Olor a chivo, remeras negras, largas cabelleras que jamás han escuchado el concepto “Baño de crema”, muñequeras de toalla, muñequeras con tachas, mujeres pulposas con tatuajes al aire, cierto tumulto naturalizado y un ambiente que arremolina todos los elementos antes nombrados en una sola fórmula: Recital de Heavy metal.
El estadio de Velez Sarsfield es el lugar señalado para aplicar la receta, Iron Maiden el alquimista de tamaña fusión, la banda más grande de la historia del heavy metal, que viaja en una gira internacional con un avión propio (El Ed Force One) piloteado por su cantante Bruce Dickinson, que no pudo aterrizar en Argentina por los problemas técnicos en Chie, para tocar primero en Córdoba (Lo hicieron el domingo en el Mario Alberto Kempes) y luego en el estadio de Liniers decididos a romper todo.
Empieza a sonar “Doctor doctor” ese terrible tema de UFO que avisa a la gente que se viene la bestia, que La Doncella De Hierro está caminando hacia el escenario, es el momento de empezar a calentar las piernas, de buscar lugar más adelante y de acomodar el corazón, una vez que se presenta la banda, nada se detiene.
Sobre el centro de una escenografía impactante basada en el imperio azteca una suerte de caldero humeante nos muestra a Bruce Dickinson encapuchado cantando “If eternity should fail” sobre el humo que, presuroso, sube hacia el cielo Velezano.
Es la explosión del primer tema de “The Book Of Souls” (Flamante disco que da nombre a la gira) dónde ingresa la banda a pleno con Steve Harris y su bajo a la cabeza, Nicko McBrain en la batería y el trío de guitarras más importantes del mundo del metal Adrian Smith, Dave Murray y Janick Gers atacando la canción con todo.
La progresión de los temas nos irá mostrando que Dickinson posee todavía una voz potente y segura, que sabe dónde habitan sus debilidades y dónde sus capacidades y sin embargo arriesga y gana. En cada subida, en cada bajada, notas largas y claras, una voz que no parece haber sufrido un cáncer de lengua tan solo el año pasado. Por fortuna, no quedaron vestigios (al menos en la voz) de esa malvada enfermedad.
La banda no se detiene, el vigor con el que llevan el show adelante incluye gigantografías de todo tipo, imágenes que nos muestran a Eddie (Mascota e imagen del grupo) de una y mil formas, la escenografía de fondo cambia en cada tema y siempre algún elemento se suma a contribuir a un circo que no necesitaría nada más que la música para generar éxtasis. Pero las grandes bandas siempre quieren más, no para ellos sino para el público.
Las paredes de sonido que generan las guitarras trillizas permiten que Maiden sea en vivo un bloque de sonido que no tiene fisuras, apoyados en la excelencia de Nicko McBrain y Steve Harris en la base y un Dickinson inspirado hacen de cada tema un deleite difícil de escuchar en los tiempos que corren.
Dickinson se mostró muy discursivo durante casi todo el show, primero dedicó “Tears of a clown” (Del último disco “Book of souls”) a Robin Williams a quién destacó cómo “Alguien que hizo feliz a muchos pero no pudo ser feliz él”, también habló de cómo los imperios se edifican y derrumban teniendo cómo únicas victimas a las civilizaciones que las integran. Sin dudas el haber pasado por una enfermedad hizo que su lado más radical a la hora de exponer sus ideas salga a la luz.
Los 6 temas elegidos del nuevo disco matizan el gran monstruo que Maiden alberga en sus entrañas, lo que la gente viene a ver a casi todos sus shows, la batería de clásicos. Hasta hubo tiempo para cantarle el cumpleaños feliz a Steve Harris, quién ya carga con 60 años y más de 35 años tocando Heavy Metal.
La gente enloqueció con la saga clásica de la banda, temas cómo “Children of the damned”, “Hallowed by the name” y “The number of the beast” (del disco homónimo , el primero dónde cantó Bruce Dickinson) provocaron el delirio al escucharlos, inclusive, con mucha más fuerza que sus versiones de estudio, lo cuál suele ser raro para estas bandas cuándo ya tienen una edad y un rodaje uniforme.
El paso por “The Trooper” nos mostró a un Dickinson enfundado en un uniforme del ejercito real inglés de mediados del 1800, cuándo se sucedían las guerras napoleónicas, flameando una bandera del reino unido, provocando gritos idiotas cómo “Devolvé las Malvinas”, por suerte la gran mayoría entendieron el mensaje y no se produjeron incidentes ni el retardado cantó “El que no salta es un inglés”; algo (por más mínimo que sea) hemos evolucionado.
La lista ofreció perlas cómo “Powerslave”, en una versión potente por demás, clásicos cómo “Fear of the dark” y alguna rareza cómo “Blood brothers” (del disco “Brave new world”) para cerrar con la terrible “Wasted years” (Del disco “Somewhere in time”) mostrando una escenografía de todos los Eddies juntos de fondo y la locura del final, a puro pogo y emoción.
Sin dudas el paso de Iron Maiden por Argentina confirma un amor que ya tiene casi 24 años de iniciado y los encuentra en el máximo punto de su idilio, la gente delira con los temas, endiosa la leyenda y disfruta los shows tanto cómo lo hace la banda en pleno, una muestra de esto es Janick Gers jugando con un Eddie gigante que caminaba por el escenario en “Book of Souls” para luego terminar siendo Dickinson quién pelea con el monstruo y le arranca el corazón para arrojarselo a la gente, Maiden es música, show y locura.
El final con “Always look at the bright side of life” sonando ya con las luces prendidas, muestra el lado del humor inglés de la banda, la mitíca canción de los Monty Python (Grupo cómico del cuál es fanático Bruce Dickinson) invita a siempre verle el lado positivo a las cosas por malas que sean y así se va uno siendo consolado por el tema del gran vació que se siente tras tamaño show, uno empieza a huir de las entrañas de la bestia extrañando el calor de ese infierno.
“Up the irons!” rezan las remeras de los que ya se retiran, y claro que si, ojalá esto dure para siempre o hasta cuándo quieran, cualquiera sea el final la historia eterna del metal ya está escrita.
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01. “Doctor Doctor” (UFO)
02. “If Eternity Should Fail”
03. “Speed of Light”
04. “Children of the Damned”
05. “Tears Of a Clown”
06. “The Red And The Black”
07. “The Trooper”
08. “Powerslave”
09. “Death Or Glory”
10. “The Book Of Souls” (Preceeded by “Happy Birthday”… more )
11. “Hallowed Be Thy Name”
12. “Fear Of The Dark”
13. “Iron Maiden”
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14. “The Number Of The Beast”
15. “Blood Brothers”
16. “Wasted Years”
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Foto portada: Damián Basile
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