Es uno de los músicos que ya ha hecho méritos suficientes para ser acreedor del pasaporte argentino. Es así, ya son incontables la cantidad de veces que Glenn Hughes ha traído su música y su talento hasta nuestro país, que nunca le dio la espalda. El ex Deep Purple recibió otra cálida muestra de afecto por parte de un público, en mayoría peinaban canas aunque había muchos jóvenes también, que copó las instalaciones de Groove el pasado martes en una jornada triple que comenzó pasadas las siete de la tarde con los shows del trío de jazz-rock-fusión Trial X y el cuarteto metalero Arden.
Promediando las nueve de la noche, la primavera mentirosa que invadió el invierno actual de la ciudad de Buenos Aires regalaba una temperatura ideal para una época que no suele ser tan agradable, razón por la cual no había excusas para no recibir la descarga que proponían desde el escenario Hughes, Doug Aldrich en guitarra y Pontus Engborg, que comenzaba con “Stormbringer”.
Si bien no nos visitaba como solista desde 2007, el músico inglés vino como parte de los otrora Rock And Roll Allstars en 2012 en GEBA, super banda con la cual sigue colaborando aunque ahora bajo el nombre de King Of Chaos. Desde comienzos de la década del setenta, desde su más temprana juventud, ha cosechado una gran carrera gracias a los grupos de los cuales fue parte: Trapeze, Black Country Communion y California Breed, banda que formó junto a Jason Bonham y Andrew Watt. Además, Glenn tiene una extensa carrera como solista y una gran cantidad de participaciones junto a otros artistas, por ejemplo en el disco “Seventh Star” de Black Sabbath, aunque Tony Iommi no guarde el mejor de los recuerdos.
La noche se ponía a tono con una banda en gran forma mostrando a tope de rendimiento vocal al viejo Hughes, perfectamente acompañado por el talento en la guitarra y coros de Doug Aldrich y la potencia en la batería del sueco Pontus Engborg. “Orion” y “Way Back To The Bone” fueron las elegidas para continuar con el repertorio del verborrágico bajista que aprovechaba cada espacio entre tema y tema para regalarle sus anécdotas a su gente: “Si supiera hablar español y les contará de qué habla la letra me enviarían a la cárcel. En el año 1971 era tan solo un niño, recién me estaba descubriendo en la música y compartí este grupo con músicos 10 años mayores que yo. Recuerdo que Mel Galley me vino a buscar, me agarró del cuello y me dijo: ¡Cantá hijo de puta!”.
El calor seguía acechando y tras colocar un ventilador que bajó un poco la temperatura del escenario, el power trío arrremetió con “Sail Away”, “Touch My Life” y “One Last Soul”, primer tema de su autoría que le aportó a Black Country Communion, banda que compartió con Joe Bonamassa, Jason Bonham y Derek Sherinian. Tras un solo del ex guitarrista de Whitesnake, donde desplegó todo su arsenal de riffs y yeites bluseros y rockeros, llegó uno de los momentos más esperados de la noche: La balada “Mistreated”, que incluyó también una improvisación por parte de Glenn Hughes en la que mostró intacta sus cuerdas vocales aún a sus sesenta y tres años.
“Era Junio de 1973. Fui a la casa de Ritchie (Blackmore) y él aún no tenía ninguna canción para “Burn” “Solo tenía unos acordes, su guitarra y un bajo. En ese momento se me erizó la piel y quiero que ustedes sientan lo que yo sentí en ese momento” soltó el inglés previo a ese hit del año 1974. La banda, que venía de tocar en Chile, Perú, Brasil y que también lo haría en Uruguay, sonaba firme, compacta, a todo volumen. Podía sentirse en el pecho cada golpe en el bombo del potente Engborg. Un sonido que estuvo al nivel que el espectáculo merecía.
La única canción de Whitesnake que tuvo lugar en el repertorio fue “Good To Be Bad”, tema que le da nombre al disco que marcó el regreso de la banda de hard-rock allá por 2008. Fruto del trabajo de Glenn Hughes con Chad Smith, baterista de Red Hot Chili Peppers, llegaron “Can’t Stop The Flood” y “Soul Mover” , con un solo de batería mediante.
“¡Amigos! ¡No me quiero ir! ¡Quiero quedarme acá! Si alguien les pregunta, pueden decir que soy su amigo, porque todo el que paga para escuchar mi música y verme haciendo lo que amo hacer, es mi amigo”. El carismático bajista se mostraba con una alegría infinita y tras volver al escenario no podía ocultar su alegría por estar tocando en Argentina esa noche.
El plato fuerte de la noche, donde todos desataron su locura y cantaron a los gritos, fue “Burn”, la canción que le puso punto final a un show que tuvo un ritmo intenso, que no cayó nunca y que sorprendió a más de uno por el nivel que supieron mostrar todos los músicos en escena. Por supuesto, la puerta siempre estarán abiertas para que vuelvan cuando quieran.
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01.”Stormbringer” (Deep Purple)
02. “Orion”
03. “Way Back To The Bone” (Trapeze)
04. “Sail Away” (Deep Purple)
05. “Touch My Life” (Trapeze song)
06. “One Last Soul” (Black Country Communion song)
07. “Guitar Solo” (Doug Aldrich)
08. “Mistreated” (Deep Purple song)
09. “Good To Be Bad (Whitesnake)
10. “Can’t Stop The Flood”
11. “Drum Solo” (Pontus Endborg)
12. “Soul Mover”
Encore
13. “Burn” (Deep Purple)
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Fotos por Antonella Malachite Fotografías para Rock And Ball
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