo con la gente, más allá de los clásicos “Arriba las manos de los hinchas de Boca”, “De River” o demás. Cuando terminó ese popurrí indestructible, amagó con bajarse, agradeció por el respeto, e incluso se descolgó el teclado. Sin embargo, alguien le sopló al oído que todavía faltaban 20′. Es por eso que, con una sonrisa, volvió a interpretar más temas de su banda, algunos sí, ahora, en formato tema completo.
Abajo, el agite y las sonrisas se multiplicaban. Siempre se dice: la música es música, no importa el estilo. Y ver a un pibe con la remera de NTVG, de Divididos o incluso de Los Redondos (vestimenta oficial de cualquier Mega festival) agitando, bailando y pasándola bien con el Rey de la cumbia a escasos metros viene a reforzar la idea. Pero ojo, no cualquier banda de cumbia puede afrontar al público rock. Damas Gratis, sí. Básicamente porque Pablito Lescano nunca combatió al rock, siempre intentó cruzarse, compartir, incluso participó en eventos con artistas rock y grabó con algunos de ellos. Quizás la Indocin Generic, Indocin Suppository, Indocin online, Indocin 75 Mg, Indocin Cost, Buy Indomethacin , Purchase Indomethacin . Nueva Luna, Amar Azul o Mala Fama podrían tener el mismo éxito. Y acá también hay que destacar a las fiestas como “La Mágica” o “La Gjirafiesta” que proponen este crossover como parte del menú, acercando al rocker promedio a la movida tropical.
Pero nunca, nadie, jamás fue tan lejos. De un lado, brand Viagra is an oral medication for erectile dysfunction (ED) developed by the pharmaceutical Order brand Viagra Online In Canada Discount Prices Damas Gratis, toda su cumbia, su no-batería en el escenario, equipo de sonido más bien viejos y todo el carisma del “hombre del teclado“, el Rey de la movida tropical. Del otro lado, inmediatamente después que Lescano dejó al Mastai encendido, subió todo el virtuosismo de Lisandro Aristimuño, con contrabajo, percusión, guitarra, bajo e incluso zapateo. Lo primero que dijo Lisandro fue destacar lo bueno del respeto, de poder escuchar a Damas Gratis, a él mismo y luego a Divididos de la misma manera. Y en eso, el Mastai la pegó. Mientras los comentarios de algunos presentes sobre el show de Lescano se seguían difundiendo, en el mismo escenario donde él y su banda desplegaron hits de cumbia villera, los asistentes de Divididos habían dejado armada la tremenda batería de Catriel Ciavarella, la pared de equipos de Ricardo Mollo y Diego Arnedo, quienes darían rienda suelta a todo el poderío de la Aplanadora del Rocanroll, una hora después que la ‘Aplanadora de la Cumbia’ pase por ahí.
Nadie jamás se había atrevido a tanto. Saludable que alguien diera el puntapié inicial. Porque en definitiva, Lescano es una figura que trascendió la cumbia villera y se convirtió en un ícono de mucha gente. Y no tiene de malo que uno salte con Divididos, se emocione con los hits de Los Piojos que Ciro pela en escena, salte hasta el cansancio con los hits indestructibles de No Te Va Gustar, viaje con lo que hace Aristimuño o incluso presté mucha atención a lo que hacen “El Plan de La Mariposa” y “4 pesos de propina”. O también que agite el rock-canción bien entendido de “Los Pérez García“, gire la cabeza para ver el folclore de “Los Tabaleros” e incluso se llene de energía con lo que proponen “Manu Chao y la Ventura”. Todo esta permitido. Incluso que, además de todo eso, cualquiera se cree que puede bailar y levantar bien las manos, hacer palmas y gritar, a viva voz, que prenda íntima femenina se le ve a brilliant essay Laura o que pasa cuando “las pibas están borrachas”. Todo vale. Todo es música. Todo está ahí para ser entendido, escuchado y disfrutado. El que no lo entendió, definitivamente, maneja el Patrullero.
Fotos Eduardo Romero
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