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LA BERISO EN OBRAS: OTRA META CUMPLIDA

Luego de su gran gira por España, la Beriso volvió al país para dar sus dos últimos shows pendientes en el Templo del Rock sin olvidarse de quienes son. Como es sana costumbre, Rock And Ball estuvo ahí presente para poder contarte todo.

La Beriso
La Beriso

El sábado pasado, La Beriso termino con su seguidilla de las 8 Obras que comenzó en abril de este año y lo hizo con una fiesta apta para todo público. Ya desde las largas colas, se podía percibir un clima de fiesta con banderas y diferentes grupos de amigos alentando por su banda junto a un buen custodio policial que no inhibía a los presentes y donde todo parecía estar muy bien organizado.

Una vez ya dentro de la mítica cancha de básquet, uno se podía encontrar con varias familias, padres con sus hijos adolescentes, una multitud bastante variada a sala llena, que venía a disfrutar de manera tranquila de un recital de rock. La noche anterior había sido de mucho calor y sudor, donde se vio a muchos chicos desmayados, pero esta era una nueva noche fría, donde tendríamos el clima un poco más a favor.

A eso de las 20:45, se apagaron las luces del escenario por primera vez, junto al encendido de  los ojos rojos de la calavera enorme que sobresalía de la escenografía y el fervor y los cánticos de la gente empezaron a calentarse cada vez más. Ya solo quedaba esperar unos pocos minutos para el inicio de la ceremonia.

Respetando el horario pautado del viernes, a las 21:10 la banda salió a escena con “Risas de Pobres” junto a una caída de globos de todos colores y un gran efecto de luces láser, al mejor estilo Pink Floyd, ante 4260 almas. La iluminación del show fue vanguardia y lo mostraron a lo grande en el primer tema, haciendo ver de paso que es una banda que no solo le importa la música, sino que esta atenta a la puesta en escena, la estética y el concepto de lo que es un espectáculo en sí.

Cuando el grupo apareció en el escenario, todavía había mucha gente afuera esperando entrar y ya para el tercer tema había casi 4400 almas en el recinto. Antes del décimo tema, fue donde Rolo Sartorio, hablo por primera vez con el publico y les pidió que se respeten entre si para que todos se fueran contentos a casa, con la conciencia de que pasaron una buena noche de sábado.

Después de pedirle una vez mas a los fans que se respeten entre si y la pasen bien, Sartorio agradeció por estos ocho Estadio de Obras que hicieron en el año, completándolos con dos fechas seguidas de cada mes desde abril. También celebraron el respeto y el buen comportamiento del publico para con las bandas teloneras, como lo fue el caso de La Rayada en esta ultima actuación. Seguido a eso, le dieron entrada a “Un Error”. El único invitado de honor en esta última fecha, fue Osky de La Bersuit, con el que hicieron un clásico del primer disco, llamado “Vicios”.

La Beriso en River

Tras  tocar durante una hora y veinte minutos sin parar, el grupo se tomó el primer descanso, dándole un respiro al show con el tecladista, que junto a algunas improvisaciones a solas, compartió con la gente un popurrí de Charly a modo de homenaje, como también lo fue haciendo desde Fito, hasta Queen con “Rapsodia Bohemia”.

Todo culmino cuando toco “Estadio Azteca” de Andrés Calamaro y se quedó un largo rato con los coros de la audiencia hasta que apareció la voz de Rolo, para entonar la canción de uno de sus mayores ídolos. Las luces volvieron a prenderse y gran parte de la banda volvió a escena a las 22:35 para interpretar una de las canciones mas tristes, sentidas y a flor de piel de La Beriso, la melancólica “Como Olvidarme”, que ya se ha vuelto una especie de himno en los recitales del conjunto.

Luego de tanto fervor, emoción y lagrimas y de algún que otro descanso, apareció el cantante ya con su Rickenbaker colgada para darle rienda suelta a otro de sus hits inoxidables, como lo es “Miradas”. En medio de una zapada blusera, ya para las once de la noche, la banda original se fue yendo uno por uno a medida que cada asistente ocupada el lugar de cada instrumento y así se fue armando una suerte de banda impostora.

Encargados de seguir con ese blues subliminal, lo hicieron de maravillas, pero el dato de color y divertido de esta parte del show fue cuando el cantante sentencio a uno de ellos en que se animara a cantar un poco del repertorio de AC DC, ya que supuestamente lo hacia igual.

Finalmente el muchacho se animó a mostrar sus habilidades y la banda conformada por el staff genero una fiesta inolvidable con una versión muy poderosa de “Highway To Hell”, donde no hubo una sola persona que no saltara en el recinto. Todo se había vuelto una fiesta absoluta y nadie quería que terminase.

Ya una vez que el grupo fue volviendo al escenario con la presentación que le daba Sartorio a cada uno, empezaron con la última parte del show, y sí que verdaderamente lo fue. Durante la canción “No Me Olvides”, el líder desapareció del escenario y emergió sorpresivamente en la platea popular cantando la canción a todo pulmón con su público sorprendido y dándole la espalda al escenario para aclamar a su ídolo.

La Beriso

Durante todo el show, se pudo percibir un clima bastante sano, donde la gente fue a disfrutar de su banda de manera tranquila y cuidadosa. La banda toco a lo largo de tres horas con un show de muchísimos colores y climas, en el cual cerraron uno de sus tantos sueños que vienen cumpliendo cada vez mas, como fue hacer ocho Obras en un año a sala repleta.

Rolo y compañía, se despidieron a lo grande con temas como “Traicionero” y “No Me Olvides” con pocas ganas de dejar el escenario y con una fiesta que parecía no tener fin. Finalmente, toda la gente se pudo ir contenta a casa, sin ningún tipo de disturbios, todo con un comportamiento educado y respetuoso hacia una de las bandas más masivas del momento. Señal de que quizás hemos mejorado como sociedad para estos eventos tan fuertes.

Ahora el grupo seguirá una gran gira, que los llevará por gran parte del país, Paraguay por primera vez y Miami y el 2 de diciembre los tendremos cerrando el año a pleno en su regreso al Estadio Único de La Plata. Otro objetivo cumplido en este grupo que no para de sorprender con su crecimiento.

Por Marcos Coletto

Fotografía por Hector Palacios y Martín Dutil (Archivo Rock And Ball)